EL SONIDO DE LA ESTEPA
Es viernes por la noche y llueve en Santiago. En las noticias hablan de un brote de gripe influenza. Es viernes por la noche, hace frío, llueve, y en el antiguo TEATRO PARQUE COUSIÑO, CENDRARS estrena las composiciones inspiradas en el poemario de Glen Hernández, titulado LA ESTEPA INVERNAL. Es viernes por la noche, llueve y hace frío pero en el hall del teatro se bebe vino, se saluda y se conversa, mientras se espera que la banda compuesta por los cuatro médicos; Nicolás Crisosto, David Gallardo, Ernesto Hauway y Francisco Rivera, suban a este imponente y longevo escenario que aún sobrevive en medio de un Santiago poco amigo del patrimonio.
Viejas paredes, cielo alto, luces, butacas, un teatro como Dios manda, diría mi madre. Al fondo, la proyección de la portada del ahora disco LA ESTEPA INVERNAL, edición cd y libro que recupera el trabajo intimista y existencial de este médico intensivista especialista en shock séptico. Una poesía melancólica, reflexiva, a veces angustiante, otras veces profundamente tierna y redentora.
El relato musical construido por CENDRARS en base a cuerdas, resonancias y distorsiones, nos conduce por la vida, la muerte, la infancia, la vejez. El encuentro y el olvido, el amor y la ausencia. Son las horas críticas de Ismael, un poeta internado en la UTI, atravesando su fase terminal. Mientras que Polaris, es el médico tratando de atrapar la vida y detener a la muerte. Ese angustiante cuadro es lo que alimenta el post rock de estos médicos familiarizados con el drama que se cuenta. Probablemente, cada uno de ellos ha sido ese tal Polaris. Probablemente nadie mejor que ellos para traducir en acordes y melodías, lo que Hernández ha querido plasmar con sus versos.
Tres guitarras, teclado, bajo, batería y un solo de clarinete al inicio de la puesta en escena. Resonantes y atmosféricas, la banda ha elaborado composiciones cuidadas y perfectamente emparentadas con los pasajes del libro. En ellos se escuchan vestigios de una sólida tradición de música compuesta para textos literarios, probablemente LOS JAIVAS e incluso obras musicales de envergadura mayor como LA CANTATA DE SANTA MARÍA. Cendrars maneja los códigos sonoros y dramáticos que la musicalización de una obra poética requieren. Muralla de guitarras y arreglos que entregan delicadeza y texturas a piezas musicales que nos conducen por un paisaje sonoro tan aterrador como liberador, pues así entendemos el paisaje que atraviesa Ismael, el poeta agonizante enfrentado ese desierto frío. Un desierto frío que en manos de Cendrars se ha vuelto sonido. Pero eso no es todo, la calma y al mismo tiempo el desasosiego de la voz y la lectura de GLEN HERNÁNDEZ, conmueven, nos recuerda un poco a Teillier, y un poco a Pessoa.
Pero es viernes por la noche, y no dejo de preguntarme por la inevitable encrucijada y la trascendental reflexión que estos músicos, poetas y médicos ponen ante nosotros… pareciera ser que al final de nuestras vidas, hagamos lo que hagamos, ninguno de nosotros podrá escapar a esa estepa invernal.
VIERNES 14 DE JUNIO 2019
CENDRARS Y GLEN HERNÁNDEZ, PRESENTANDO LA ESTEPA INVERNAL
TEATRO PARQUE COUSIÑO, 21 HRS.
FOTOGRAFÍAS POR ALEJANDRO HIDALGO PARA CRÓNICA SONORA
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