SIN LENCERÍA : LA BANDA QUE KATHLEEN HANNA ESCOGIÓ PARA ABRIR SU GIG EN SANTIAGO

SIN LENCERÍA : LA BANDA QUE KATHLEEN HANNA ESCOGIÓ PARA ABRIR SU GIG EN SANTIAGO

Tras once años de existencia primero como trío y ahora como cuarteto, Sin Lencería es una de las bandas de punk feminista más consistentes de la escena local que, llevadas por su convicción e instinto, se convirtieron en las músicas que subirán al escenario para abrir el esperado e histórico debut de Bikini Kill en Santiago este 7 de marzo, en una inspiradora sincronía previa a la conmemoración del 8M.


A finales de la primera década de los dos mil una joven Kenia cursando la enseñanza media fue cautivada por la crudeza y energía del punk convirtiéndose en una seria y decidida seguidora de bandas formativas como Ramones, Misfits o La Polla Records pero este amor iniciático tarde o temprano daría paso a la interrogante que quizás toda adolescente debería hacerse cuando el mundo la bombardea de referentes masculinos ¿habrán mujeres haciendo punk? exclamó desde lo más hondo la colegiala de alma musical y espíritu rebelde, una interrogante a la que suele seguirle la añoranza; el deseo de encontrar a otras mujeres como ella. Así comienza esta historia, la historia de Sin Lencería y su camino al momento más surreal y estelar de su vida musical, abrir el concierto de Bikini Kill. “Cuando estaba en tercero medio me gustaba mucho el punk y escuchaba bandas como  Ramones, Misfits, La Polla records todas eran bandas de hombres, y me dije ¿existirán mujeres que hagan punk? y ahí fue cuando llegué a The Distillers con la Brody Dalle, luego a Joan Jett y seguí buscando hasta llegar a las Riot Grrrl con Bikini Kill y ¡me enamoré! Ahí supe lo que era el feminismo, y me di cuenta que esto era lo que buscaba y lo que quería hacer. Y dije quiero tener una banda de chicas como las Bikini Kill. Empecé con lo que tenía en la casa, una guitarra de palo que era de mi hermano. En ese tiempo tenía un compañero de curso que se sentaba al lado mío y que tocaba la guitarra en las misas del colegio. A él le pedí que me enseñara a tocar pero me dijo “Las mujeres no sirven para tocar. Sirven solo para cantar”, y me sentí tan frustrada, me dio tanta rabia cuando me dijo eso, que le dije “vas a ver que voy a tener un banda solo con mujeres y que vamos a tocar bacan” relata Kenia.

Las posibilidades de que aquella rotunda y, sobre todo, injusta e irreal negación mermara irreparablemente el genuino entusiasmo de una chiquilla como lo fuimos todas, era total. Sin embargo, no fue más que una provocación y una incitación a la subversión más íntima y personal de una quinceañera ante los mandatos patriarcales repetidos como mantra por su entorno. De esa forma, surgió la búsqueda y el encuentro con una serie de heroínas y, en particular, con un antiguo movimiento surgido a inicio de los noventa Las Riot Grrrl y su banda insigne Bikini Kill. 

Cuando supimos que venía Bikini Kill dijimos tenemos que hacerla, tenemos que telonearlas. Entonces empezamos a movernos en esa dirección por las vías regulares, mandando correos a la productora” cuenta Isa. El relato parece simple y el camino expedito, pero no lo fue, al supremo momento que vivirán este jueves le antecedieron una serie de obstáculos, llamadas y correos sin respuesta, y la indiferencia de las empresas productoras a cargo, mientras los días y las semanas pasaban sin que el cartel contara con una banda local confirmada, a diferencia del resto de las fechas por el continente. “Los correos nos rebotaban, entonces después de eso, Kenia se compró una entrada para el recital porque íbamos a estar presentes como fuera, ya sea como banda o como público. Con esa entrada nos dimos cuenta que la otra productora involucrada era Fauna, entonces empezamos a enviarles correos a ellos, pero tampoco hubo respuesta”, relata la guitarrista.

Largo es el camino a los sueños reza un viejo proverbio. Largo, accidentado y casi siempre lleno de desvíos. “Luego de no tener respuesta decidimos movernos por otro lado, hasta que dimos con el contacto de Francisca Salas, ella hizo un documental sobre las Riot Grrrl y tenía el correo personal de Kathleen Hanna. Se lo pedimos y nos dijo que lo intentaramos por ahí. Redactamos un correo que Ade tradujo, contándole cómo nos había influenciado y lo importante que era ella y la banda para nosotras. Le contamos sobre nuestro trabajo, y le mandamos los links con nuestro Spotify y Bandcamp para que nos escuchara. Pasó el tiempo sin tener noticias, esperando que algo pasara, hasta que en febrero nos escribieron y llamaron de Fauna para decirnos que íbamos a telonear a Bikini Kill y que la misma banda nos había seleccionado para eso. ¡Nos caímos de espalda!. Desde ahí todo ha sido una locura y todo ha pasado muy rápido preparándonos durante todo el mes para ese día, para ese gran sueño que está ocurriendo”, sentencia una emocionada Isa.

Esta no era la primera vez que la banda se animaba a conseguir un lugar en el cartel de una fecha encabezada por una de sus referencias. Ya se habían aventurado años atrás para la primera visita de L7 a Chile, sin lograrlo. Pero ¿qué sería lo peor que podría haber pasado esta vez? ¿que una banda integrada por hombres abriera? ¿que una banda sin ningún tipo de relación a los principios del feminismo y el Riot Grrrl estuviera presente? o ¿que hubiera un dj set hecho por un hombre en una fecha de tal simbolismo y significado? Probablemente, todas las anteriores, todas situaciones ya experimentadas en el largo historial de chascarros y malas elecciones en el mal administrado ítem telonero y presencia local en los recitales internacionales. La experiencia de la banda en este ámbito habla por sí sola “Hemos tenido varias situaciones en ese sentido. Cuando vino L7 en 2018 le escribimos a la productora preguntando si podíamos telonear y nos respondieron que la banda ya había escogido a las teloneras, y como era una banda de chicas, Frank’s White Canvas, nos quedamos tranquilas con eso, fuimos al recital y los disfrutamos. Luego cuando la banda vino de nuevo el año pasado, pasó lo mismo, Álvaro España fue a poner música ni siquiera a telonearlas, algo completamente nada que ver. Eso nos dio mucha lata. Siento que todo funciona por amiguismo y se nota mucho. En ese aspecto la banda debería ser la que tome esa decisión, y no las productoras. También el año pasado cuando vino Bad Religion fue igual, pusieron a una banda que no tenía nada que ver con el hardcore punk habiendo muchas bandas de esa escuela aquí en Chile. Debería ser algo más abierto, y la banda que telonea debe ser escogida por la banda que viene, como ocurrió con nosotras”, afirma una rotunda Kenia

Lo cierto es, que ni fuerzas celestiales, ni mucho menos astrales han hecho posible que Sin Lencería ocupe el lugar que, de alguna forma, le pertenece tanto a ellas como a cada banda inspirada por Hanna y compañía. Más bien, y únicamente, la capacidad de perseverar e insistir  como modo de existir ante permanentes evasivas y negativas – vaya qué familiar, aló patriarcado -, hicieron que las cuatro músicas encontraran la forma de comunicarse directamente con Hanna, y el resto ya es historia.

Paulina Burgos en batería, Kenia Alarcón en bajo, Adelen Rueda e Isadora Vivanco en guitarras, la banda oriunda de Quilicura, reunida hace más de una década como un power trío de punk rock feminista, hoy convertida en cuarteto, y sobre todo, en una hermandad cuenta las horas para el gran día, al mismo tiempo que ya puede comenzar a contar la historia de una banda que tomó su lugar junto a una de sus máximas influencias gracias a ellas mismas, a su convicción, y a la consecuencia de su interlocutora, cambiando el curso de lo que podría haber sido un bodrio o un derecho ninguneo a la escena punk feminista existente en el territorio. Así cuando recordemos el paso de Bikini Kill por Santiago en víspera del 8M, recordaremos, gracias a cuatro mujeres unidas, que la historia, pese a los yugos y, a las productoras de eventos, se puede cambiar aunque sea por una noche.

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Rossana Montalbán

Rossana Montalbán es periodista, investigadora y escritora. Fundadora y editora general de Crónica Sonora. Autora del libro “Tanto insistir" biografía de los pioneros del hardcore melódico BBS Paranoicos. Investigadora en género y feminismos en la música. Coordina desde 2021 el Club de Lecturas para Subir el Volumen: Música, género y feminismos. Ha colaborado con el Observatorio Feminista del Libro RedFem, Mujeres Críticas de Música. Ha escrito para diversos medios digitales e impresos entre ellos Grinder Magazine, Fotorock.cl, Revista La Noche, o la revista de crítica cultural Luzes de Galicia. Actualmente se encuentra trabajando en su segundo libro.

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