ACID KING : CUANDO LA MÚSICA REINA
Acid King es una de las bandas fundacionales del heavy rock lisérgico también conocido como stoner rock surgido a inicios de la década de los noventa. La banda liderada por la guitarrista Lori S. Joseph, mantiene vivo, puro y en buen estado al subgénero de herencia sabbática, que este 7 de septiembre tendrá nueva misa cuando el grupo se presente por primera vez en Santiago, celebrando treinta años de riffs junto a los locales Yajaira.
Formada en San Francisco en 1993 junto a toda una camada de bandas que fueron tras las reminiscencias del hard rock de herencia sabbática, el doom metal, la psicodelia, e incluso el punk, Acid King y su líder, guitarrista y compositora Lori S. Joseph han cabalgado por la escena del rock pesado en su clave menos comercial por ya tres décadas, aportando a las definiciones del mencionado y rebatido subgénero desde sus tempranos días cuando aún costaba etiquetar el sonido y señalar a sus bandas más representativas donde ciertamente la banda de Lori ha sido fundacional, ubicada en una generación entre las que también se cuentan a Kyuss, Sleep o Monster Magnet.
Ya desde 1989, el término Stoner rock – stoner metal y sus derivados-hermanos, se asomaban como una incipiente corriente de flujo propio que viajaba en paralelo y libre, mientras el mundo entero se dejaba llevar por la fiebre de una nueva generación de rock y su masiva explosión a través de MTV.
Con el chivo expiatorio identificado, el resto de los subgéneros musicales suelen correr la buena suerte de continuar su propio vuelo, lejos de la vista y paciencia de la industria, para desarrollarse sanos y vigorosos o simplemente para nacer y morir. O en los mejores casos, continuar elaborando el sonido de un momento, tal como la ha seguido haciendo Lori S.Joseph, con su banda Acid King. Sin detenerse por más tiempo del necesario, la guitarrista continúa al frente de una de las bandas que hoy mantiene vivo el sonido y, en rigor, la idea del stoner metal como un subgénero perdurable y consistente que alcanzó sus propias evoluciones y que realizó sus propias aportaciones al universo de la música pesada.
En ese mundo de posibilidades estilísticas y sonoras marcadas por escuelas de antaño en la generación de bandas nacidas a inicios de los noventa, Acid King quizás ha sido la menos mencionada al lado de sus pares, pero al mismo tiempo con su permanencia en la escena musical, publicando discos y girando, ha sabido marcar un punto de quiebre y una forma de consolidación para una referencia sonora que lejos de desaparecer se quedó impregnada por décadas hasta el presente, aún cuando sus principales exponentes desaparecieron, mutaron o dejaron de hacer nueva música.
Esa consistencia para ir desarrollando el sonido stoner metal ácido patentado por la banda, se vislumbra ya desde sus primeros discos, sobre todo con la aparición de Busse Woods en 1999 justo cuando parecía ser el declive de la corriente, más quien podría afirmar tal cosa. Sin embargo, en pleno fin de década y tantas otras cosas, Acid King llegó con un disco que contaba otra historia, a su propio y arrastrado tiempo, acuñando certeramente una nueva era para el metal ácido, en un disco que suena imponente y enigmático como el bosque plasmado en su portada, una masa voluptuosa y verde que te absorbe y te lleva, como en un cuento de Lovecraft o en una típica película de clase B, porque el sonido del bosque imaginado por Acid King es denso, fangoso y brumoso al amanecer y al anochecer.
Desde los días de Busse Woods (Man’s Ruin Records 1999) mucho ha pasado tanto para la banda como para el mundo y la escena musical entera que, en cada una de sus formas ha cambiado. El underground sigue siendo underground a pesar de los flashes fugaces, pero la globalización y el cambio tecnológico lograron que las escenas subterráneas de subgéneros musicales tan específicos como el stoner metal o el doom stoner entre otros, se expandieran entre sí de continente a continente. Mientras que la permanente rotación de miembros en la banda de Lori, a lo largo del tiempo, se convirtió quizás en la razón de su siempre discreto dinamismo creativo .
El tiempo ha pasado y, a día de hoy Acid King es una banda veterana con una mujer a la cabeza desde siempre, una guitarrista líder, compositora y frontwoman, que prácticamente sigue siendo la única mujer en el stoner metal de su generación mientras tanto hoy, avanzado el siglo XXI, la escena alrededor del mundo presenta más bandas con presencia de músicas. Pero la cuestión o el sesgo de género no es y nunca ha sido tema para Lori, al menos en una forma evidente o al estilo de una bandera tal como le ocurre a muchas otras mujeres en el underground de su tiempo. Más bien, ha manifestado la aspiracón a que la identidad de género no sea motivo de discriminación ni tampoco motivo de aprobación inmediata. Si bien, ha contado que su admiración y fanatismo por Girschool fue crucial para convertirse en música de rock pesado, también ha revelado que su primera idea fue formar un banda integrada solo por mujeres, siguiendo los pasos de sus referentas, pero más tarde llegó a la conclusión que para tener una banda lo importante era estar con personas que tocasen bien sus instrumentos y que fueran personas talentosas musicalmente, más allá de su género, porque eso, era lo que más había admirado de Girlschool, lo buena banda que eran.
Para Lori la calidad musical no debiera ser exclusiva de ningún género y de acuerdo a sus palabras, para ella eso es lo que debe primar cuando de hacer canciones y tocar se trata “Todos estos años sólo quería que me conocieran como persona y no como la “mujer guitarrista”, la “guitarrista”. ¿Por qué no puedo simplemente ser guitarrista, verdad? Trabajé muy duro para no llegar allí. Obviamente, ahora hay muchas más mujeres guitarristas y mujeres en la música en general, lo cual es asombroso. Sí, bien me han dicho cosas tontas a lo largo de los años como “oh, no pensé que no serías tan buena tocando” o algo así porque soy mujer. Comentarios como esos, o una vez un portero no me dejaba entrar al backstage de mi propio camerino, pensando que era la novia de un integrante de la banda. Algunas cosas así me han pasado, pero nada que haya detenido mi interés por la música o que lo haya dificultado seriamente. Supongo que simplemente no me importaba. Trabajé muy duro para ser una persona y no una mujer en una banda” comentó en entrevista con Anne Erickson.
Lo cierto es, que por alguna razón. a Lori hace un tiempo le embargó la satisfacción de al fin recibir gestos de legitimidad simplemente como una persona que hace música “Recientemente me entrevistaron para una revista de guitarras, y esa fue la primera vez que realmente sentí que me veían como alguien que hace música y no solo como la chica rockera. Porque a veces ni siquiera es sobre ser una chica. Y en lugar de tener siempre al rock y la actitud fumeta como protagonista, pude hablar sobre mis equipos, mis guitarras, mis pedales y cosas así. Eso fue emocionante para mí. Creo que cuando la gente empieza a preguntarme sobre ese tipo de cosas, es cuando me siento más legitimada. No solo “Soy la chica de la banda”, sino “Oh, quieren saber cómo obtuve mi tono. Quieren saber qué pedales estoy usando”.
Más allá de su propia postura, experiencia y aspiraciones, lo que cuenta Lori, es decidor, porque es hoy cuando al fin parece abordarsele de lleno como la música y la compositora que es, y como la guitarrista hacedora de pesados y ácidos riffs que viven desde hace más de treinta años en el circuito del metal psicodélico, y quizás, eso no sea solo producto de los años en el oficio sino del tiempo y su signo, algo que tarde o temprano, buscado o no, a todas nos puede alcanzar.
Guitarrista autoformada, proveniente del punk y el metal, inspirada para formar su propia banda no solo por las demoledoras Girlschool sino también luego de ver en vivo a The Melvins. Lori S. Joseph ha formado su oído y su mano de guitarrista como fiel discípula de la Gibson Les Paul, modelo que la sigue acompañando y desde donde ha pulido su técnica y dado forma a su propio sonido. Un sonido que tiende a destacarse por su afinación drop D, y solos de guitarra extendidos, voladores y profundamente densos, esencia de Acid King que se ella su voz etérea y de color claro, descomprimiendo la pesada atmósfera para volverla más lisérgica y perderse entre la nubes.
Tras editar en 2015 Middle of nowhere. Center of Everywhere, primer disco en una década. Este 2023 justo a tiempo para celebrar tres décadas, Acid King ha editado Beyond Vision, iniciando con ello una gira mundial, por primera vez contemplando Sudamérica, atendiendo el llamado de una significativa pequeña de masa de seguidores repartidos por el continente donde la llegada de la herencia hard rockera ácida no deja de sorprender.
Beyond Vision, su octavo disco, es un trabajo de largo aliento, construido paso a paso en estudio y en largas sesiones que fueron naciendo puramente como experimentación en función de una decidida búsqueda sonora que nadie sabía en qué acabaría, y que inicialmente incluso llegó a ser visto como una suerte de proyecto paralelo a Acid King, una especie de disco colaborativo de Lori con su camarada musical en este viaje, el guitarrista Jason Landrian de Black Cobra. Ese gérmen inicial se percibe de principio a fin detrás de la masa densa y humosa que se levanta al darle play, mientras resaltan al oído los sintetizadores y teclados incluidos a lo largo de todos los tracks profundizando aquellos pasajes de mayor psicodelia donde aparecen texturas y ritmos que viajan al infinito guiados por la siempre prominente guitarra de Lori. Beyond Vision, como idea central de la atmósfera expansiva de todo el disco, interestelar, entre la tierra y el espacio, ambiente que se afirma, por ejemplo en 90 seconds, canción declaradamente influenciada por Yoko Ono como bien cuenta la guitarrista, y que escribió para referirse a esos únicos y angustiantes noventa segundos que se pueden vivir sin oxígeno en medio del espacio. ¿Cuánto más se podría decir de este trabajo después de saber eso? Mejor escucharlo y subirse a la nave, entre la libertad y el abismo.
Entregando un nuevo álbum que propone rumbos zigzagueantes y contundentes, con la propiedad y autoridad de un sonido acuñado y dispuesto por años, la banda y su música siguen en flujo contínuo, creando y tocando ese metal lisérgico y aletargado que no se desgasta.
Acid King, la banda de Lori S. Joseph se presenta por primera y, probablemente única vez, en Santiago, este 7 de Septiembre, por arte y magia de Red House, junto a los locales Yajaira para encabezar una fecha que se presume memorable.