KIM GORDON : EL TIEMPO Y EL RUIDO

KIM GORDON : EL TIEMPO Y EL RUIDO

Kim Gordon publica su segundo álbum solista este 8 marzo bajo el títitulo The Collective. Una sugerencia tras otra acompañan el manifiesto de una figura musical y artista multidisciplinar que sigue reinando desde el ruido y la experimentación.

Por Rossan Montalbán


Trece años han transcurrido desde que Sonic Youth se separó, trece años desde que Kim Gordon cabalga por el mundo simplemente como Kim Gordon pero también y, con total autoridad, como la ex bajista y cofundadora de una de las bandas de rock y vanguardia más importantes de las últimas cuatro décadas. Desde entonces, su sitial como pionera de la no wave y del rock alternativo ha alcanzado nuevos, mayores y absolutos honores, mientras continúa aumentando su producción creativa en la vereda de las artes visuales, manteniendo su rol opinante como célebre feminista, y expandiendo los horizontes sonoros de su trabajo musical solista nutrido de forma permanente por esa ineludible faceta experimentativa entre cuerdas y máquinas.

La vida artística y musical de Kim Gordon tras la separación de la emblemática banda, es a día de hoy la suma de una artista multidisplinar cuyo poderoso espectro encuentra raíces no solo en el rock and roll experimental, no solo en la no wave de inicios de los ochenta sino también en una permanente inquietud por procesar su tiempo que, a su vez significa procesar el pasado y el futuro, la cualidad máxima de todo y toda gran artista. Quizás, la única forma de hacer arte y continuar haciéndolo más allá de las demanda mercantil, cuestiones que la misma Gordon atravesó y superó junto a sus compañeros durante los famosos noventa.

Es así como la existencia creativa de la llamada «Chica del grupo» dio vida a proyectos rotundamente renovadores como Body Head, evocando una serie elementos propios de su impronta en la antigua banda, ahora puestos al servicio de un arte personal y no colectivo. De ahí los distintos atributos de lo que ha sido dicho duo armado con Bill Nace, basado en la experimentación con la guitarra a secas, ahodando en el elemento sónico. Conversión prolífica que entregó hasta ahora cuatro álbumes publicados entre 2013 y 2018, Body/Head 12″ (2013), Coming Apart (2013), No Waves (2016), The Switch (2018).

Pero la edición en 2019 de No Home Record, nombre inspirado en el documental sobre Chantal Akerman No Home Movie – en concreto y oficialmente su debut solista, la compositora de origen californiano pero alma neoyoquina llevó sus descontracturados juegos vocales cercanos al spoken word a un paisaje sonoro de sugerente cariz industrial sorprendiendo y dejando atrás cualquier giro predecible hacía el mundo del indie rock o el perfil de una cantautora, pues la vena de Gordon nace de la plasticidad, en este caso, de los instrumentos y los artefactos, recordándole al mundo su esencia, y también recalcando el rol que jugó en su influyente banda. Con esa construcción personal con elementos maquinales provenientes del electro punk, el art rock y el electro rock, Gordon salió de gira con su nueva banda de acompañamiento permitiendo verle nuevamente sobre el escenario en el trance de la perfomance del nuevo ruido. Sus proyectos posteriores revelaron su constancia como hacedora de una música disruptiva, enigmática pero al mismo tiempo reconocible en su impronta. Y también la llevaron a continuar los lazos de siempre en sus grabaciones junto a J. Mascis de Dinosaur Jr.

Con varios años de diferencia, 2024 trae el segundo álbum solista de la idolatrada bajista, con el nombre The Collective vía Matador Records, y dos tracks ya estrenados consecutivamente en dirección hacía un 8M en el que verá la luz esta nueva entrega discográfica donde nada es cocincidencia, menos su fecha y menos las imperiosas cuestiones abordadas en estos adelantos. El primero de ellos, estrenado en enero bajo el nombre de Bye Bye, una pieza de pulso procesado e inquietante para retratar una eminente explosión social, quizás feminista con la propia hija de Gordon protagonizando el videoclip dirigido por su colaboradora la fotógrafa y cineasta Clara Balzary. El segundo bocado lleva por nombre I’m a Man, publicado finales de febrero, propone un paisaje sonoro oscuro y agitado, en el que Gordon se detiene en el papel de la “masculinidad tradicional” y el rol del capitalismo en su permanencia y autodestrucción con un modo vocal robótico y desafectado, cual inteligencia artificial. De esta forma The Collective llega para entregar algunas claves sobre su creadora, sobre su forma de seguir atrapando el tiempo y perfeccionando su propio ruido.

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cronicasonora2

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