Ricardo Luna

ANGELO BADALAMENTI: EL FUEGO CAMINA CON ÉL

ANGELO BADALAMENTI: EL FUEGO CAMINA CON ÉL

 

 

En nuestra última entrega hablamos de la gran dupla que hacen Dany Elfman y Tim Burton. La complicidad entre ambos ha permitido que su relación se mantenga en el tiempo y haya dado frutos a hermosas piezas creativas. Sin embargo, existe otra dupla que desde mediados de los 80s han creado sonidos que hasta el día de hoy resuenan en nuestras cabezas y es que nadie ha podido musicalizar de mejor manera los sueños (o más bien pesadillas) de David Lynch que el maestro Angelo Badalamenti.

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Angelo Daniel Badalamenti nació en Brooklyn, New York en 1937 descendiente de familia italiana sintió su pasión por la música desde muy pequeño. Estudió en la prestigiosa Escuela de Música Eastman en Manhattan y ya para principios de los años 70s comenzaría su carrera como compositor y creador de piezas musicales para el cine y la TV. También tendría participación como pianista para diferentes artistas, destacando la cantante británica Shirley Bassey y la gran Nina Simone. Sin embargo, no fue hasta mediados de los 80s cuando podríamos decir que Badalamenti hace su verdadera entrada a la industria cinematográfica luego de cruzar caminos con el director David Lynch.

Entre los años 1985-1986 Lynch se encontraba trabajando en su tercera película – “Blue Velvet” (1986) una de sus obras más aclamadas. Lynch estaba claro sobre que canciones utilizaría para su cinta, pero necesitaba complementarla con música instrumental para terminar las ambientaciones y crear las atmosferas necesarias, en síntesis, darle el toque lynchiano característico.

Fue entonces cuando el nombre de Angelo Badalamenti llegó hasta su oficina y luego de una breve reunión la magia surgió. En palabras de Lynch, “Angelo es un genio de la música, con una capacidad de musicalizar sentimientos y conceptos abstractos única”. Lynch quedó tan maravillado con el talento de Angelo que incluso afirmó que cuando escuchó los primeros acordes para Blue Velvet no pudo contener las lágrimas. Desde ese momento Lynch y Badalamenti no han parado de trabajar juntos.

Tras el éxito de Blue Velvet, Lynch incursionaría en el mundo de la TV con una serie que simplemente revolucionaría las pantallas. “Twin Peaks” (1988 – fecha del lanzamiento del capítulo piloto) simplemente paralizó e impactó al mundo con el misterio sobre la muerte de Laura Palmer. Por supuesto que la música estuvo a cargo del maestro Badalamenti y con ello el éxito internacional. El soundtrack compuesto con hermosos arreglos que van desde bellas y apacibles melodías hasta oscuras interpretaciones que pueden aterrorizar a cualquiera, fue premiado en números festivales y hasta el día de hoy, el tema introductorio de Twin Peaks es recordado como uno de los más emblemáticos en la historia de la TV.

La psicodelia y el jazz son casi una marca registrada del binomio Lynch-Badalamenti y su complicidad desencadenó una serie de colaboraciones artísticas que terminaron en piezas audio visuales como “Industrial Symphony N°1” (1990) una obra musical de vanguardia que incluye a Julee Cruice, mítica voz de las canciones habituales del RoadHouse Bar en Twin Peaks.

Desde entonces y hasta la fecha Badalamenti ha colaborado en los discos solistas de David Lynch. De hecho, es gracias a la influencia y pasión de Angelo que Lynch comenzó a explorar en la música. Incluso recién en el 2018 se recuperó “Thought Gang” un álbum compuesto por Badalamenti y Lynch en los 90s y que se consideraba perdido. Una pieza musical exquisita para los amantes del Jazz más ácido y psicodélico que además incluye otros estilos como el noise. Una pieza alocadísima que vale la pena darle una vuelta.

Sin duda que los 90s fueron los mejores años para Badalamenti, ganó múltiples premios y recibió diferentes nominaciones por sus trabajos para Lynch destacando sus composiciones para “Twin Peaks” la serie, “Twin Peaks: Fire Walk With Me” (1992), “Wild at Heart” (1990) y “Lost Highway” (1997) Sin embargo, Angelo también demostraba su versatilidad como músico. Por ejemplo, él fue el creador de distintas fanfarreas para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, también musicalizó anuncios publicitarios para Calvin Klein y Adidas. Además, creó la mítica cortina introductoria para el programa de TV “Inside The Actors Studio” (1994-2018) conducido por el gran James Lipton y como si fuera poco, también compuso el score para otras grandes películas como “The City of the Lost Children” (1995), y la genial “Arlington Road” (1999).

El comienzo de los años 2000s también fueron muy buenos para Angelo y Lynch. “Mulholland Drive” (2001) se transformaría en la cinta más premiada de Lynch y por supuesto que Angelo recibiría numerosas nominaciones y premios por su hermoso trabajo. Posterior a “Mulholland Drive”, Angelo acompañaría a Lynch en una serie de cortos, pero no participaría en “Inland Empire” (2006) el último largometraje de Lynch a la fecha. Vendría entonces un largo silencio para Lynch, pero no para Angelo quien seguiría con su incombustible creatividad participando en obras como “Secretary” (2002), “A Very Long Engagement” (2004), “Dark Water” (2006) y “The Edge of Love” (2008) por nombrar algunas.

 

Al ver los títulos recién mencionados, nuevamente podemos comprobar la capacidad de Badalamenti para nadar en diferentes mares sin ahogarse. Pasar por música sinfónica elegante y armoniosa hasta llegar a aguas profundas y tenebrosas. No muchos artistas pueden hacerte sentir feliz y aterrado con su música, quizá por eso Lynch le tiene tanto aprecio y respeto.

El silencio de Lynch se rompería cuando anunció el retorno de “Twin Peaks” en 2017 justo 25 años después de su lanzamiento y que coincidía con la escalofriante y premonitoria cita de Laura Palmer al agente Dale Cooper “Te veré en 25 años”. “Twin Peaks: The Return” también significó el regreso de Angelo a la composición junto con su partner Lynch. Nuevamente la serie la rompió a todo nivel y como era de esperar las piezas de Badalamenti triunfaron en muchos festivales.

A sus 84 años Angelo Badalamenti se encuentra plenamente vigente y trabajando. Una mente brillante con un talento enorme. Les recomiendo además escuchar las colaboraciones con Dolores O’Riordan, en especial “Angels go to Heaven” de la cinta “Evilenko” (2004) una obra sublime que pone los pelos de punta.

Pueden escuchar muchos de los trabajos de Angelo en diferentes plataformas, revisen las películas en las que ha trabajado y podrán apreciar su virtuosismo y finalmente lo más notorio de su trabajo es su habilidad para descifrar la mente de Lynch y ser capaz de musicalizar sus laberintos mentales.

DANNY ELFMAN: MELODÍAS EXTRAVANGANTES

DANNY ELFMAN: MELODÍAS EXTRAVANGANTES

 

 

TIM BURTON Y DANNY ELFMAN 

LA DUPLA MÁS FREAK DE HOLLYWOOD

En nuestra edición anterior narramos la historia de amor y odio entre Alfred Hitchcock y Bernard Herrmann, quienes probablemente fueron la mejor dupla director-compositor de mediados de los 50s hasta fines de los 60s y cuya amistad lamentablemente terminó de la peor manera posible. En este número queremos hablar de otra dupla, una que se ha mantenido intacta desde mediado de los 80s y que desde entonces se han transformado en ícono y una gran influencia para millones, especialmente para todos quienes se sienten más atraídos a la oscuridad y al gótico. Hablamos de la gran dupla formada por el director y productor Tim Burton y el músico y compositor Danny Elfman.

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Partían los años 80s y el joven Timothy Walter Burton estaba recién graduado de la prestigiosa Californian Institute of the Arts, debido al gran talento demostrado durante sus años de estudio fue elegido para trabajar como animador ni más ni menos que en los estudios Disney. Participó en proyectos como The Fox and the Hound (1981) y en The Black Cauldron (1985) sin embargo siempre tuve problemas en la parte creativa, la cabeza de Tim estaba inundada por ideas descabelladas que simplemente no tenían cabida en los estudios. A pesar de eso, Disney reconocía su talento y le dieron luz verde para su primer corto, Vincent (1982).

Este cortometraje es el resumen de la esencia de Tim Burton. En él destacan los tintes góticos, ambientaciones lúgubres y un diseño de personajes poco convencional y que a la larga se convertirían en su sello. Vincent nos cuenta la historia de un niño que sueña con ser Vincent Price. Burton no pudo ser más autoreferente, él creció viendo las películas de Vincent Price y siempre fue su héroe razón por la cual el mismo Burton pidiera que Price prestara su voz para narrar su corto.

En 1984 Disney autorizaría un proyecto de medio metraje llamado Frankenweenie. La idea es que fuese una variación de la historia de Frankenstein, pero para niños. Sin embargo, se consideró inapropiado para menores. Muchos años después Burton retomaría esta idea y la transformaría en una película de animación, pero no nos adelantemos porque si bien Frankenweenie lo logró ser lo que se esperaba, fue suficiente para que captara el interés de Paul Reubens, el actor detrás de Pee Wee Herman quién vio en Tim Burton el talento necesario para dirigir su película Pee Wee’s Big Adventure (1985) la cual no sólo fue un gran éxito, también significó la salida de Burton de los estudios Disney para comenzar su carrera como director y más importante aún fue la primera vez que Burton trabajaría con Danny Elfman dando inicio a una sociedad que perdura hasta el día de hoy.

Danny Elfman nació y creció en Los Angeles, California en 1953. Nunca estuvo consciente de su talento hasta ya siendo prácticamente mayor de edad. Algo muy diferente de otros compositores que hemos revisado en esta sección en donde la mayoría descubrieron sus talentos a temprana edad o nacieron en familias donde la música ya formaba parte de su ADN. Sin embargo, en el caso de Elfman, no es hasta principios de los 70s cuando junto a su hermano Richard forman “Mystic Knights of Oingo-Boingo” un grupo Musico-Teatral en donde Danny formaba parte del coro y que luego terminaría conduciendo y creando piezas musicales.

En 1980 Richard Elfman hace su debut como director de cine dirigiendo Forbidden Zone y obviamente también es el debut de Danny Elfman en la composición musical de la cinta. Score que hasta el día de hoy es considerado de culto por los fans de Elfman.

Si bien la película no tuvo tanto éxito, fue suficiente para poner en vitrina el trabajo y talento de Elfman quien continuó trabajando con su ahora banda Mystic Knights of Oingo-Boingo creando música muy ecléctica, haciendo un sonido rock muy poco convencional y muy extravagante.

Fue este sonido que captó la atención de Tim Burton, quien se consideraba fan de Oingo-Boingo (no podía ser de otra forma) y que en 1985 se acercó a Danny para pedirle que compusiera la música para su película Pee Wee’s Big Adventure. Fue un momento único, una especie de alineación planetaria que hizo que este par de freaks se encontrarán para juntos dar vida a sin fin de películas.

Pasaron tres años de silencio para Burton hasta que llegó a sus manos el guión de Beetlejuice (1988) de inmediato supo que ese trabajo era para él y obviamente Elfman lo acompañaría en la aventura. El éxito fue enorme, dando inicio a la época dorada de Burton. Luego de Beetlejuice seguirían: Batman (1989); Edward Scissorshands (1990); Batman Retuns (1992); A Nigthmare Before Christmas (1993) – como productor; y Ed Wood (1994) la primera película sin Elfman en la composición.

Edward Scissorshands, marca el inicio de otra gran sociedad, la de Tim Burton y el actor Johnny Depp. También esta cinta contó con la participación especial de Vincent Price, el héroe de Burton para quién escribió especialmente el papel del inventor. Esa sería la última aparición de Price quien al momento del rodaje ya se encontraba muy enfermo y que tristemente fallecería a los meses después.

La banda sonora de Edward es también considerada una de las piezas más bellas de Elfman y no hay duda que a muchos les entró más de alguna pelusita en el ojo al escuchar la música y escena de la nieve, ¿no es cierto?

Muchos creen que A Nightmare Before Christmas fue dirigida por Tim Burton, pero no es así. Burton estuvo a cargo de la producción, su influencia es notoria, pero no podemos quitar crédito a Henry Selick, director de la película y ex colega de Burton en Disney y que hasta la fecha también nos ha regalado hermosas animaciones como James and the Giant Peach (1996) y la maravillosa Coraline (2009).

La música de Elfman fue un éxito también siendo nominado a un Globo de Oro, pero lo más notable es que desde entonces muchos de nosotros en la noche del 31 de octubre andamos cantando “…this is Halloween, this is Halloween, Halloween, Halloween!”

En 1996 Burton lanza la descabellada Mars Attack! y en 1999 Sleepy Hallow donde retoma el terror mezclado con comedia y ambientaciones góticas. En 2001 Burton se la juega con el remake de Planets of the Apes, película que para muchos fue su primera gran caída pero que le permitió encontrar el amor, conoce a Helena Bonham Carter con quien se casaría y tendría dos hijos. En 2005 Burton dirige su película más alabada Big Fish cuyo soundtrack, obviamente en manos de Elfman fue nominado a un Oscar y un Globo de Oro.

Mientras Burton trabajaba creando películas y produciendo otras. Dany Elfman no sólo se dedicaba a trabajar con él. Elfman se tomaría el tiempo para componer tanto en cine como televisión.

Su trabajo abordaría piezas musicales para películas como Dick Tracy (1990), Darkman (1990), The Frighteners (1996 dirigida por Peter Jackson), Men in Black (1997), Good Will Hunting (1997 nominado al Oscar), Spider-Man (2002 dirigida por Sam Raimi).

En cuanto a la televisión podemos rescatar su trabajo para la popular serie de terror Tales from the Crypt y por supuesto la genial, única e inconfundible pieza introductoria para la familia más popular del mundo The Simpsons.

En 2005 Burton volvería a lograr un tremendo éxito con Charlie and the Chocolate Factory. Esta cinta es quizá en la que Dany Elfman tuvo más protagonismo pues la principal gracia de la película radica en su maravillosa música. Nuevamente Elfman fue capaz de lograr llegar hasta la médula, no sólo creando una preciosa composición, sino que además se la jugó cantando él mismo en cada pieza.

Ese mismo año trabajarían en el hermoso musical de animación Corpse Bride donde nuevamente vuelven a lo gótico y fantástico. Elfman se luce con un soundtrack que mezcla piezas clásicas con ritmos de Jazz perfectos para esta fantasmagórica cinta de amor.

Sweeney Todd (2007) sería la segunda y última película hasta la fecha que no cuenta con el trabajo de Elfman. Pero en 2010 ambos volverían a la carga con una nueva versión para Alice In Wonderland cinta con que la Elfman conseguiría una nueva nominación al premio de la academia.

Luego de esta cinta ambos han continuado su trabajo e incluso se rumorea que se encuentran preparando la que sería la segunda parte de Beetlejuice. Película que sería un hito en la carrera de Burton pues sería la primera vez que realizaría una séquela, sin considerar Batman pues proviene del comic.

Hemos podido dar un vistazo a las carreras de dos grandes personajes de la industria del cine y la música. Hemos visto la versatilidad de Elfman para trabajar en un sinfín de cintas de los más variados estilos siempre respondiendo con gran profesionalismo. Para él, trabajar estrechamente con el director es el principal trabajo de un compositor. Interpretar lo que cada director percibe, siente o sus emociones o estados de ánimo es algo muy abstracto. “Un director te dice quiero esto, entonces corres a tu estudio y luego dices, ‘creo que esto es que lo quiso decir’”

 

Esta cita refleja, la dura tarea de un compositor, incluso uno que lleva años trabajando con la misma persona. En una entrevista le preguntaron si era fácil trabajar con Burton ya que lo conocía desde hace tiempo, a lo que Elfman respondió:

“Tim sigue siendo muy complejo, quizá incluso más de lo que era. Cada vez que toco música para él estoy tan nervioso como si fuera la primera vez. En muchas oportunidades he tocado música para él y lo he visto que se lleva las manos a la cabeza y comienza a tirarse el cabello. Nunca me he sentido mal con las cosas a las que hemos llegado, pero muchas veces es una enorme espiral llegar ahí. Tienes que ser mitad compositor y mitad siquiatra”

Sin duda que tanto Burton como Elfman tienen mentes muy complejas pero que han sido capaces de sincronizarse y entenderse mutuamente para lograr sacar eso que llevan dentro y plasmarlo en una cinta. Quizá muchos no gusten o entiendan el trabajo de Burton, pero son artistas como él y Elfman los que le dan ese toque divertido y mágico a la vida de muchos.

Esperamos que tanto Burton como Elfman sigan creando obras por mucho tiempo más y que en algún momento su trabajo sea reconocido pues, aunque ambos han sido nominados a premios de la academia, Globos de Oro y Baftas, nunca han podido obtener uno.

Pueden encontrar en diferentes plataformas el trabajo de Elfman, principalmente en Spotify pueden tener acceso a su vasto catálogo y por supuesto disfruten su música y dejen que los transporte a los pasajes favoritos de cada película.

BERNARD HERRMANN : MÚSICA SIN CONCESIONES

BERNARD HERRMANN : MÚSICA SIN CONCESIONES

Alfred Hitchcock realizó películas que hasta el día de hoy siguen vigentes, muchas de ellas son consideradas cintas de culto las cuales han desencadenado secuelas, remakes y series de TV, pero más allá de eso, son cintas que han y siguen influenciando a muchos nuevos directores.

Hitchcock revolucionó el cine con su forma de contar historias y sobre todo por llevar la intriga, el suspenso y el terror a otro nivel. Pero el gran detalle que hizo de Hitchcock una celebridad era su buen ojo para rodearse con personas llenas de talento que podían sacarle el máximo provecho a sus habilidades y así posicionar sus películas en lo más alto.

Hitchcock entendía muy bien que una buena cinta requiere una buena pieza musical que acompañe y que sea coherente con la narrativa. Esa música la encontró en Bernard Herrmann, un genio de la música que colaboró con Hitchcock durante 15 años, formando una amistad que parecía inquebrantable pero que terminó trágicamente.

Bernard Herrmann nació en Nueva York en 1911 y desde niño destacó por su natural talento para la música. A los 13 años ya había ganado un premio por composición y a los 20 ya conducía su propia orquestra. Durante los años 30s se encargó de musicalizar programas de radio, entre ellos la mítica “Guerra de los Mundos” (1938) de los Orson Welles quién luego lo invitó a dar salto al cine componiendo su obra maestra “Citizen Kane” (1941) con la cual obtuvo su primera nominación a los óscar. Ese mismo año lograría ganar su única estatuilla con la cinta “The Devil and Daniel Webster” Pero a Benny, como lo llamaban sus amigos, no le interesaban los premios, así que le regaló su galardón a su hija.

Ya en los años 50s Herrmann era toda una estrella. Su genial estilo para componer, su versatilidad y la agudeza para ir incorporando elementos modernos a la orquesta, lo hacían un tipo muy demandado. Llegando a componer hasta para tres cintas diferentes al año. Uno de sus logros más emblemáticos fue la incorporación de sonidos electrónicos dentro de una orquesta clásica, algo impensado para la época, pero que resultó perfecto para la futurista “The Day the Earth Stood Still” (1951).

Fue así, en la cúspide de sus carreras como Herrmann y Hitchcock se conocieron. Muchos pensaron que esa sociedad no duraría mucho, pues Benny era conocido por tener cambios de temperamento y ser demasiado llevado a su idea, mientras que Hitchcock no toleraría alguien que no estuviese de acuerdo con él. Lo cierto es que ambos se llevaron muy bien y llegaron a ser grandes amigos.

Herrmann se encargó de componer la música para algunas de las películas más emblemáticas de Hitchcock, nos referimos a “The Man Who Knew Too Much” (1956), “Vertigo” (1958), “North by Northwest” (1959), “Psycho” (1960) y “Marnie” (1964). En todas estas cintas Benny fue capaz de transmitir el miedo, el suspenso, la pasión, el terror y la intriga usando su música.

 

La metodología de Benny era clara y directa. “Ningún director se mete en mi trabajo, ellos ya hicieron el suyo, déjenme hacer el mío” solía decir Herrmann cuando le preguntaban por su trabajo. Otro aspecto fundamental en su concepción musical era el de crear un score que no solo fuese un complemento o un apoyo en el que la película se sostenía, sino que crear música que fuese capaz de sostenerse por sí misma fuera de ella. Benny no creía que un compositor debiese hacer una canción que la gente continuara silbando o tarareando a la salida del cine. Él quería llegar a lo más interno del espectador y así entregarle una experiencia única.

En “Psycho” la clásica toma en la ducha fue originalmente pensada sin música por Hitchcock y fue Herrmann quien lo convenció de utilizar aquellos arreglos desgarradores de violín que terminaron por transformar esa escena en una de las más emblemáticas del cine y una de las más “reutilizadas” también. Es casi imposible imaginar aquella escena sin música ya que los violines se nos vienen a la cabeza inmediatamente.

Hitch quedó tan maravillado con el resultado final que le pagó el doble a Benny. Sin embargo, el soundtrack para “Vértigo” marcaría un hito en ambas carreras y hoy en día está considerado como uno de los mejores de la historia. Curiosamente para el propio Benny tanto su trabajo para “Citizen Kane” como “Vértigo” eran sus favoritos.

En “Vertigo” Herrmann logra captar de forma magistral los problemas sicológicos de John (James Stewart). Las escenas de vértigo realmente resultan terroríficas, así como también los momentos de tensión son acompañados con música que te deja el corazón apretado. Una verdadera obra de arte que se encuentra posicionada en el número 12 del ranking de los mejores scores de acuerdo al American Film Institute. En paralelo al trabajo con Hitch, Benny compuso el mítico tema introductorio para “The Twilight Zone” (1958) pero para la segunda temporada fue reemplazado por el que todos conocemos, compuesto por Marius Constant.

Sin embargo, las cosas buenas siempre llegan a un final y en el caso de la amistad Herrmann-Hitchcock, las cosas no terminaron nada bien. Todo comenzó cuando Hitch puso en manos de Herrmann la composición musical de la cinta “Torn Curtain” (1966). Como era costumbre, Hitch terminaría de filmar y luego pasaría la cinta a Herrmann quien se encargaría de hacer los arreglos correspondientes. Hasta este punto la historia es clara. Sin embargo, lo que ocurre posteriormente es un tanto nebuloso y lleno de especulación. La historia más aceptada es la que detalla que un día Hitchcock se presentó al estudio de grabación para escuchar lo que Herrmann tenía listo para la cinta. Algo que nunca había ocurrido, pues iba en contra de las políticas de Benny, pero él accedió y le mostró a Hitch lo que llevaba hasta ese momento. Iban tan solo unos cuantos minutos de la grabación cuando Hitchcock ordena apagarla inmediatamente y en un ataque de rabia increpa a Benny gritándole porque estaba haciendo algo totalmente diferente a lo que le había pedido. “¿Dónde está el tema central?” “¡El Tema Central!” gritaba totalmente fuera de sí.  En algunas versiones se dice que incluso Hitchcock lo despide en frente de los 60 músicos que se encontraban ahí.

Lo cierto que es que desde ese entonces nunca más volvieron a trabajar juntos. Un duro golpe que dejó a Herrmann muy dolido según relata su esposa Norma. Por su parte Hitchcock debió recurrir a otros compositores, pero curiosamente, después de “The Birds” (1963) dónde Herrmann no fue compositor, pero sí estuvo presente como consultor del departamento de sonido, nunca más Hitchcock logró tanto éxito con otra cinta. Incluso para la música de la cinta “Frenzy” (1972) Hitchcock le encargó el trabajo a Henry Mancini. Cuando Mancini llegó con su trabajo Hitch lo rechazo porque sonaba mucho como Herrmann. Así de mal terminaron las cosas. Podríamos decir que el ego de Hitchcock le causó un gran daño.

Por otra parte, la carrera de Herrmann no terminó junto con la amistad de Hitchcock. Se mantuvo siempre activo, creando muchas obras como la música para la serie “Lost in Space” (1665-68), la cinta “Fahrenheit 451” (1966) o “The Night Diggers” (1972). Durante 1975 se dedicó a la creación de la música para “Taxi Driver” (1975) cinta que no llegaría a ver pues durante la noche del 24 de diciembre de 1975 nuestro amigo Benny nos dejaba víctima del fulminante ataque al corazón a los 64 años.

La muerte Herrmann fue sorpresiva dejando muchos proyectos inconclusos, como la música para “Carrie” (1976) de Brian De Palma, pero sin duda que durante su carrera ayudó a construir un cine mejor. Su visión y forma de comprender la música lo ubican dentro de lo más alto junto a otros maestros compositores como Ennio Morricone, Hans Zimmers, John Williams o Danny Elfman quién siempre ha reconocido a Bernard Herrmann como su inspiración más grande.

 

UN ADIÓS PARA IL MAESTRO

UN ADIÓS PARA IL MAESTRO

Cuando comencé con Sonido de Película siempre quise hacer una columna dedicada a la vida y obra de Ennio Morricone, il Maestro, pero nunca imaginé que tendría que escribirla a pocos días de su muerte.

Tengo la costumbre de desconectar la WiFi durante la noche y así desconectarme de todo mientras duermo. Al despertar y encender todo, tenía mensajes de muchos amigos avisándome que Morricone había muerto. Eso refleja lo importante que era y es Ennio y su influencia en mi vida y mis amigos lo saben bien. Lo primero que se me cruzó por la mente fue un OK, ahora es cuando debes escribir, es hora de homenajear a un grande la música, un ícono que marcó a generaciones y es por eso que Sonido de Película quiere despedir con los máximos honores al Maestro Ennio Morricone.

El 10 de noviembre de 1928 nacía en Roma Ennio Morricone, hijo de Libera Ridolfi, una empresaria, y Mario Morricone, un conocido trompetista. La influencia musical se manifestó por medio de su padre quien le enseñó a tocar de trompeta, pero su talento musical se manifestaría a sus cortos seis años cuando junto con su padre crearía su primera composición musical.

Sus dotes innatos para la música lo llevaron a terminar un programa de cuatro años en tan sólo seis meses en la “Academia Nazionalle di Santa Cicilia” El joven prodigio continuaría con estudios composición para finalmente graduarse del conservatorio en 1954 con diplomas en trompeta, composición e instrumentación.

A pesar de que para el año 46 Ennio ya trabajaba haciendo pequeños arreglos musicales y escribiendo piezas musicales para pequeños proyectos. No fue hasta el año 61 cuando hizo su debut escribiendo la música para la película “El Fascista” de Luciano Salce con quien haría dupla por mucho tiempo. En esa misma época el amor tocó la puerta del Maestro, y en 1956 se casaría con María Travia con quién tendría cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea (que también es compositora) y Giovanni.

Entrando los años 60 fue cuando el nombre de Ennio Morricone alcanzaría fama mundial. Sergio Leone recluta a Morricone para componer no solo el soundtrack sino que también los efectos de sonido de las películas más icónicas del “espagueti western”- La infame trilogía del dólar (“A Fistful of Dollars” (1964); “For a Few Dollars More” (1965) y “The Good, the Bad, and the Ugly” (1966))

Ennio fue capaz de plasmar de manera magistral la visión de Leone sobre lo que era el lejano oeste. Con un trabajo increíble, lleno de detalles vibrantes, uno se siente sumergido en la época donde si no sabías usar un revolver o una escopeta estabas perdido. El nivel de las composiciones de Morricone llegaron a lograr un nivel de trascendencia tal que hasta la fecha siguen siendo reutilizadas para otras películas, series de TV o incluso en dibujos animados. Incluso por muchos años The Ramones utilizaba la épica “The Ecstasy of Gold” para finalizar sus shows. Mientras que Metallica a principio de los 80 la usaba para abrir sus conciertos.

El Maestro, fiel a su estilo, se le preguntó de por qué el creía que “A Fistful of Dollars” había tenido tanto impacto, a lo que simplemente dijo que no tenía idea pues era la peor película que Leone había hecho y la peor banda sonora que él había realizado.

No cabe duda que el éxito de las cintas protagonizadas por Clint Eastwood le abrió la puerta a muchos proyectos, pero Ennio prefirió continuar trabajando con cineastas Italianos como Sergio Corbucci, Sergio Sollima, Édouard Molinaro, Marco Bellocchio, Mauro Bolognini (con quien trabajó en 15 películas), Bernardo Bertolucci, Dario Argento, etc.

Muchas de sus composiciones pasaban a transformarse obras maestras casi de inmediato y los directores valoraban una característica que es difícil de encontrar en muchos músicos – la versatilidad y prolificidad. Ennio era capaz de crear melodías románticas, sutiles, suaves y delicadas. Era capaz de pasar a la comedia con rimbombantes melodías a producir terror o suspenso y si además le sumamos los westerns y cintas de época tenemos a un artista completísimo que llegó a componer 20 soundtracks al año.

Estamos hablando de un genio que realizó más de 500 piezas musicales para el cine y más de 100 obras clásicas. Pocos pueden contar eso a sus nietos. Pero a pesar de los reconocimientos, los premios de la academia siempre le fueron esquivos. Podríamos pensar o imaginar muchas cosas, podríamos cuestionar por qué Ennio nunca quiso partir a Hollywood. Lo cierto es que Morricone, en buen chileno, no estaba ni ahí con ir a Estados Unidos.

Morricone jamás quiso aprender inglés, por ejemplo. Por muchos años rechazó invitaciones o simplemente volar hasta allá. Algunos le atribuyen esto a su pensamiento político y por pertenecer al partido democrático (PD) de orientación centro-izquierda. Quizá nunca lo sabremos, pero cuando hay talento, no importa donde estés, las ofertas llegan solas.

Fue así como durante los años 70, 80, 90 y 2000s continuó trabajando activamente con directores tanto en Estados Unidos como en Italia. Ennio compuso música para directores como Don Siegel, Brian De Palma, Barry Levinson, Warren Beatty, Oliver Stone, John Carpenter, Roland Joffé y Quentin Tarantino por nombrar algunos.

En una entrevista se le consultó si le gustaría trabajar solo con un estilo musical. El Maestro contestó “no soy de aferrarme a un estilo u otro. Me gusta cambiar, así no hay riesgo de aburrirse. Disfruto todo tipo de películas, no soy fan del terror aunque sí me gustan mucho las películas de Dario Argento y John Carpenter”

Se imaginan si Ennio Morricone hubiese hecho el soundtrack para “A Clockwork Orange” (1971). Esto estuvo a punto de suceder y la historia es bien sabrosa. Se cuenta que Kubrick estaba loco por trabajar con Ennio y lo quería para su Naranja Mecánica, incluso intentó contactarlo por medio de Sergio Leone quien le dijo que Morricone no estaba disponible a pesar de no ser verdad. Ennio quedó muy triste y lamentaría mucho no haber trabajado en esa cinta. Pero Kubrick no se quedaría de brazos cruzado y nuevamente intentó contratar a Ennio, esta vez para su filme de época “Barry Lyndon” (1975) Sin embargo, todo quedó en nada.

El Maestro odiaba volar y nunca quiso vivir en Estados Unidos, incluso le ofrecieron una casa en Hollywood con un estudio completo para él, pero se mantuvo firme y nunca cambió su amada Italia. Por lo tanto, ¿cómo lo hacía para trabajar con directores americanos? La respuesta es otra de las virtudes de Ennio. Él era capaz de visualizar la música de una manera inexplicable – “la música simplemente llega a mi cabeza y debo escribirla en algún papel”

Los directores simplemente le enviaban el guión de las películas y con eso era suficiente para que la creatividad y su talente hicieran la magia. “Ser compositor es un trabajo difícil” declararía Ennio en entrevista a la BBC, “me preocupo por cada película, no hay película de la que no me haya preocupado” palabras que demuestran su dedicación con cada trabajo. Sin importar si se trata de una mega producción o un pequeño filme local.

Hizo música por más de 60 años. Creando bandas sonoras inmortales, reconocido en todas partes, admirado por miles de artistas pasando por Paul Anka hasta Radiohead y sin embargo sólo ganó 2 premios Oscar. Ni siquiera eso, porque el primero fue un premio honorífico a su trayectoria y contribución. Recién el 2015 con “The Hateful Eight” de Tarantino obtuvo su primera estatuilla por mejor banda sonora original. Suena bastante inexplicable para un hombre de la talla de Ennio.

En 1984 Sergio Leone dirigió “Once Upon a Time in America” una tremenda película con Robert De Niro y Elizabeth McGovern. En la música, obviamente el Maestro, con una composición que ha sido clasificada como una de sus mejores de todos los tiempos. Todos daban a Morricone como seguro ganador. Sin embargo, algo muy extraño ocurrió y los distribuidores de la cinta en américa no cumplieron con el papeleo a tiempo para incluirlo entre los nominados. Todo muy sospechoso y de lo cual nunca se dio mayor explicación.

En 1986 nuevamente Morricone la rompe con una composición magistral. “The Mission” dirigida por Roland Joffé se perfilaba como ganadora y la bella “Gabriel’s Oboe” se alzaba como pieza clave que haría a Ennio acreedor de su primer oscar. Sin embargo, en la noche de la premiación la ganadora fue “’Round Midnight”

El Maestro no dudó en mostrar su disgusto y manifestó que “’Round Midnight” tenía buenos arreglos, pero utilizaba piezas ya existentes por lo que no se podía comparar con “The Mission” que era totalmente original. Injusto o no, lo cierto es que Ennio se quedaba sin estatuilla nuevamente.

Resulta muy particular que un compositor alcance tal nivel de influencia cultural a lo largo del mundo. Más aún cuando resulta ser un tipo reservado, serio y muy dedicado a su trabajo. Pero su gracia yace precisamente en la capacidad de llevar la música más allá de la cinta misma. Darle sonido a lo que no tiene sonido es de algún modo darle vida. Por lo mismo tantas figuras no solo del cine, sino que también músicos y artistas de otras ramas lamentan tanto su partida y sin duda que nosotros también.

Hay muchos datos que se nos quedan en el tintero, muchas películas sin mencionar (dijimos que trabajó en más de 500) por ejemplo, sus trabajos experimentales de los 60, o las canciones escritas para artistas como Paul Anka, Mina, Zucchero y Andrea Bocelli. Otros temas co-escritos con Pet Shop Boys, y como dato freak Ennio compuso el himno para el mundial de fútbol del ’78.

Ennio nos deja un legado enorme por explorar, un catálogo de sonidos y melodías que perdurarán por siempre, despedimos así a uno de los compositores más brillantes que hemos conocido. ¡Hasta siempre Maestro!

SOUNDTRACK INMORTAL: DESCLASIFICANDO A CONNERY

SOUNDTRACK INMORTAL: DESCLASIFICANDO A CONNERY

Sean Connery, adiós a una leyenda.

Sean Connery es para muchos una verdadera leyenda del cine. Un tipo carismático, elegante, amante de su país y por sobre todo un tremendo actor. Por eso que el día 31 de octubre del presente año, la noticia de su muerte no dejó indiferente a nadie. A los 90 años, Connery dejaba el mundo después de la larga lucha contra la demencia producida por el mal de Alzheimer.

En Sonido de Película queremos recordar y homenajear la vida y obra del que consideramos uno de los mejores actores de todos los tiempos y un ícono de la cultura pop durante los 60s, 70s, 80s, 90s, e incluso, inicios del 2000.

Así es, Sean Connery interpretó un gran número de personajes en diferentes épocas que a la postra terminaron convirtiéndose en clásicos de todos los tiempos. Por esta razón hemos querido hacer un repaso por algunos de sus personajes más importantes, junto con momentos de su vida y por supuesto hablando de la música que acompañaba cada película.

 

 

JAMES BOND

Resulta imposible no comenzar con el agente secreto más famoso del mundo. James Bond, el agente 007, creado por el autor británico Ian Fleming, fue interpretado por Sean Connery en siete oportunidades: Dr. No (1962), From Russia with Love (1963), Goldfinger (1964), Thunderball (1965), You Only Live Twice (1967), Diamonds are Forever (1971), Never Say Never Again (1983).

Sin duda que su debut en Dr. No marca un hito en la historia del cine. Si bien Ian Fleming en un comienzo no lo quería para el rol de Bond, después de verlo actuar se dio cuenta que era la opción correcta. Connery se encargó de moldear un personaje que a la larga terminó siendo todo un ícono. Desde entonces, absolutamente todas las películas de espías o personajes similares al agente 007 toman elementos de éste para su construcción.

 

Pero la llegada de Connery a la pantalla grande no fue fácil. Sean nació en la cuna de una humilde familia en Edimburgo, Escocia en 1935. A los 13 años debió abandonar la escuela para poder trabajar y así apoyar a su familia. Trabajó como repartidor de leche, puliendo ataúdes, y pegando ladrillos antes de unirse a la Royal Navy donde se interesó por el físico culturismo.

Participó en torneos como Mr. Universe donde obtuvo el tercer lugar. También fue un talentoso futbolista, pudo haber sido una de las figuras del Manchester United, pero finalmente optó por una carrera actoral la que terminaría siendo una de las mejores decisiones de su vida según el propio Connery.

Fueron su particular belleza, sex appeal, elegancia y educación que mezcladas con agilidad, ingenio y corazón frío Sean Connery fabricó y deslumbró como James Bond.

Pero no todo fue tan fácil, había un pequeño problema que le jugaba en contra a nuestro héroe y era el hecho que Connery comenzaba a quedar calvo siendo aún joven. Por este motivo en todas las cintas Connery debió utilizar algún tipo de peluquín o el equipo de estilistas se encargaban se hacer parecer su cabellera más abultada como fue el caso de las dos primeras cintas.

Muchos pensaron que el mismo personaje que él creo terminaría arruinando su carrera, pues se creía que nunca podría sacarse el papel de encima. Pero Connery tenía muy claro que si quería seguir avanzando en su carrera debía ser capaz de desempeñarse en otros roles y así lo hizo.

Siempre le tuvo mucho cariño a Bond y a veces comentaba que la única diferencia entre Bond y él era que Bond sabía salir bien de los problemas. Aunque también en más de una oportunidad dijo estar un tanto harto del personaje y que incluso le hubiese gustado matarlo. Después de actuar en “Never Say Never Again” comentó a la prensa que él ya estaba muy viejo para hacer de Bond y que el personaje debía ser tomado por un actor de unos 33 o 35 años. Esa fue la última vez que Connery se pondría el terno para ser el mítico 007.

Sin embargo, durante los 60s Sean Connery daría una entrevista que en su momento no causó gran revuelo pero que posteriormente le traería varios problemas. En 1965, Sean Connery comentaba en Playboy Magazine que él estaba de acuerdo en golpear a una mujer si la situación lo ameritaba. En su buen acento escocés dijo que si la mujer no se comportaba como debía entonces se justificaba darle una buena cachetada.

En el contexto de la época sus declaraciones no tuvieron mucho impacto pues lamentablemente era algo bastante común y aceptado en ese entonces. Pero veremos más adelante que los tiempos cambian y Sean no la sacaría barata entonces.

La música de James Bond es también una de las más emblemáticas e icónicas de la cultura pop. James Bond Theme fue escrito por Monty Norman, quién también realizó todo el soundtrack para Dr. No. Sin embargo, desde “From Russia With Love” la música estuvo a cargo de John Barry, pasando por diferentes compositores, pero manteniendo una característica, cada película incluiría un tema interpretado por algún artista de famoso del momento. Así es como durante los 60s nos encontramos con temas interpretados por Tom Jones o Nancy Sinatra, mientras que en los 70s aparece Paul McCartney & Wings o Carly Simons. Ya en los 80s tenemos a Duran Duran, A-Ha y Sheena Easton. En los 90s Tina Turner, Sheryl Crow y Garbage se encargarían del tema central y durante los 2000s hasta ahora el tema central ha sido interpretado por Madonna, Chris Cornell y Adele entre otros.

Ramirez, el Inmortal

Luego del enorme éxito de James Bond, Sean Connery buscaría otros roles que lo alejaran y desmarcaran del mítico agente secreto. Durante los años 60s trabajo con Alfred Hitchcock en “Marnie” (1964) mientras que en los años 70s exploraría una variedad de estilos incluyendo un papel que hasta ahora es considerado de culto, me refiero a su rol como Zed en la cinta “Zardoz”(1974). Si quieren ver a Connery en un estilo “Borat” busquen referencias de esta película. A pesar de estar dentro los top 100 de las películas más malas de la historia, con el tiempo esta obra alcanzó los niveles de película de culto.  Ese mismo año actuó en “Murder on the Orient Express” y posteriormente interpretaría a Robin Hood en “Robin and Marian” (1976) pero la figura de James Bond continuaba al asecho. Incluso comenzando los años 80s Connery encarnaría a Bond por última vez y posterior a eso llegaría el éxito con una de las cintas más taquilleras de los 80s – Highlander (1986)

En Highlander, Sean Connery interpreta a Ramirez quien es sin duda el personaje más carismático y querido de la cinta. Ramirez es un tipo de mentor para el joven Connor MacLeod (Christopher Lambert). Él es quien le enseña a Connor lo que significa se un inmortal y lo prepara para un futuro inevitable.

 

 

La cinta fue un exitazo, se hizo una serie narrando las aventuras de Connor e incluso hubo una segunda parta llamada “Highlander II: The Quickening” (1991) donde Connery vuelve a interpretar a Ramirez. Sin embargo, resultó ser un fracaso y la que pudo haber sido una gran saga quedó en nada.

El tremendo éxito de la película fue también catapultado por su banda sonora. La legendaria banda Queen se encargaría del soundtrack oficial de Highlander. Ellos ya tenían experiencia realizando bandas sonoras, ya habían realizado la de Flash Gordon mientras que a fines de los 70s Brian May se había encargo del soundtrack de Mad Max.

El trabajo de la banda para Highlander fue impecable, cada tema fue muy bien pensado ya que al mismo tiempo que servían como promoción para su disco, ellos calzaban muy bien con cada momento de la película.

Princess of the Universe, escrita por Freddie Mercury refleja muy bien la esencia de la cinta y el video clip en donde Freddie lucha contra Christopher Lambert está dentro de los más icónicos de la banda.

¿Recuerdan los desafortunados dichos de Sean para Playboy magazine? Bueno, Sean volvería a la carga reafirmando aquellas declaraciones. En entrevista con Barbara Walters, Connery afirmó que no había cambiado de opinión respecto de sus dichos y que era totalmente aceptable golpear a una mujer si la situación lo ameritaba. Esta vez sus frases causaron un gran impacto y aunque muchos dijeron que había sido sacado de contexto, en YouTube se puede fácilmente encontrar la entrevista. Esta historia recién llegaría a su fin el 2006, lo veremos más adelante.

 

 

Professor Henry Jones

Después del éxito de Highlander podríamos decir que Sean Connery por fin pudo liberarse del terno de James Bond y su carrera tomó un nuevo rumbo.

En 1986 fue elogiado por su brillante actuación en “Der Name Der Rose” cinta por la cual obtuvo un BAFTA como mejor actor. Al año siguiente formaría parte del elenco de “The Untouchables” una de las cintas más exitosas de Brian De Palma. Sean Connery interpreta a Jim Malone, un policía irlandés, de los pocos que se salvaba de los sobornos de Al Capone. Su papel es tan brillante que prácticamente opaca a Kevin Costner y con él consiguió un premio de la academia como mejor actor de reparto.

1989 seguiría siendo un gran año para Connery, quien con 59 años era votado en la “People Magazine” como el hombre más sexy. Ese mismo año, Connery encarnaría a otro de los personajes más queridos de cualquier cinéfilo, al carismático Professor Henry Jones, ni más ni menos que el padre de Indiana Jones.

Indiana Jones es una se las sagas más alabadas de la dupla Spielberg-Lucas. Harrison Ford había convertido a Indiana Jones en un sinónimo de aventuras, acción, misterios y humor. Sus aventuras eran y son adoradas por todos. Por eso cuando se confirmó la tercera entrega “Indiana Jones and The Last Crusade” se generó mucha expectación, pues hasta entonces no conocíamos mucho sobre la familia de Indiana ni de su pasado.

La escena cuando Indiana encuentra a su padre es lejos una de las mejores de la saga, así como también es una de las más divertidas. Sean declararía que hizo muchas modificaciones al guión original y que cambió muchas líneas simplemente con gestos o miradas. Spielberg se mostró encantado con el resultado y al menos para mi esta cinta es mi favorita de toda la saga.

Otro momento inolvidable es cuando descubrimos que el verdadero nombre de Indiana Jones es Henry Jones Jr, pero mejor aún es cuando nos enteramos el origen del nombre Indiana, no más spoilers.

No podemos pensar en Indiana Jones sin pensar en su música característica. Obra del gran John Williams, célebre compositor que ha hecho dupla con Spielberg en incontables oportunidades ganándose el apodo de la dupla de oro. Incluso Alan Parker una vez dijo que encargar la música a John Williams era asegurar una excelente banda sonora con grandes arreglos orquestales.

La carrera de Sean Connery continuó gozando de logros participando en grandes películas como “The Hunt for Red October” (1990), haciendo de Rey Arturo en “First King” (1995), o como ex agente del servicio británico en “The Rock” (1996).

El Retiro

A pesar de que en 1999 People Magazine lo votaría como el hombre más sexy del siglo. La carrera de Sean Connery estaba llegando a su fin. En 1998 participó en la película “The Avengers” y en el 2003 en “The League of Extraordinary Gentlement” ambas cintas fueron un fracaso en la taquilla y la crítica las destrozó. Esto impactó en su carrera y comenzó a pensar en su retiro.

En el 2001 rechazó el papel de Gandalf para la trilogía “The Lord of the Rings” de Peter Jackson. Principalmente porque no tenía intenciones de mudarse a Nueva Zelandia por tanto tiempo, además en una entrevista dijo que tras haber leído el guión no había entendido nada y que la película le parecía una ridiculez. Esta decisión le costó millones de dólares. Sin embargo, Sean prefirió participar en pequeños papeles siempre cerca de su amada Escocia.

Muchas veces se le criticó que no pagaba sus impuestos, pero Sean siempre contestaba que tributaba tanto en EEUU como en Escocia y que durante su carrera había pagado más impuestos que todo el parlamento junto.

En el 2006, Sean Connery nuevamente sería entrevistado y el tema de violencia doméstica volvería a ser puesto sobre el tapete. Pero esta vez Connery declararía que ningún tipo de violencia hacía la mujer es justificado. Le costó a nuestro amigo Connery entender, pero al menos por fin pudo cerrar ese episodio y no pasar a la historia cargando con aquellas horribles y desafortunadas declaraciones

Posterior a su retiro Connery pasó años escribiendo libros especialmente de historia. Fue tentado en volver al cine en muchas oportunidades. Una de ellas fue el propio Spielberg quien le pidió que volviera para personificar al padre de Indiana para la cuarta entrega “Indiana Jones and The Kingdom of the Crystal Skull” (2008). Pero Sean dijo que se necesitaría mucho para sacarlo de su retiro. Hubiese sido genial haberlo visto por última vez compartiendo pantalla con Harrison Ford, quizá incluso la película podría haber sido un poco mejor.

Los últimos días de su vida los pasó en Nassau donde compartió con su esposa Micheline Roquebrune hasta el día de su muerte el pasado 31 de octubre dejando un legado que traspasa generaciones. Sus personajes son el eterno testimonio de su talento y esperamos que las futuras generaciones puedan descubrir y apreciar su estilo de actuación pues junto con él pueden descubrir hermosas obras de arte, muchas de las cuales son consideradas piezas fundamentales en la historia del cine.

 

 

 

ALAN PARKER: UNA CINEMATOGRAFÍA QUE SUENA EN LA MEMORIA

ALAN PARKER: UNA CINEMATOGRAFÍA QUE SUENA EN LA MEMORIA

El pasado 31 de Julio nos enterábamos de la muerte de Sir Alan Parker. De inmediato vinieron a mi mente las imágenes de mis películas favoritas, por ejemplo, a Robert De Niro interpretando al Lucifer en “Angel Heart” (1987) o el clásico desfile de martillos de “Pink Floyd: The Wall” (1982), así como también las crudas escenas de “Midnight Express” (1978). Sin embargo, algo que también llamó mi atención al hacer memoria fue que los recuerdos no sólo correspondían a imágenes sino que también a sonido, melodías, canciones, música.

Por este motivo en Sonido de Película hemos querido hacer un rescate y un tributo a las películas musicales de Alan Parker, así como también hacer un recorrido por su carrera y de esta forma homenajear a un crack del cine, un tipo que se atrevió a realizar películas siguiendo sus propias reglas y mantenerse firme e independiente (dentro de lo posible) de la terrible máquina que es Hollywood.

Sir Alan Parker nació en Islington, Londres un 14 de Febrero de 1944. Comenzó su carrera en una empresa de publicidad en donde pudo dar rienda suelta a su desbordada creatividad. Poco a poco fue abriéndose paso en el mundo de los comerciales permitiéndole la entrada a la gran pantalla en 1974 con el drama filmado para la BBC “The Evacuees”, obra con la que consiguió su primer BAFTA y que marcaría el inicio de su carrera como director de cine.

 

Bugsy Malone (1976)

Alan Parker escribe y dirige esta película-musical sobre dos bandas de terribles gánsteres que se pelean por el control de la ciudad, en medio del conflicto está Bugsy Malone, un tipo sencillo, amigo de todos, pero que nunca le ha trabajado un día a nadie y sólo quiere obtener dinero buscando la forma más fácil de conseguirlo.

A simple vista parece la típica historia de mafia ambientada en los años 20s, pero la gracia del film radica en que todos los personajes están interpretados por niños. De hecho, la edad promedio del elenco era de unos 14 años. Los autos utilizados eran en realidad triciclos adaptados, los niños debían pedalear para poder hacerlos funcionar. Sonidos de motores fueron agregados para causar “realismo” Del mismo modo, las armas utilizadas fueron especialmente diseñadas para lanzar bolitas de pastel de crema, lo que funcionaría como balas. Así es, literalmente morías de un tortazo en la cara.

El papel de Bugsy Malone es interpretado por Scott Baio. Mientras que Jodie Foster interpretaría a Tallulah, la estrella del espectáculo nocturno en el club de Fat Sam. Los rumores cuentan que muchas de las niñas participando en la película se habían enamora de Scott, pero mucho después sabríamos que Scott y Jodie se besaban en secreto después de las grabaciones.

El papel de Fat Sam fue probablemente es más divertido de conseguir. Alan fue a una escuela en Brooklyn, entró a una sala y preguntó “¿Quién es el más desordenado de la clase?” a lo que el curso exclamó “Cassisi!” John Cassisi tímidamente se puso de pie y asistió. Él hablaba además un poco de italiano lo que le daría más carácter a su personaje, de esta forma John Cassisi se transformó en Fat Sam.

En la película también podemos ver el debut en la actuación de Dexter Fletcher como Baby Face. Fletcher seguiría actuando, pero también daría un paso como director ligado a la música, filmando la vida de Elthon John en Rocketman (2019) y la multipremiada biopic Bohemian Rhapsody (2018).

Más de mil tortas de crema fueron hechas para la filmación en una película que incluso Ford Coppola llamaría “alocada” Incluso el mismo Parker por mucho tiempo no quiso volver a ver la cinta pues sentía que no estaba hecha por él, pero con el tiempo la abrazó y aunque la considera muy bizarra siente que se hizo un buen trabajo a pesar de los muchos inconvenientes, especialmente para conseguir los cientos de permisos para trabajar con menores.

La música y canciones creadas por Paul Williams son el complemento perfecto para esta historia de pequeños gánsteres jugando a la guerra, así como también para las pequeñas historias internas donde personas humildes buscan una oportunidad para triunfar.

 

Fame (1980)

Si hay algo que caracteriza el estilo de Alan Parker, es que nunca vuelve atrás para realizar la misma película. Una vez dijo “Hollywood intenta clonar el éxito comercial haciendo remakes o secuelas. Boggo 1 tendrá un Boggo 2, Boggo 3… como conejos con mixomatosis”

Parker siempre intentó abordar diferentes géneros y es por eso que después de la singular comedia musical de Bugsy Malone, vería la luz la cruda y controversial “Midnight Express” (1978) que narra la historia de un joven norteamericano que es atrapado traficando droga en Turquía y sus penurias estando en la cárcel. Película que puso a Parker entre los números uno en Hollywood y con la que conseguiría varios premios, entre ellos un Oscar por la composición del gran Giorgio Moroder.

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Según Parker, después de “Midnight Express” recibía cientos de guiones y muchas ofertas de estudios para hacer películas. Pero Parker, fiel a sus ideas, decide realizar un largometraje musical escrito por Christopher Gore. Para la música, Parker volvería a buscar a Moroder, pero éste se encontraba ocupado colaborando con Donna Summer. Entonces Parker pensó en Jeff Lynne de The Electric Light Orchestra, pero lamentablemente tampoco estaba disponible. Fue entonces que apareció Michael Gore para poner la música y Louis Falco para las coreografías y conjunto dar vida a “Fame”

La belleza de “Fame” radica en no ser el clásico musical al que uno está acostumbrado. No hay nada forzado, no ocurren esas secuencias de canciones dentro de un momento en que uno dice “ahora se van a poner a cantar” todo en esta cinta ocurre en momentos de espontaneidad. La escena del almuerzo, por ejemplo, es una de las más bellas que he visto, con una intensidad que puede poner a bailar hasta la persona más tiesa del mundo. Ritmos que afloran salvajemente producto de la improvisación visceral y los movimientos catárticos de los bailarines bellamente dirigidos por Falco.

Fue idea de Gore que la música no fuese doblada. Toda la música y las canciones son tocadas en el momento con el fin de hacerlas sentir lo más real posible. La edición es preciosa y fue premiada con un Oscar. Pero la música es una excusa, la historia de “Fame” va más allá de la música, es la historia de un grupo de jóvenes con diferentes backgrounds que buscan convertirse en estrellas por medio del arte.

De hecho, Parker dijo que el título de la película en realidad era una ironía pues la película no se trata de la fama, se trata del fracaso, de trata de la realidad de los jóvenes artistas que no tienen más que su talento para salir adelante. Precisamente esta idea es que la que a Parker le causó muchos problemas para rodar.

La historia está pensada en una escuela de artes ficticia situada en New York. El primer problema para Parker fue comité de educación de la ciudad. Con “Midnight Express” Parker destruyó el sistema penitenciario de Turquía y el comité de educación no quería que Parker ahora dejara por el suelo el sistema educacional de EEUU.

Una vez superado ese problema, nuevamente surgieron trabas con los permisos para grabar sumado a algunas desavenencias con el elenco. Pero esto no lo detuvo y finalmente Parker sacó adelante una cinta que se transformaría en un ícono de los 80s.

“Fame” sería la primera película en la historia en tener doble nominación en la categoría de mejor canción, llevándose la estatuilla por la canción Fame.  Sin embargo, no todo sería color de rosas. La cinta no tuvo gran recepción en el público y casi fue un desastre comercial. Fue tanto el enojo de los productores que cuando se les pidió autorización para transformar la película en una serie de TV ellos dijeron “váyanse a la mierda con su serie” Una terrible decisión pues el éxito de ésta recaudó más dinero que la película. Un negocio del que incluso Parker lastimó no haber participado.

En el 2009 se estrenó un remake, ¿recuerdan lo que dijo Parker? Para él fue una verdadera pena pues cuenta que ni siquiera lo llamaron para hablar con él, consultarle o mucho menos invitarlo a participar. Para Parker fue un robo, pero que afortunadamente las personas que hicieron el remake eran poco aptas y por ende la película fue basura y un fracaso.

“Fame” es una película que aún suena muy actual en las problemáticas que aborda de fondo. Embarazo juvenil y aborto, drogas y éxito, pobreza y oportunidades, belleza y abuso, búsqueda de identidad y padres controladores, ser gay y la aceptación social. Todo esto con un bálsamo musical cargado al pop y el disco que nos hacen sentir que por un momento y a pesar de todos los problemas podemos ser felices.

 

Saltamos varios años, pero no significa que Parker no haya estado trabajando. Todo lo contrario. Los años 80s fueron muy prolíficos, después de “Fame” Parker estrenaría “Shoot the Moon” (1982) un drama protagonizado por Diane Keaton y Albert Finney que relata el sufrimiento de una madre y sus cuatro hijos cuando su esposo abandona el hogar. Ese mismo año Parker junto a Roger Waters lanzarían la mítica “Pink Floyd: The Wall”

 

Los problemas durante el rodaje fueron muchos, especialmente porque Waters insistía en imponer su visión por sobre la de Parker. El principal problema era que Waters quería poner imágenes de la banda dentro de la película. Por suerte no lo logró pues para mi gusto si lo hubiese hecho “The Wall” se hubiese transformado en un Video Clip larguísimo.

En 1984 Parker trabajaría con un joven Nicolas Cage en la cinta “Birdy” para en 1987 dar un nuevo salto de género y pasar al suspenso y el terror con la maravillosa “Angel Heart” mientras que en 1988 nuevamente aborda temas controversiales, en este caso el racismo. “Burning Mississipi” fue una cinta que le trajo muchos problemas con la industria y con autoridades en EEUU.

“Come to See Paradise” (1990) nuevamente aborda los problemas raciales, pero esta vez el drama se centra en una mujer japonesa es que llevaba a un campo de prisioneros luego del ataque a Pearl Harbor solo por ser nipona.

The Commitments (1991)

El año 1991, y como ya nos tiene acostumbrado Alan, da un giro radical para volver a la música. Esta vez con la cinta “The Commitments” la que para muchos (incluyéndome), es la mejor película musical que he visto en mi vida. Puede ser una exageración, pero si te gusta el Soul, esta es tu película.

Incluso el mismo Alan declaró que “The Commitments” fue la película que más disfrutó hacer, quizá por una razón “mientras menos presupuesto más libertades creativas tienes, mientras que a mayor presupuesto más los estudios intentarán proteger su inversión” decía Parker.

En esta ocasión nos situamos en Dublin, Irlanda. Donde Jimmy, un joven desempleado hijo de un proletario clase media sueña con armar una banda y traer de vuelta el “soul” a todas las personas por lo que decide hacer audiciones abiertas en su casa para conseguir a los integrantes.

Las situaciones son demasiado divertidas, cada miembro de la banda tiene sus propios dramas y prácticamente se odian unos a otros, pero la música los une y cuando logran armonizar simplemente te cautivan y sólo quieres seguir escuchándolos.

Las referencias musicales son preciosas: Wilson Pickett, Ottis Reading, Aretha Franklin, Percy Sledge, James Brown, entre muchos otros decoran el arsenal de canciones que nos hacen sentir vivos. El Soul es música que viene desde lo más profundo de nuestro ser y es la mejor expresión de lo que somos y sentimos.

La historia de “The Commitments” no es la de una banda triunfal, sino la de una que está destinada a morir a pesar del talento de sus integrantes. Jimmy es el manager y está en serios problemas pues debe recurrir a un matón prestamista para conseguir los instrumentos, además primeras tocatas no dejaban nada de dinero para comenzar. Todo esto pone en problema a la banda, sumado a los problemas internos. Los amoríos entre los miembros, el ego de su vocalista, la personalidad explosiva de su batero, todo confabula en contra de la que pudo ser la mejor banda de soul de Europa.

Después de todo, como dice Jimmy, “Los irlandeses somos los negros de Europa y los dublinenses somos los negros de Irlanda y los dublineses del norte somos los negros de Dublin. Así que díganlo y díganlo fuerte, soy negro y estoy orgulloso”

La película está llena de pequeñas referencias a otras cintas de Parker y también cuenta con la participación de los hermanos Corrs de la famosa banda irlandesa The Corrs y de Glenn Hansard quién en el 2007 protagonizaría la hermosa “Once” donde retrata la vida de un músico callejero que intenta conseguir dinero para grabar su propio disco. Esto nos puede hacer pensar que “Once” podría ser un spin-off de “The Commitments” pues al final de la película vemos al personaje de Glenn ganándose la vida tocando en las calles de Dublin.

Posterior a “The Commitments” Parker filmaría su última producción musical – “Evita” (1996) con Madonna interpretando a Eva Perón y con las actuaciones de Antonio Banderas y Jonathan Pryce. Según Parker trabajar con Madonna fue un verdadero placer y que ella se había entregado por completo a su papel. En un comienzo estaba asustado pues había recibido pésimos comentarios, pero Madonna cumplió.

Si bien la cinta no dejó muy contento al pueblo argentino, recibió buenas críticas e incluso ganó un Oscar por mejor canción. Madonna por su parte declaró no haber tenido un buen trato con el entonces presidente argentino Carlos Menem. Aseguró que durante su visita a la Casa Rosada Menem sólo le miraba el escote.

Tampoco Parker ni la misma Madonna la pasaron muy bien en Argentina ya que a su llegada se encontraron con cientos de manifestantes anti peronistas gritando y cargando pancartas con frases como “Go Home Madonna and Alan Parker”

En el año 1999 Parker vuelve al drama con “Angela’s Ashes” quizá una de las películas más tristes de su catálogo. Situada nuevamente en Irlanda relata la trágica vida de Frank McCourt. Se abordan temas como la pobreza, el rol del IRA, los prejuicios y adicciones.

Finalmente, en el 2003 Parker vuelve a Estados Unidos para rodar el que sería su último film. “The Life of Gale” pone el dedo en la llaga al sistema penitenciario de Estados Unidos, el debate sobre la pena de muerte y como un pequeño grupo de activistas busca el fin de ésta en Texas. Para esta cinta Parker dejaría a sus hijos a cargo de la banda sonora, según Alan, era más barato, pero mucho más complejo. Hubiese preferido trabajar con John Williams. Sin embargo, el resultado fue bastante bueno y el soundtrack resulta un excelente complemento para este thriller, el cual puede resultar incluso “profético” pues Kevin Spacey se vería envuelto en una situación similar al de su papel en la película.

Siempre fiel a su estilo, Parker se movió una amplia gama de géneros. Siempre abordando temas sociales y políticos, porque para él su libertad creativa era lo más importante “ya sea por contrato o a la fuerza” decía en una entrevista y continua “después de todo, nosotros los directores somos como guerrilleros en bicicleta tratando de llevar a cabo nuestras ideas”.

 

Mickey Rourke Et Alan Parker promoting Angel Heart Movie in Paris, France in 1987. *** Local Caption *** .

Otra característica de Parker era que nunca se repitió el plato con ningún actor. Para él era simplemente raro, pero hemos visto como ciertos directores trabajan siempre con ciertos artistas, pero él sería muy difícil trabajar con la misma persona pues no podría sacarse de la cabeza el papel que ya había hecho antes.

La variedad de géneros, lo controversial de sus películas, su estilo único de dirección, aprendido por medio de la práctica ya que no tuvo estudios formales, todo el sello Alan Parker no estaría completo sin la música. Desde el Charlestones de Bugsy Malone, los sonidos disco-pop de Fame, el rock de The Wall, los elementos de Jazz de Angel Heart, el soul de The Commitments, hasta el trabajo en sonido de sus hijos para The Life of David Gale. Toda esa música también se queda con nosotros. Después de todo para Alan Parker:

“Cuando la música y las imágenes se fusionan bien pueden llevar a las audiencias a otro nivel emocionalmente y dramáticamente. La mala música de una película interrumpe sin completar la acción. Un gran acompañamiento musical se mete bajo tu piel, activa tu subconsciente, exacerba el drama y ayuda a conducir el poder emocional de la trama de la película”

Sir Alan Parker se fue llevándose 22 premios entre Oscars, Globos de Oro, BAFTAs y Cannes entre otros. Sin embargo, nunca ganó como mejor director, sólo obtuvo dos nominaciones. Pero Parker no le interesaba, según el “los premios apestan, especialmente cuando no los ganas” A pesar de eso, para nosotros siempre será un héroe del cine, de esos pocos que tienen las agallas para alzar la voz y buscar la controversia y el debate, de esos que era capaz de mostrarnos las cosas como son. Cierro con una de sus famosas citas sobre Hollywood, la que redondea la idea de quién fue Alan Parker.

“El cine americano se trata de escapar de nuestra vida diaria – para mostrar un mundo de fantasía que no solo refuerza la idea del sueño americano sino que también la posibilidad y la oportunidad de poder soñar del todo”

 

 

 

 

 

 

 

UN ADIÓS PARA IL MAESTRO

UN ADIÓS PARA IL MAESTRO

Cuando comencé con Sonido de Película siempre quise hacer una columna dedicada a la vida y obra de Ennio Morricone, il Maestro, pero nunca imaginé que tendría que escribirla a pocos días de su muerte.

Tengo la costumbre de desconectar la WiFi durante la noche y así desconectarme de todo mientras duermo. Al despertar y encender todo, tenía mensajes de muchos amigos avisándome que Morricone había muerto. Eso refleja lo importante que era y es Ennio y su influencia en mi vida y mis amigos lo saben bien. Lo primero que se me cruzó por la mente fue un OK, ahora es cuando debes escribir, es hora de homenajear a un grande la música, un ícono que marcó a generaciones y es por eso que Sonido de Película quiere despedir con los máximos honores al Maestro Ennio Morricone.

El 10 de noviembre de 1928 nacía en Roma Ennio Morricone, hijo de Libera Ridolfi, una empresaria, y Mario Morricone, un conocido trompetista. La influencia musical se manifestó por medio de su padre quien le enseñó a tocar de trompeta, pero su talento musical se manifestaría a sus cortos seis años cuando junto con su padre crearía su primera composición musical.

Sus dotes innatos para la música lo llevaron a terminar un programa de cuatro años en tan sólo seis meses en la “Academia Nazionalle di Santa Cicilia” El joven prodigio continuaría con estudios composición para finalmente graduarse del conservatorio en 1954 con diplomas en trompeta, composición e instrumentación.

A pesar de que para el año 46 Ennio ya trabajaba haciendo pequeños arreglos musicales y escribiendo piezas musicales para pequeños proyectos. No fue hasta el año 61 cuando hizo su debut escribiendo la música para la película “El Fascista” de Luciano Salce con quien haría dupla por mucho tiempo. En esa misma época el amor tocó la puerta del Maestro, y en 1956 se casaría con María Travia con quién tendría cuatro hijos, Marco, Alessandra, Andrea (que también es compositora) y Giovanni.

Entrando los años 60 fue cuando el nombre de Ennio Morricone alcanzaría fama mundial. Sergio Leone recluta a Morricone para componer no solo el soundtrack sino que también los efectos de sonido de las películas más icónicas del “espagueti western”- La infame trilogía del dólar (“A Fistful of Dollars” (1964); “For a Few Dollars More” (1965) y “The Good, the Bad, and the Ugly” (1966))

Ennio fue capaz de plasmar de manera magistral la visión de Leone sobre lo que era el lejano oeste. Con un trabajo increíble, lleno de detalles vibrantes, uno se siente sumergido en la época donde si no sabías usar un revolver o una escopeta estabas perdido. El nivel de las composiciones de Morricone llegaron a lograr un nivel de trascendencia tal que hasta la fecha siguen siendo reutilizadas para otras películas, series de TV o incluso en dibujos animados. Incluso por muchos años The Ramones utilizaba la épica “The Ecstasy of Gold” para finalizar sus shows. Mientras que Metallica a principio de los 80 la usaba para abrir sus conciertos.

El Maestro, fiel a su estilo, se le preguntó de por qué el creía que “A Fistful of Dollars” había tenido tanto impacto, a lo que simplemente dijo que no tenía idea pues era la peor película que Leone había hecho y la peor banda sonora que él había realizado.

No cabe duda que el éxito de las cintas protagonizadas por Clint Eastwood le abrió la puerta a muchos proyectos, pero Ennio prefirió continuar trabajando con cineastas Italianos como Sergio Corbucci, Sergio Sollima, Édouard Molinaro, Marco Bellocchio, Mauro Bolognini (con quien trabajó en 15 películas), Bernardo Bertolucci, Dario Argento, etc.

Muchas de sus composiciones pasaban a transformarse obras maestras casi de inmediato y los directores valoraban una característica que es difícil de encontrar en muchos músicos – la versatilidad y prolificidad. Ennio era capaz de crear melodías románticas, sutiles, suaves y delicadas. Era capaz de pasar a la comedia con rimbombantes melodías a producir terror o suspenso y si además le sumamos los westerns y cintas de época tenemos a un artista completísimo que llegó a componer 20 soundtracks al año.

Estamos hablando de un genio que realizó más de 500 piezas musicales para el cine y más de 100 obras clásicas. Pocos pueden contar eso a sus nietos. Pero a pesar de los reconocimientos, los premios de la academia siempre le fueron esquivos. Podríamos pensar o imaginar muchas cosas, podríamos cuestionar por qué Ennio nunca quiso partir a Hollywood. Lo cierto es que Morricone, en buen chileno, no estaba ni ahí con ir a Estados Unidos.

Morricone jamás quiso aprender inglés, por ejemplo. Por muchos años rechazó invitaciones o simplemente volar hasta allá. Algunos le atribuyen esto a su pensamiento político y por pertenecer al partido democrático (PD) de orientación centro-izquierda. Quizá nunca lo sabremos, pero cuando hay talento, no importa donde estés, las ofertas llegan solas.

Fue así como durante los años 70, 80, 90 y 2000s continuó trabajando activamente con directores tanto en Estados Unidos como en Italia. Ennio compuso música para directores como Don Siegel, Brian De Palma, Barry Levinson, Warren Beatty, Oliver Stone, John Carpenter, Roland Joffé y Quentin Tarantino por nombrar algunos.

En una entrevista se le consultó si le gustaría trabajar solo con un estilo musical. El Maestro contestó “no soy de aferrarme a un estilo u otro. Me gusta cambiar, así no hay riesgo de aburrirse. Disfruto todo tipo de películas, no soy fan del terror aunque sí me gustan mucho las películas de Dario Argento y John Carpenter”

Se imaginan si Ennio Morricone hubiese hecho el soundtrack para “A Clockwork Orange” (1971). Esto estuvo a punto de suceder y la historia es bien sabrosa. Se cuenta que Kubrick estaba loco por trabajar con Ennio y lo quería para su Naranja Mecánica, incluso intentó contactarlo por medio de Sergio Leone quien le dijo que Morricone no estaba disponible a pesar de no ser verdad. Ennio quedó muy triste y lamentaría mucho no haber trabajado en esa cinta. Pero Kubrick no se quedaría de brazos cruzado y nuevamente intentó contratar a Ennio, esta vez para su filme de época “Barry Lyndon” (1975) Sin embargo, todo quedó en nada.

El Maestro odiaba volar y nunca quiso vivir en Estados Unidos, incluso le ofrecieron una casa en Hollywood con un estudio completo para él, pero se mantuvo firme y nunca cambió su amada Italia. Por lo tanto, ¿cómo lo hacía para trabajar con directores americanos? La respuesta es otra de las virtudes de Ennio. Él era capaz de visualizar la música de una manera inexplicable – “la música simplemente llega a mi cabeza y debo escribirla en algún papel”

Los irectores simplemente le enviaban el guión de las películas y con eso era suficiente para que la creatividad y su talente hicieran la magia. “Ser compositor es un trabajo difícil” declararía Ennio en entrevista a la BBC, “me preocupo por cada película, no hay película de la que no me haya preocupado” palabras que demuestran su dedicación con cada trabajo. Sin importar si se trata de una mega producción o un pequeño filme local.

Hizo música por más de 60 años. Creando bandas sonoras inmortales, reconocido en todas partes, admirado por miles de artistas pasando por Paul Anka hasta Radiohead y sin embargo sólo ganó 2 premios Oscar. Ni siquiera eso, porque el primero fue un premio honorífico a su trayectoria y contribución. Recién el 2015 con “The Hateful Eight” de Tarantino obtuvo su primera estatuilla por mejor banda sonora original. Suena bastante inexplicable para un hombre de la talla de Ennio.

En 1984 Sergio Leone dirigió “Once Upon a Time in America” una tremenda película con Robert De Niro y Elizabeth McGovern. En la música, obviamente el Maestro, con una composición que ha sido clasificada como una de sus mejores de todos los tiempos. Todos daban a Morricone como seguro ganador. Sin embargo, algo muy extraño ocurrió y los distribuidores de la cinta en américa no cumplieron con el papeleo a tiempo para incluirlo entre los nominados. Todo muy sospechoso y de lo cual nunca se dio mayor explicación.

En 1986 nuevamente Morricone la rompe con una composición magistral. “The Mission” dirigida por Roland Joffé se perfilaba como ganadora y la bella “Gabriel’s Oboe” se alzaba como pieza clave que haría a Ennio acreedor de su primer oscar. Sin embargo, en la noche de la premiación la ganadora fue “’Round Midnight”

El Maestro no dudó en mostrar su disgusto y manifestó que “’Round Midnight” tenía buenos arreglos, pero utilizaba piezas ya existentes por lo que no se podía comparar con “The Mission” que era totalmente original. Injusto o no, lo cierto es que Ennio se quedaba sin estatuilla nuevamente.

Resulta muy particular que un compositor alcance tal nivel de influencia cultural a lo largo del mundo. Más aún cuando resulta ser un tipo reservado, serio y muy dedicado a su trabajo. Pero su gracia yace precisamente en la capacidad de llevar la música más allá de la cinta misma. Darle sonido a lo que no tiene sonido es de algún modo darle vida. Por lo mismo tantas figuras no solo del cine, sino que también músicos y artistas de otras ramas lamentan tanto su partida y sin duda que nosotros también.

Hay muchos datos que se nos quedan en el tintero, muchas películas sin mencionar (dijimos que trabajó en más de 500) por ejemplo, sus trabajos experimentales de los 60, o las canciones escritas para artistas como Paul Anka, Mina, Zucchero y Andrea Bocelli. Otros temas co-escritos con Pet Shop Boys, y como dato freak Ennio compuso el himno para el mundial de fútbol del ’78.

Ennio nos deja un legado enorme por explorar, un catálogo de sonidos y melodías que perdurarán por siempre, despedimos así a uno de los compositores más brillantes que hemos conocido. ¡Hasta siempre Maestro!

JOE HISAISHI: MÁS QUE EL GENIO MUSICAL DE ESTUDIO GHIBLI

JOE HISAISHI: MÁS QUE EL GENIO MUSICAL DE ESTUDIO GHIBLI

Hace muy poco una tremenda noticia remecía el mundo del entretenimiento digital. Netflix anunciaba con bombos y platillos la llegada del catálogo completo de películas de la aclamada y galardonada productora de animación japonesa “Estudio Ghibli” encabezada por Hayao Miyazaki y el fallecido Isao Takahata dos maestros del animé.

Muchas veces comparado con Disney, el Estudio Ghibli alcanzó reconocimiento internacional por allá por el 2003 cuando se adjudicaron un Oscar por mejor película de animación con “El Viaje de Chihiro” (Spirited Away, cómo fue conocida en Estados Unidos) desde entonces sus películas se transformaron en sinónimo de magia, diversión, aventura, amor, pero sobre todo de conciencia.

Sin embargo, cuesta mucho trabajo imaginar una película de Miyazaki sin la música del gran Joe Hisaishi. Gran parte de la magia de sus películas es debido al exquisito trabajo musical desarrollado por el compositor.

 

Joe Hisaishi, cuyo verdadero nombre es Mamoru Fujisawa, nació en Japón un 6 de diciembre de 1950. Con tan solo cuatro años comenzó a tomar clases de violín descubriendo así su pasión por la música que lo llevaría a convertirse en compositor y director de orquesta.

Antes de entrar en el mundo del cine, Fujisawa incursiona en la música experimental con toques minimalistas el resultado fue un disco lanzado a comienzos de los 80s pero sin mucho éxito. Decide entonces enfocarse en lo más clásico, sin abandonar lo experimental y lo más importante, opta por crearse un apodo artístico, fue así como inspirado en Quincy Jones, Fujisawa pasaría a llamarse Joe Hisaishi.

El comienzo de los 80s fue también el inicio del Estudio Ghibli, cuando Takahata y Miyazaki deciden unirse para fundar su propio estudio de animación. En 1983 Miyazaki se encontraba trabajando en su película “Nausicaä del Valle del Viento” (1984) pero no tenía quién la musicalizara, entonces Takahata le comentó sobre un joven compositor que prometía tener mucho talento. Fue así como el binomio Miyazaki-Hisaishi comenzó a trabajar juntos en cada film y los reconocimientos no tardaron en llegar. A la fecha Hisaishi ha ganado 7 premios de la academia japonesa por su música.

Pero, ¿por qué esta dupla pudo funcionar tan bien? llegando a ser compara con otra dupla potente – Steven Spielberg y John Williams. Una de las claves la entrega el propio Hisaishi quien ha destacado y agradecido la libertad musical que le ofrece Miyazaki. Ese puede ser un punto clave. Sin embargo, otro factor, y quizá el más importante es la dedicación y el duro trabajo que hace Hisaishi en cada película.

“En general, al trabajar en una película leo detenidamente el guion antes de empezar con el proceso de composición. Para las películas animadas, sin embargo, no hay guion alguno, así que me dedico a revisar el storyboard. Compongo para una película animada que tiene claras sus dimensiones, por lo menos a nivel de tiempo. En cualquier caso, calculo detenidamente qué tipo de música aplicaré en cada escena«. Declara Hisaishi en una entrevista, pero no todo es tan sencillo y es muy interesante darle un vistazo al proceso creativo por el que pasa el compositor.

Si recordamos, en la edición anterior mencionamos como Hildur Guðnadóttir se internaba en la mismísima Chernóbil para sentir en carne propia experiencias que la ayudaran a componer o como se sumergía en el guión de “The Joker” (2019) para comprender ese lado oscuro que finalmente resultaría en un bello soundtrack que le valió un premio de la academia.

Para Joe, la cosa parece funcionar de otra manera, llegando incluso a afirmar que “el elemento más doloroso de mi vida es componer porque a veces nada se te viene a la cabeza. Es muy duro y difícil. A veces el resultado es cero, pero me voy a la cama y siento algo y entonces una idea nace. Así que al final esa idea puede resultar en una composición, pero la experiencia es a menudo muy dolorosa”

Es interesante que Joe describa su proceso creativo como una experiencia dolorosa, es al mismo tiempo muy humano decirlo. Incluso inspirador puesto que a menudo uno tiende a pensar que todo fluye tan fácil para genios musicales como él. Incluso Joe va más allá, él afirma que no le gusta tocar el piano ni conducir orquestas. Según él, existe un intercambio de energía que no es parejo “son 80 contra uno y cuando estoy conduciendo estoy tan concentrado y estresado que sólo puedo relajarme una vez que la presentación ha terminado”

A pesar del sufrimiento de Joe al componer, el resultado es simplemente admirable y es así como ha creado la música para películas como Mi vecino Totoro (1988), La Princesa Mononoke (1997), El Viaje de Chihiro (2001), El Castillo Andante de Howl (2004), Ponyo (2008), El Viento se Levanta (2013) y La Princesa Kaguya (2013) por nombrar algunas.

Pero la música de Hisaishi no sólo está ligada a la animación. En paralelo con Miyazaki, Joe también ha formado equipo con el gran Takeshi Kitano, quién nos tiene acostumbrado a violentas películas de yukuzas y a otras con tintes mucho más de drama. Esto demuestra la versatilidad en la música de Hisaishi, su capacidad de adaptarse a las necesidades de la cinta y a las necesidades del director.

Hisaishi resumen su historia con Miyazaki y con Kitano como un proceso en donde se encuentran las visiones del músico y la del director. Él resalta que no le gusta trabajar con directores que sólo usan la música para acentuar efectos de sonido, si no que le gusta trabajar con gente que le de a la música el valor que se merece.

 

 

Sin duda que comprender un poco como Hisaishi entiende y siente la música nos ayuda a valorar aún más el trabajo que hace un músico dentro de una cinta. Basta simplemente poner atención a uno de los elementos más recurrentes en las películas de Miyazaki – Volar.

Creo que todas  -me pueden corregir luego-, las películas de Miyazaki incluyen aeronaves o personajes que pueden volar o sueñan con volar. ¿Cómo le pones música a una escena de ese tipo? Joe parte de la premisa de que volar siempre ha sido el sueño de los seres humanos. “Intento conectar ese sentimiento de esperanza con el espíritu de la escena. La música que es más lenta le permite al espectador experimentar que hay en el espacio entre cada movimiento.”

Cada pieza musical está detalladamente pensada para entregar al espectador una experiencia íntegra que te llena de emotividad, que puede ponerte en el tono de la película tan solo con las primeras notas de un piano. Es imposible pensar en la loca carrera del Gato Bus sin esos acordes casi circenses. Muchos menos nos podemos imaginar la angustia de Chihiro luego que sus padres se transformaran en cerdos y se encontrara sola en un mundo de espíritus y demonios.

Intenten ver la escena de la fiesta al comienzo del Castillo Andante sin los acordes de ese hermoso vals vienés. Para qué hablar de la huida de la Princesa Kaguya luego de ser invadida en su privacidad por el emperador. Son tantos los ejemplos que podemos mencionar y somos afortunados de disponer del catálogo completo de Joe Hisaishi en Spotify, además de poder de disfrutar las maravillosas películas del Estudio Ghibli en Netflix.

 

SONIDO DE PELÍCULA: VIAJE AL CABO DEL MIEDO

SONIDO DE PELÍCULA: VIAJE AL CABO DEL MIEDO

Usualmente cuando pensamos en películas de terror se nos vienen a la mente las casas embrujadas, los exorcismos o al mítico Pennywise (It). También podemos pensar en criaturas demoníacas u otros fenómenos paranormales. Sin embargo, para mí una buena película de terror es aquella en donde personajes comunes se ven expuestos al extremo de sus capacidades y en donde personas cargadas de maldad y odio dan rienda suelta a sus más crueles planes. El miedo de ser atacado, de sentirte vulnerable, de sentir que no te puedes proteger, ni tampoco proteger a tu familia, sentir la necesidad de buscar ayuda, pero al mismo tiempo saber que estás sólo y nadie puede ayudarte, donde te ves en la urgencia de extremar recurso y poner en juicio todos tus valores para poder sobrevivir o salvar la vida de alguno de tus seres queridos.

Ese el caso de Cabo de Miedo (Cape Fear), película que, además, cuenta con uno de los soundtracks más terroríficos de la historia. Aquí es necesario hacer una pequeña acotación, pues en esta entrega me centraré en Cabo de Miedo (1991), el remake de Martin Scorsese para el film del mismo nombre de 1962, dirigido por J. Lee Thompson. Se preguntarán por qué: simplemente porque la versión de Scorsese la he visto más veces y porque el soundtrack es “casi” el mismo, ya les explicaré.

 

 

 

Para quienes no han visto la película, les cuento que la historia se centra en Max Cady (Robert De Niro), un exconvicto que después de pasar 14 años en cárcel, decide ir a buscar venganza en contra de su abogado Sam Bowden (Nick Nolte), a quien acusa de haberle jugado chueco para enviarlo a prisión. 

 

 

 

 

Sam tiene una bella familia compuesta por su esposa Leigh Bowden (Jessica Lange) y su hija adolescente Danielle Bowden (Juliette Lewis). Max de inmediato pone en marcha su plan, comienza a hostigar a Sam, acorralarlo hasta el punto de hacerle sentir vulnerable. La inseguridad de Sam comienza a provocar un desbarajuste emocional en la familia y, poco a poco, todo se va transformando en una pesadilla brillantemente orquestada por Max, quien incluso, haciendo uso de su experiencia como seductor de adolescentes, comienza a manipular a Danielle hasta casi enamorarla y ponerla en contra de sus padres.

Robert De Niro usó todos los recursos posibles para darle a su personaje un aura de maldad inigualable. Durante meses ejercitó para obtener musculatura adecuada, además de decorar su cuerpo con decenas de tatuajes con mensajes y símbolos religiosos. En toda su espalda se puede apreciar una gigantesca cruz de la que cuelga una balanza donde a cada extremo se puede leer “Truth” (verdad) y “Justice” (justicia), junto con los otros mensajes de venganza sacados del antiguo testamento. Su trabajo no se limitó solo a eso, De Niro también pasó semanas investigando sobre el comportamiento de psicópatas sexuales. Sin embargo, lo más extremo que hizo Robert fue pagarle a un dentista cinco mil dólares para que le destruyera su dentadura, ya que insistía en él su personaje debía tener esa característica –20 mil más le costaría recuperarla–.

 

 

Pero todo ese trabajo estético y psicológico de De Niro no hubiese estado completo sin una música que sellara la imagen de Max Cady. Esa música que al escucharla te pone los pelos de punta, porque viene desde lo profundo, como sacada directamente del infierno; ese tema que te paraliza porque sabes que en esa noche oscura aquella figura que camina a ti con la luna iluminando su camino y con esa música como una fanfarria anunciando su llegada no significa otra cosa más que tu condena.

Esa música es obra del maestro Bernard Herrmann (1911-1975) y también del genial Elmer Bernstein (1922-2004). Herrmann compuso el tema original para Cabo de Miedo (1962), y cuando Scorsese decide rodar el remake en 1991, Bernstein le recomendó usar el mismo tema principal. En un comienzo Martin estaba un tanto dubitativo, pero terminó aceptando la idea y Bernstein tomó la partitura de Herrmann, hizo unos cuantos arreglos y nos regaló un tema tan terrorífico que incluso ha sido utilizado en otras películas o en el clásico capítulo parodia de Los Simpsons “Cabo Miedoso” (Cape Feare), donde Bob Patiño intenta asesinar a Bart.

 

 

 

De la música de Herrmann prometo hablar en otro capítulo, pues su aporte y legado son incalculables. Quienes no lo conocen se sorprenderán. Con respecto a Bernstein, quien también tuvo una carrera muy exitosa, con dos Globos de Oro, un Oscar y otras 14 nominaciones, podemos decir que sentía un profundo respeto y admiración por el trabajo de Herrmann: “Creo que él [Herrmann] no hubiese estado contento con mi trabajo y probablemente me hubiese reprendido por lo que estaba haciendo”, declararía Bernstein en una entrevista.

 

 

 

Pero Bernstein no sólo usaría la música de original de Cabo de Miedo, sino que también echaría mano a la música descartada que el mismísimo Herrmann había compuesto para “Torn Curtain” (Cortina Rasgada) de Alfred Hitchcock. Bernstein usaría estas pistas para el clímax de la película agregando ese toque de tensión y angustia propios del sentimiento de la familia Bowden.

 

 

Si bien Scorsese insiste en que Cabo de Miedo no es una película de terror, sino un thriller criminal, yo creo que no hay cosa más de temer que la mera idea de un psicópata que quiere violar a tu hija para luego violar a tu mujer y luego asesinarlos a todos. La mera figura de Max y la genialidad musical de dos monstruos como Herrmann y Bernstein posicionan esta obra como una de las más desquiciadas que he visto. No en vano De Niro fue nominado a un Oscar por su interpretación, perdiendo ante Anthony Hopkins (El Silencio de los Inocentes), y compitiendo con Robin Williams, Warren Beatty y Nick Nolte. Juliette Lewis también fue nominada como mejor actriz de reparto, y con justa razón, pues su actuación es notable.

 

 

 

Para felicidad de todos los que amamos esta película y nos fascinan las bandas sonoras, el soundtrack de Cabo de Miedo se encuentra disponible en Spotify y también pueden escuchar la versión de la banda Fantomas, quienes el 2001 lanzaron el disco “Director’s Cut”, donde incluyen el cover de Cabo de Miedo con el puro estilo oscuro y descabellado de Mike Patton.

 

 

 

MELODÍAS DE AMOR Y VENDETTA A LA SICILIANA

MELODÍAS DE AMOR Y VENDETTA A LA SICILIANA

Hablar de bandas sonoras a veces resulta complicado, muchas personas pasan por alto la música en películas pensando incluso que son simplemente un adorno en ellas o que están hechas para rellenar momentos “muertos”. Hay otros que creen que la música tiene una mera función técnica o estética dentro de un filme.  Independiente de lo que pensemos, es innegable que existen bandas sonoras que trascienden e incluso llegan a ser más grandes que la película o simplemente resulta inimaginable recordar una película sin asociarla con su música (y no me refiero precisamente a musicales).

Tratemos de recordar alguna de las obras de Tarantino sin su música. Sin duda que resulta imposible. Es como quitarle los colores y sólo recordar imágenes carentes de vida. Este es el caso de una banda sonora que, al son de sus primeros acordes de su título principal, nos sentimos trasladados al siglo pasado y al corazón de la mafia italiana. Creo que ya saben de qué película estamos hablando, ¿no? ¡Correcto! El Padrino (1972) de Francis Ford Coppola y su brillante música compuesta por NinoRota.

 

 

Nino Rota, cuyo nombre real era Giovanni Rota Rinaldi, fue un niño prodigio para la música que desde temprana edad mostró su talento. Nino estudió en el conservatorio de Santa Cecilia en Roma y posteriormente terminó sus estudios siendo becado en el Curtis Institute en Philadelphia, EEUU. Durante su vida compuso óperas e innumerables bandas sonoras, siendo el compositor frecuente de muchas de las películas del talentoso Federico Fellini. (Si no han visto películas de Fellini deben ir de inmediato a buscar alguna, pues son maravillosas.) Sin embargo, fue con Coppola con quien obtuvo el máximo reconocimiento internacional.

 

 

El Padrino es una obra de arte por donde se mire. La adaptación del libro de Mario Puzo llevó las películas sobre la mafia hasta un nivel virtualmente inalcanzable. (Recordemos además que el mismísimo Mario Puzo trabajó con Coppola para la adaptación del filme.) Sin embargo, la guinda de la torta se la daría Nino Rota con un soundtrack que hasta el día de hoy permanece en el inconsciente de generaciones que crecieron con la imagen de Don Corleone (Marlon Brando), la de Michael (Al Pacino) o la de Sonny (James Caan), por mencionar algunos. Debemos mencionar que Rota no fue elegido al azar; Coppola necesitaba un músico talentoso que pudiera plasmar de la mejor manera posible la esencia siciliana en su obra y Nino resultaba ser el candidato ideal por sus ya mencionados créditos en los filmes de Fellini y su reconocimiento como un virtuoso de la música.

 

 

Sólo de recodar el maravilloso “The Godfather’s Waltz” se me pone la piel de gallina. Esta composición es bastante peculiar, pues a pesar de ser un waltz, su melodía es más bien triste o nostálgica, como si de alguna manera nos adelantara que la buena vida de los Corleone está a punto de correr algún riesgo. Sin embargo, hacia el minuto 2’30, el waltz renace con más vitalidad haciendo notar que los Corleone no se quedarán de brazos cruzados. Este tema es usado en diversos momentos durante la película, pero creo que como tema de título ya marca el tono de lo se viene en la película.

 

 

Otra de mis composiciones favoritas dentro de la película es “Apollonia”. Otro tema lleno de nostalgia y de esa belleza italiana que pone los pelos de punta. Recordemos que Apollonia es la primera esposa de Michael Corleone, interpretada por la bella actriz Simonetta Steffanelli y, bueno, sabemos qué ocurre con ella durante la estadía de Michael Corleone en Sicilia. A pesar de ser un personaje que tiene un pasaje breve dentro de la narrativa, esta juega un rol fundamental en reflejar el amor dentro del mundo de Michael. Un amor que nunca es sencillo, un amor que le es un tanto esquivo y que, al mismo tiempo, le hace temer, pero que lo necesita para enfrentar el futuro. Es Kay Adams (Diane Keaton) quien logra llenar ese vacío, pero siempre con esa dosis de incertidumbre, pues durante el transcurso del drama vemos como la inicial figura iluminada de Michael se va haciendo cada vez más gris.

 

 

Finalmente, “The Godfather Finale” le da un broche de oro a la película. El waltz ahora suena con coros angelicales como divinizando la figura del nuevo Don y que al mismo tiempo de van mezclando con ese romanticismo y misterio de lo que está por venir. Incluso me atrevería a decir que incorpora unos tonos casi de terror, como presagio de que el futuro del Don no será nada fácil.

Creo que los tres temas señalados reflejan de manera perfecta la trama central de El Padrino. La traición, el amor, el miedo son los hilos conductores de una envolvente trama que nos atrapa y nos arrastra hasta llegar a identificarnos con algunos de los personajes, incluso llegar a empatizar con ellos. Nino logró su objetivo y Coppola supo sacarle el mejor provecho posible, y se lo agradecemos.

 

 

Sólo para terminar, una pequeña anécdota. Nino Rota fue nominado al Oscar por su musicalización. Sin embargo, fue descalificado, pues basó sus composiciones en temas que ya habían sido utilizados anteriormente en otras películas, pero que eran de su autoría. Después de mucha negociación, el galardón finalmente llegó con la entrega de la segunda parte de la trilogía.

Vean El Padrino, no se arrepentirán, y si ya la vieron, véanla nuevamente. Es una oferta que no podrán rechazar.