JOAN JETT: EL LLAMADO DEL ROCK AND ROLL

JOAN JETT: EL LLAMADO DEL ROCK AND ROLL

Joan Jett y su banda The Blackhearts están de regreso con un nuevo disco bajo el brazo titulado Mindsets, un compendio de riffs energizantes e himnos de autodeterminación para sobrellevar la demencia y violencia de los tiempos que corren. La pionera del punk rock estadounidense, es desde hace más de cuatro décadas una de las guitarristas, cantantes y productoras más reconocibles en la historia del rock and roll.

Por Rossana Montalbán


Para nadie en el mundo del rock es un secreto el rol y camino que Joan Jett ha tenido desde hace más de cuatro décadas como una de las guitarristas, cantantes y productoras referentas del punk rock y el hard rock desde sus primeros días en el sueño adolescente de The Runaways, banda con la que plantaría esa semilla de rock hecho con ovarios en plena segunda ola feminista, explosión del movimiento y del sonido punk, y por si fuera poco, en plena era dorada del hard rock eminentemente masculino y sexista.

La década de los setentas vio nacer a una de las músicas de rock más reconocibles hasta el día de hoy. Hija del rock and roll primigenio en su clave más desaliñada y cruda propia de su tiempo, forjada como una precóz guitarrista y cantante de quince años que brilló tempranamente junto a sus compañeras de banda, localizadas hasta nuestros días, como una de las primeras bandas de rock formada por mujeres, banda con la que causó rápido furor, éxito  orquestado por un infame Kim Foley, quien levantó al quinteto como símbolos sexuales juveniles donde el rock solo fue la excusa para mostrarles la reinante misoginia en la industria musical y los abusos sistemáticos de toda una máquinaria dispuesta a explotarlas y cosificarlas en tanto producto de entretenimiento y sexual se pudiera y se pudo.

La pérdida de la inocencia a la que fueron sometidas The Runaways como mujeres jóvenes por tocar rock and roll pesado y de aires punk, con explosivas premisas de deliberada rebeldía femenina, acabaron con la banda para enterrarla, y con ella, enterrar por décadas la historia de abusos y violencia de género que sus integrantes vivieron solo por disputar nuevos roles en el masculino mundo del rock donde solo parecen sobrevivir las más «rudas». Quizás esa sea la idea que más ronda al pensar en Joan Jett, una idea con la que ella misma ha jugado constantemente en su propia imagen artística y en el imaginario de su música, haciendo suyo el rol de la chica ruda, la marimacho o la juana tres cocos, una más de la pandilla de los chicos. Un cáracter que ya se asomaba desde esos primeros tiempos en Las Runaways, donde también fue su rol ser la guitarrista estrella, incluso la que mayor proyección musical tenía por si misma dada su pasión y talento como compositora y ejecutante, poseedora de los principales atributos para desarrollar su propia carrera sin tener que mirarle la cara a ningún gordo y desfachatado productor o manager. Y la verdad, es que así fue como Jett siguió su propio camino en el bien llamado negocio de la música, porque el antecedente como ex Runaway, para bien o para mal, tenía valor en sí mismo.

En tanto, Nueva York y California explotaban en punk, ese sonido directamente heredado del viejo y bastardo rock and roll, ese lugar de riffs elementales y energía juvenil de tres acordes al que Jett pareció siempre pertenecer, de tal manera que decidió volar a Londres para grabar los primeros temas de su nuevo camino en solitario, grabaciones que hizo junto a Paul Cook y Steve Jones de The Sex Pistols, indicios claros de su total inclinación al punk de alma rockanrolera que en 1979 dejó plasmada en su disco debut homónimo que la catapultó a las listas de hits en toda Europa pero rotundamente ignorado por los sellos estadounidenses que mostraron cero interés en editarla. Un arranque ingrato pero nada sorprendente para quien ya había probado los sinsabores del sucio mundillo de la industria musical. Tratada como una paria pero respondiendo a los golpes, Joan Jett no bajó la guardia y secundada por su fiel y primer gran colaborador Kenny Laguna quien además ganó mención en la historia musical gracias a su trabajo con ella,  editando el ignorado disco homónimo bajo Blackheart Records, su propio sello, así la guitarrista inscribió su nombre como una de las primeras mujeres en fundar un sello de discográfico convirtiendo en hecho constante y sonante el DIY. ¡Si no te editan, entonces, haz tu sello, y edítalo! Pero la guitarrrista siguió con la idea de formar una banda de acompañamiento, hasta que finalmente el homónimo debut apareció en su ingrata tierra, bajo el célebre título de Bad Reputation, editado por el sello independiente Boardwalk Records.

Bad Reputation con la demora injusta, y pese a las travas a menudo vistas como el abc del aprendizaje en el mundo de la normalización del machismo, contexto permanente y casi perpetuo de toda mujer en la música rock, no importa a qué década te refieras, apareció como el sólido debut de la compositora, guitarrista y productora, haciendo honor a su maldición de género, con un título que era otra insolencia, Bad Reputation, Mala Reputación, ¿acaso Joan aludió a esa sinuosa y maliciosa forma de desprestigiar a quien potenta la fidelidad a su propia naturaleza con el alto riesgo de no encajar y no satisfacer expectativas ajenas? Porsupuesto, quién iba a querer editar el disco de una mujer así, cuando los calificativos – descalificativos no suelen ser atribuidos a los desaires masculinos. Explotando la vena irónica para responder y devolver los golpes, siempre pagando el cobro por desechar  lo que llamaron «encanto femenino», el videoclip del single estrella del álbum fue otra parodia a esa constipante y contraria reacción que la guitarrista provocó en los sellos y ejecutivos discográficos. Cuanto material le otorgaron sin sospecharlo. Memorable.

El disco se abrió paso para más tarde ser sucedido por el huracán de I love Rock and Roll, el disco y el cover de la consagración mundial, con el que desde entonces el nombre de Joana nunca más quedó fuera cuando se habló de mujeres en el rock and roll de corriente principal. Sin embargo, nada de eso, evitó que más de alguien bajara su perfil, minorizando talento o aportaciones sustanciales al estilo y su popularidad, pero eso no fue sorpresa como tampoco el vínculo referencial establecido por la oleada Riot Grrrl de principio de los noventa, cuando Bikini Kill y su portavoz Kathleen Hanna, emablemas de aquella nueva generación de punk rock militantemente feminista la citaron como mentora y referenta, amor que se terminó de consagrar con Joan siendo la productora de su EP New Radio +2, en 1994 .  Una más para una hoja de vida que cuenta con haber producido el detonador y único disco de Germs (GI) de 1979, o el último disco de la pionera Wanda Jackson en 2021.

Este 2023 Jett sigue sacando riffs y muecas con la publicación de Mindsets, conjunto de canciones de rock para sobrellevar el caótico mundo moderno. Sucesor de Changeup de 2022, su primer álbum completamente acústico que en 25 tracks recopiló algunos de sus mayores éxitos en su carrera como estrella de rock. Ahora, Joan y su banda, vuelven con esta nueva entrega, un EP descrito como una suerte de compendio de pensamientos positivos que pueden ayudar sopesar la demancia y violencia de los tiempos que corren. “Los últimos años han sido duros para el mundo entero. Estas canciones reflejan diferentes estados mentales necesarios para sobrellevar los días, las semanas, los años o los minutos. The Blackhearts y yo tuvimos una experiencia maravillosa escribiendo, ensayando y grabando estas canciones. Dougie Needles, nuestro guitarrista, creó canciones geniales con las que construimos el EP”, declaró en revista Rolling Stone hace unos meses.  La música de Joana y Los Corazones Negros no se destiñe y mantiene su vigor de alentador y callejero punk rock con la marca de Jett como certificado y sin mayores pretensiones para una artista que ya dejó su huella en la historia.

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