MALDITA ANSIEDAD : LA MÚSICA COMO RESPUESTA

MALDITA ANSIEDAD : LA MÚSICA COMO RESPUESTA

Maldita Ansiedad acaba de publicar su segundo disco, un EP compuesto por siete tracks rebosantes de punk noventero, melodías intensas, coros chiclosos y, sobre todo, grandes preguntas comenzando por su título; Tengo una duda… ¿Tengo una vida?


Por Rossana Montalbán

Fotos banda : MichelAndrés /@Mario.delirioph


El trío acaba de publicar su nuevo material Tengo una duda… ¿tengo una vida?, un EP compuesto por siete tracks donde casi todo son preguntas; muchas de ellas sin respuesta, algunas con respuestas pasajeras, y otras, cuya interrogante no es más que la forma de convivir con el desasosiego permanente y arrojarlo en lo que se canta y compone.

¿Cuán egoista puedo ser? cantan Simona, Naty y Ely en Mañana de preguntas, y ¿acaso no es eso lo que abunda en nuestras mentes día tras día al abrir los ojos? preguntas y más preguntas. Todo comienza con un distorsionado riff introductorio seguido de una confesional y dulce línea vocal para luego lanzar con fuerza la pregunta insertada en un coro que penetra una y otra vez. Así comienza este nuevo trabajo de Maldita Ansiedad, banda formada en 2017 que sigue haciendo honor a su nombre cada vez que aborda las inquietudes existenciales y emocionales de su vivir.

Presentado en vivo hace algunas semanas en Caja Acústica, el trío afirma su sentido musical a través de estas siete pistas que lucen una vivaz fórmula de punk y rock noventero donde brillan agudas distorsiones, quiebres rítmicos y melódicos coros que se quedan en la cabeza. Un sentido musical que nace, como suele ocurrir, de su propio bagaje e inclinaciones, y así lo señalan «La verdad nunca pensamos en plasmar un sonido en específico, siento que es intrínseco, debido al tipo de música que escuchamos, noventera dosmilera, bandas de cabras o donde cantaba una cabra. A mi me gustan caleta los pedales, Naty igual usa pedales en su bajo, y Ely tiene una oreja super noventas, entonces por sí solo salió el sonido, nos dimos cuenta después de que sonaba así».

Activas hace siete años como trío, formato que define su manera de sonar, la banda además de condensar elementos primordiales como la melodía puesta en enérgicos coros que se escuchan con vigor, viscerales y pegajosos, unidos a simples y poderosas estructuras de batería, bajo y guitarra, la banda ha ido estableciendo cierto carácter existencialista a través de sus letras en las que prevalecen las interrogantes, los cuestionamientos, es decir, preguntas trascendentales yendo más allá de un discurso literalmente político o feminista, sin dejar de serlo. Siendo capaces de dar forma líricamente a un discurso tan íntimo como colectivo donde a menudo se encuentran relatos y desahogos en torno a la existencia cotidiana, doméstica, las microviolencias y las violencias estructurales de la sociedad. «Nuestra temática central trata de abarcar las condiciones en las que vivimos en un sistema que nos violenta, que nos tiene al margen del ocio, donde la vida es solo esto que nos presentan, nacer, crecer, trabajar y morir. No podríamos separar el feminismo de la cotidianidad, ni de las canciones que escribimos, aunque no diga mujer o feminismo. Buscamos retratar nuestras vivencias personales y de otres, cuestionando el modo en el cual nos relacionamos con otras personas e incluso con otras criaturas», afirma la banda.

El disco trabajado durante más de dos años, finalmente tomó forma durante 2023 cuando se sentaron a grabar con Felipe Cavieres en Estudios Rockin, con quien las tres músicas lograron una efectiva y reciproca dinámica de grabación y post producción que terminó por dar vida a la totalidad de las canciones que forman parte del EP, del cual se conoció anteriormente Mordida de Perro, fulminante track con sabor a garage punk, letra frontal y coro para gritar, mordiendo ferozmente a la falsedad y a la mala intención humana solo como un perro puede hacerlo. «Nuestro nuevo material comenzó a gestarse más o menos por el 2021 con la entrada de Slowly, a la banda. Había temas que ya habían estado dando vueltas, como Mordida de perro y Sucia, luego y con un cambio de sala de ensayo, vinieron los demás. Pudimos sentirnos seguras de poder mostrar y materializar lo que estaba sucediendo. Grabamos en salas Rockin, con Felipe Cavieres, quien desde siempre mostró motivación por hacer este trabajo. Fueron dos días de grabación, donde lo pasamos super bien y nos sentimos súper cómodas», señalan sus integrantes.

Canciones como La Tristeza, No Quiero, Nube Negra y, en particular, Ámbar, son los siguientes momentos que revelan la dirección de su tracklist, éste último, escrito en memoria de Ámbar Cornejo, buscando denunciar su femicidio y póstuma revictimización por parte del Estado de Chile y los medios de comunicación, cuestionando la ausencia de una justicia con perspectiva género, haciendo de este tema uno de los más potentes compuestos por la banda. «Generalmente, se da que cada una trae una canción y la trabajamos en conjunto. La que hace la canción la canta. Nube negra en especial, fue un ensamble de ideas por separado, pero que, al unirlo, encajó como si estuviéramos pensando lo mismo. Bueno, venimos trabajando las canciones ya hace unos tres años, y nos decidimos a grabar el año pasado», cuentan las músicas.

Presentándose en vivo con frecuencia, habitando entre el circuito de punk feminista y el circuito punk tradicional como lo fue su participación en la celebración de los 30 años de la banda penquista Pegotes, al mismo tiempo que han formado parte de instancias como Tank Grrrl y otros festivales enfocados a mujeres y disidencias, su posición es clara, y su aspiración es siempre contribuir a construir un circuito musical underground seguro y consecuente donde puedan compartir escenario con bandas y proyectos desde el respeto, «Desde hace un tiempo nos hemos estado relacionando con bandas amigas, donde tenemos afinidad y donde nos sentimos cómodas. Siempre se les otorga más responsabilidad a las mujeres por posicionarse y tener una banda, pero no veo cuestionando a las “bandas de chicos” por tener un discurso o por tocar con mujeres. Jamás hemos sido separatistas, no odiamos a los hombres, como diría Rehusar. Tenemos amigos varones con los cuales tenemos estrechas y buenas relaciones, claro que son muy pocos dentro del circuito musical, somos muy selectivas en ese sentido y siempre estamos atentas y en alerta a cualquier señal que nos haga sentir disminuidas».

«Tengo una duda … ¿tengo una vida?» se oye como una ácida interpelación de punk rock oscuro  iluminado con voces dulces y chiclosas que evocan la esencia juvenil, furiosa y lúcida del Riot Grrrl como también de otras preferencias noventeras, donde el enojo y la frustración son el motor, asumiendo y afrontando la incomodidad y la disconformidad, y donde la música parece ser la respuesta a esas preguntas que por las noches quitan el sueño.


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cronicasonora2

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