THE JESUS AND MARY CHAIN : DESDE ESCOCIA CON AMOR

THE JESUS AND MARY CHAIN : DESDE ESCOCIA CON AMOR

Glasgow Eyes es el nombre del nuevo álbum de la leyenda escocesa del ruido The Jesus and Mary Chain. La banda de los infames hermanos Reid, consigna un reciente conjunto de distorsiones y beats fundido bajo ese característico y sombrío rock and roll concebido en su natal ciudad. Uno de los nombres insignes de la desaparecida Creation Records, publicó su octavo disco en marzo de este año marcando los cuarenta años de historia desde su fundación y, uno menos, desde la publicación de su seminal LP debut Psychocandy.

Por Rossana Montalbán


Cuatro décadas abraza The Jesus and Mary Chain. Cuatro décadas desde su fundación en 1984, seguida posteriormente de la aparición de su seminal Psychocandy, debut inadvertido y paradójicamente glorioso de la entonces primeriza banda de los hermanos Reid, hermandad de sangre y sonido que no solo concibió las bases para la vida del shoegaze, el alt rock o el noise pop rock de ésa y la década siguiente, sino que además consiguió acomular un famosillo prontuario de reiteradas y maleducadas travesuras extramusicales que. probablemente queden consignadas para la posteridad en la anunciada autobiografía de la banda, parte de la consagración de estas cuatro décadas que, además, tendrá como gran fiesta una nueva gira mundial.

Publicado en marzo de este año Glasgow Eyes, sucesor de Damage and Joy de 2017, parece sintetizar buena parte de la historia musical de los hermanos Reid y del sonido que forjaron desde mitad de los ochenta en una confluencia entre el post punk británico y el rock americano puesto bajo el sombrío cielo de la capital escocesa, haciéndolos una de las bandas cabecillas del semillero Creation Records, desde donde marcaron los pasos siguientes de toda una generación de indie rock británico y estadounidense.

Con doce pistas Glasgow Eyes dibuja parte de esa personal indiosincrasia Mary Chain de oscuro, depresivo y enojado rock and roll escondido en un muro de distorsiones, unas más duras y otras mucho más sutiles, en esta pasada, fundidas con beats fácilmente pegadizos y pseudo bailables, soplando un nuevo viento sobre la larga fiesta de los escoceses.

Hasta el momento amado y odiado en la misma medida, el disco grabado en el estudio Castle Of Doom de Mogwai, desde luego, en la capital escocesa, es una moderada novedad en el espectro Reid, sin ninguna otra aspiración que seguir siendo la misma banda que grabó Psychocandy en 1985 pero cuatro décadas despúes «No esperes que ‘Mary Chain se vuelva jazz’. La gente debería esperar un disco de Jesus and Mary Chain, y eso es sin duda lo que es Glasgow Eyes. Nuestro enfoque creativo es notablemente el mismo que en 1984, solo tienes que ir al estudio y ver qué pasa. Entramos con un montón de canciones y dejamos que siguiera su curso. No hay reglas, simplemente haces lo que sea necesario. Y hay una telepatía ahí: somos esos gemelos extraños que terminan las oraciones del otro» afirmó Reid para el lanzamiento oficial del álbum.

Lo que se entiende desde ya, es que Glasgow Eyes resalta dentro de lo que ha sido la producción discográfica de la banda durante la útima década, bajando los impulsos extremos de la autorepetición y subiendo los instintos de renovación sin exageraciones, pero sobre todo, dejando salir sin frenos esa forma de oscuro y envolvente rock and roll concebido en la pequeña Escocia de los hermanos Reid.

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