BERNARD HERRMANN : MÚSICA SIN CONCESIONES

Alfred Hitchcock realizó películas que hasta el día de hoy siguen vigentes, muchas de ellas son consideradas cintas de culto las cuales han desencadenado secuelas, remakes y series de TV, pero más allá de eso, son cintas que han y siguen influenciando a muchos nuevos directores.
Hitchcock revolucionó el cine con su forma de contar historias y sobre todo por llevar la intriga, el suspenso y el terror a otro nivel. Pero el gran detalle que hizo de Hitchcock una celebridad era su buen ojo para rodearse con personas llenas de talento que podían sacarle el máximo provecho a sus habilidades y así posicionar sus películas en lo más alto.
Hitchcock entendía muy bien que una buena cinta requiere una buena pieza musical que acompañe y que sea coherente con la narrativa. Esa música la encontró en Bernard Herrmann, un genio de la música que colaboró con Hitchcock durante 15 años, formando una amistad que parecía inquebrantable pero que terminó trágicamente.
Bernard Herrmann nació en Nueva York en 1911 y desde niño destacó por su natural talento para la música. A los 13 años ya había ganado un premio por composición y a los 20 ya conducía su propia orquestra. Durante los años 30s se encargó de musicalizar programas de radio, entre ellos la mítica “Guerra de los Mundos” (1938) de los Orson Welles quién luego lo invitó a dar salto al cine componiendo su obra maestra “Citizen Kane” (1941) con la cual obtuvo su primera nominación a los óscar. Ese mismo año lograría ganar su única estatuilla con la cinta “The Devil and Daniel Webster” Pero a Benny, como lo llamaban sus amigos, no le interesaban los premios, así que le regaló su galardón a su hija.
Ya en los años 50s Herrmann era toda una estrella. Su genial estilo para componer, su versatilidad y la agudeza para ir incorporando elementos modernos a la orquesta, lo hacían un tipo muy demandado. Llegando a componer hasta para tres cintas diferentes al año. Uno de sus logros más emblemáticos fue la incorporación de sonidos electrónicos dentro de una orquesta clásica, algo impensado para la época, pero que resultó perfecto para la futurista “The Day the Earth Stood Still” (1951).
Fue así, en la cúspide de sus carreras como Herrmann y Hitchcock se conocieron. Muchos pensaron que esa sociedad no duraría mucho, pues Benny era conocido por tener cambios de temperamento y ser demasiado llevado a su idea, mientras que Hitchcock no toleraría alguien que no estuviese de acuerdo con él. Lo cierto es que ambos se llevaron muy bien y llegaron a ser grandes amigos.
Herrmann se encargó de componer la música para algunas de las películas más emblemáticas de Hitchcock, nos referimos a “The Man Who Knew Too Much” (1956), “Vertigo” (1958), “North by Northwest” (1959), “Psycho” (1960) y “Marnie” (1964). En todas estas cintas Benny fue capaz de transmitir el miedo, el suspenso, la pasión, el terror y la intriga usando su música.
La metodología de Benny era clara y directa. “Ningún director se mete en mi trabajo, ellos ya hicieron el suyo, déjenme hacer el mío” solía decir Herrmann cuando le preguntaban por su trabajo. Otro aspecto fundamental en su concepción musical era el de crear un score que no solo fuese un complemento o un apoyo en el que la película se sostenía, sino que crear música que fuese capaz de sostenerse por sí misma fuera de ella. Benny no creía que un compositor debiese hacer una canción que la gente continuara silbando o tarareando a la salida del cine. Él quería llegar a lo más interno del espectador y así entregarle una experiencia única.
En “Psycho” la clásica toma en la ducha fue originalmente pensada sin música por Hitchcock y fue Herrmann quien lo convenció de utilizar aquellos arreglos desgarradores de violín que terminaron por transformar esa escena en una de las más emblemáticas del cine y una de las más “reutilizadas” también. Es casi imposible imaginar aquella escena sin música ya que los violines se nos vienen a la cabeza inmediatamente.
Hitch quedó tan maravillado con el resultado final que le pagó el doble a Benny. Sin embargo, el soundtrack para “Vértigo” marcaría un hito en ambas carreras y hoy en día está considerado como uno de los mejores de la historia. Curiosamente para el propio Benny tanto su trabajo para “Citizen Kane” como “Vértigo” eran sus favoritos.
En “Vertigo” Herrmann logra captar de forma magistral los problemas sicológicos de John (James Stewart). Las escenas de vértigo realmente resultan terroríficas, así como también los momentos de tensión son acompañados con música que te deja el corazón apretado. Una verdadera obra de arte que se encuentra posicionada en el número 12 del ranking de los mejores scores de acuerdo al American Film Institute. En paralelo al trabajo con Hitch, Benny compuso el mítico tema introductorio para “The Twilight Zone” (1958) pero para la segunda temporada fue reemplazado por el que todos conocemos, compuesto por Marius Constant.
Sin embargo, las cosas buenas siempre llegan a un final y en el caso de la amistad Herrmann-Hitchcock, las cosas no terminaron nada bien. Todo comenzó cuando Hitch puso en manos de Herrmann la composición musical de la cinta “Torn Curtain” (1966). Como era costumbre, Hitch terminaría de filmar y luego pasaría la cinta a Herrmann quien se encargaría de hacer los arreglos correspondientes. Hasta este punto la historia es clara. Sin embargo, lo que ocurre posteriormente es un tanto nebuloso y lleno de especulación. La historia más aceptada es la que detalla que un día Hitchcock se presentó al estudio de grabación para escuchar lo que Herrmann tenía listo para la cinta. Algo que nunca había ocurrido, pues iba en contra de las políticas de Benny, pero él accedió y le mostró a Hitch lo que llevaba hasta ese momento. Iban tan solo unos cuantos minutos de la grabación cuando Hitchcock ordena apagarla inmediatamente y en un ataque de rabia increpa a Benny gritándole porque estaba haciendo algo totalmente diferente a lo que le había pedido. “¿Dónde está el tema central?” “¡El Tema Central!” gritaba totalmente fuera de sí. En algunas versiones se dice que incluso Hitchcock lo despide en frente de los 60 músicos que se encontraban ahí.
Lo cierto que es que desde ese entonces nunca más volvieron a trabajar juntos. Un duro golpe que dejó a Herrmann muy dolido según relata su esposa Norma. Por su parte Hitchcock debió recurrir a otros compositores, pero curiosamente, después de “The Birds” (1963) dónde Herrmann no fue compositor, pero sí estuvo presente como consultor del departamento de sonido, nunca más Hitchcock logró tanto éxito con otra cinta. Incluso para la música de la cinta “Frenzy” (1972) Hitchcock le encargó el trabajo a Henry Mancini. Cuando Mancini llegó con su trabajo Hitch lo rechazo porque sonaba mucho como Herrmann. Así de mal terminaron las cosas. Podríamos decir que el ego de Hitchcock le causó un gran daño.
Por otra parte, la carrera de Herrmann no terminó junto con la amistad de Hitchcock. Se mantuvo siempre activo, creando muchas obras como la música para la serie “Lost in Space” (1665-68), la cinta “Fahrenheit 451” (1966) o “The Night Diggers” (1972). Durante 1975 se dedicó a la creación de la música para “Taxi Driver” (1975) cinta que no llegaría a ver pues durante la noche del 24 de diciembre de 1975 nuestro amigo Benny nos dejaba víctima del fulminante ataque al corazón a los 64 años.
La muerte Herrmann fue sorpresiva dejando muchos proyectos inconclusos, como la música para “Carrie” (1976) de Brian De Palma, pero sin duda que durante su carrera ayudó a construir un cine mejor. Su visión y forma de comprender la música lo ubican dentro de lo más alto junto a otros maestros compositores como Ennio Morricone, Hans Zimmers, John Williams o Danny Elfman quién siempre ha reconocido a Bernard Herrmann como su inspiración más grande.