Este 27 de diciembre se cumplió un año desde el incendio que consumió a uno de los lugares más importantes para el desarrollo de la cultura y la contracultura en la capital, el Centro Arte Alameda. Con una conmemoración simbólica musicalizada por Dadalú, la DJ Andrea Paz, la Thereminista Agnes Paz y la intervención lumínica del colectivo Trimex en las ruinas del recinto que albergó por tres décadas al emblemático centro cultural, la actividad fue transmitida por redes sociales en vivo y en directo a las 18:50 de este domingo, hora exacta en que se inició el fuego aquella tarde del viernes 27 de diciembre del 2019 mientras todo Chile marchaba.
Por Rossana Montalbán
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Este 27 de diciembre se cumplió un año desde que el centro cultural más importante de la capital fuera incendiado en medio de la represión policial en una de las tantas y multitudinarias marchas realizadas durante los días álgidos de la revuelta social de 2019. Resistiendo al olvido y al vértigo de un año impredecible y pandémico, la memoria de lo ocurrido doce meses atrás persiste intacta como los escombros que hoy habitan esa transitada cuadra de la Alameda. Cuadra que una vez fue epicentro cotidiano de cine, arte y música en vivo, atravesando el tiempo y las transformaciones de un enclave urbano ubicado en el corazón de la ciudad que hoy parece vivir entre ruinas, toque de queda y carros policiales.
Pero las ruinas hablan y gritan que allí hubo vida, contienen la historia de todo lo que ahí se forjó, el pasado vigoroso y el silencio sepulcral. Escombro sobre escombro, piedra sobre piedra, ceniza más ceniza, a día de hoy el querido Centro Arte Alameda, sus salas de cines, su hall central, su escenario del segundo piso destruidos y sepultados permanecen así para contar y para recordar lo que ahí ocurrió durante 30 años y para no olvidar su final un 27 de diciembre de 2019, simbolizando un poco también la ruina de un país, la ruina económica, la ruina urbana patrimonial, la ruina de eso que llamamos cultura.
Probablemente no haya nada más significante que las ruinas de algo que existió, y de alguna forma las ruinas del Centro Arte Alameda, luego de la pérdida parecen reformularse al menos por unas horas como una especie de monumento a la memoria de la cultura en Chile “Cuando recibí la invitación me emocioné mucho y se me revolvió la guata por todo lo que significa el Centro Arte Alameda y por entrar en los escombros, en la ruina. Y eso fue también lo primero que sentí cuando entré ahí. Creo que inconscientemente después del incendio, evitaba pasar por esa vereda porque me generaba dolor y rabia. Porque era o mejor dicho es un espacio muy importante y significativo. Pero una vez adentro, fue un sentimiento de fuerza y de esperanza, de saber que podemos seguir creando incluso desde las ruinas y en medio de una pandemia. Que seguimos teniendo las ganas, la fuerza y la resistencia. Tocando incluso desde ese espacio quemado, con los escombros y los plásticos derretidos, seguimos ahí, de pie. Colaborando y apoyándonos” nos relata la thereminista Agnes Paz.
Y qué es una ruina sino un escenario. Quizás eso sea Chile hoy, cerrando este 2020. Quizás Daniela Saldías mejor conocida como Dadalú lo sabe y por eso canta y grita en medio de paredes teñidas de humo y cenizas “Todo es plata” o “Chile es mentira”, rodeada de máquinas y tras su máscara presentando las canciones de su recién estrenado disco “El mapa de los días”. Regresando a ese lugar que la cobijó tantas veces para mostrar su trabajo musical rupturista e instigador y que entre los escombros parece devolverle la vida dedicándole un setlist cargado de cuestionamientos e interpelaciones como “¿por qué hay que ser sexi?”, “¿cómo puede ser que siga el legado de Pinochet?” “¿tú crees que es normal preocuparme si mi ex novio me va a matar?” exclama Dadalú en su rapeo mientras desde la vieja pasarela del segundo piso cuelga la arpillera oda a la menstruación hecha por ella. Mirar a Dadalú tocar en lo que fue una vez el hall del Centro Arte es recordar cada una de esas noches de música en vivo, funciones de cine o feria de discos que ese espacio albergó por años y años “Fue emocionante e impactante estar ahí porque toqué muchas veces ahí en su segundo piso y abajo como Dadalú y con mi banda Colectivo Etéreo. Es un lugar tan especial y ahora ya no existe. Estoy muy impactada” comenta Dadalú
Pero todo acto de conmemoración es también un acto de sublimación, así lo plasmó en su set la dj Andrea Paz que entre loops atmosféricos y pistas vertiginosas construyó un relato sonoro a partir de los sucesos de aquella tarde con elementos como el sonido de las brazas ardiendo, el sonido de un helicóptero sobrevolando y el golpe de los tambores en marcha dando forma a una continua remembranza plano a plano como si se tratara de música incidental, rodeada de proyectores y afiches cinematográficos quemados.
En el siguiente tramo de este acto conmemorativo la thereminista Agnes Paz culminó una ceremonia musical y desde luego, también emocional para sus organizadoras y organizadores, con una arrebatadora y liberadora performance de expansión sonora recogiendo y exorcizando la poderosa carga existente en lugar “Siempre que toco interactúo mucho con el espacio y la atmósfera, porque lo que hago tiene mucho de improvisación. Funcionó en cierta manera como una antena que se conecta con otras antenas. Ensayo, defino algunos sonidos y estructura, pero siempre el desarrollo varía y responde a lo que ocurre en ese momento y lugar. Lo que había ensayado, en cierta forma era algo más oscuro sonoramente porque también desde el imaginario solo podía conectar con la tragedia y siento que tocando aparecieron colores que eran más dulces y claros y creo que eso tuvo que ver con la esperanza y la energía que se generó ahí. En que este primer evento es un renacer. Fue hermoso y emocionante estar ahí y agradezco mucho haber sido parte” agrega Agnes Paz.
El Centro Arte Alameda ha sobrevivido a la peor pesadilla, ver consumir todo su patrimonio material y con ello el espacio y hogar de cientos y cientas de músicas, bandas, cineastas, artistas y trabajadorxs de las artes. Sin embargo, a pesar de la pérdida, el querido y emblemático centro cultural continúa reformulándose airosamente, tal como lo señala su fundadora y directora Roser Fort “preservando la memoria y mirando hacia el futuro”. Y ésta, su primera conmemoración, cruda y alentadora, sublimando la desgracia y la violencia a través de sonidos que despiertan y proyectan nuevos rumbos por explorar “Fue hermoso estar con Roser y con su equipo, con lxs chicxs de Espacio Sonido y tocar con Dadalú, Andrea Paz y Trimex. Porque sentí que de cierta forma al devolver los sonidos al lugar, lográbamos transformar la carga de la tragedia en una nueva etapa. De la misma manera como las plantitas que volvieron a brotar en el hall, creo que pudimos poner unas semillitas para que nuevamente reaparezca el arte en ese espacio” cierra la Thereminista.
REVISA LA CONMEMORACIÓN DE CENTRO ARTE ALAMEDA