ROBERT PLANT: LA VOZ DE ORO

ROBERT PLANT: LA VOZ DE ORO

Un 20 de Agosto de 1948 nació Robert Plant, el gran frontman de Led Zeppelin, y de forma casi unánime, un de las primeras grandes escuelas vocales del hard rock.

Por redacción Crónica Sonora


Voz gloriosa, el rubio Plant ha encarnado la intensidad del blues y al mismo tiempo los aires místicos de esa grandiosa y gigante banda que inició un nuevo capitulo en la historia del rock n roll; Led Zeppelin.

Probablemente, todo se ha dicho de Zeppelin; de la diabólica y lisérgica guitarra de Page, de la aturdidora batería de Bonham, y de esas cadentes y rítmicas líneas de bajo de Jones. Porque ellos fueron el siguiente nivel dando paso a la pesada relectura del blues rock con todas sus palabras; Mientras que Plant y su amplio y ambiguo registro vocal y su manera de cantar el blues, sentaron precedente y fue referencia para la generación que acuñó el hard rock.

Fueron esos primeros alaridos robados directamente del Delta Mississippi, y la desfachatez absoluta de tomar uno y otro clásico del blues, para convertirlo en un híbrido perfecto jamás escuchado. Empezar en un lugar y terminar en otro completamente distinto, cada canción de Zeppelin es un intenso viaje musical de riffs misteriosos, cantos desgarrados y pesadez de plomo. No hay nada predecible en esto y, mucho menos, en su voz líder, a veces endemoniada, intensa y placentera. Es la voz del blues en llamas, ahí en Since I ´ve been loving you, en You Shook me all Night Long, o en How Many More times.

Agudos tonos, que no son falsetes ha sido uno de los principales rasgos vocales de nuestro melenudo hombre en todo su esplendor. El juego vocal de Plant resulta a veces perverso, cómo no mencionar su afición por el Travestismo Vocal que luce en momentos, uno de tantos, como lo hace en el folk de aires celtas de The Battle of Evermore, de Zeppelin IV, décadas después reversionado fielmente por las Hermanas Wilson de Heart.

Si hacemos un recorrido solo por los primeros cuatro discos (I al IV), cada uno muestra la grandeza natural de la banda y las facetas vocales de Plant. Ahí comenzamos a entenderlo todo. Y si acaso nunca antes te detuviste de sobremanera en Zeppelin más allá de Stairway to heaven o The Song remains the same, probablemente al hacerlo, te encuentres con uno que otro gran discípulo. La lista es importante y transgeneracional, desde Paul Stanley, Steven Tyler, Axel Rose, Chris Cornell, todos alumnos de la misma escuela, la de los tonos altos y notas extendidas. Pero esto no es pomposo ni de tenor, esto es víscera pura, esto es heavy, esto es hacer vibrar las cuerdas vocales, es lo que convirtió al rock n roll en hard rock.


Más grande y brillante que cualquier estrella de Hollywood, así era Led Zeppelin en los años setenta, cada relato lo cuenta, y el recuerdo de cada adolescente de esa era en el primer mundo supo de aquello y lo confirma. La década de oro del hard rock tenía a su propio mortal apodado Dios de Oro, Robert Plant.

Cuenta una vieja anécdota el mágico encuentro entre Plant y unas debutantes y pioneras adolescentes con su banda The Runaways, adoradas y explotadas por ese entonces como la nueva gran sensación del rock para la masa juvenil de esa década es esa ciudad soleada y salvaje llamada Los Ángeles, California.

Fue en una extensa entrevista para Guitar World, cuando la guitarrista e integrante de The Runaways, Lita Ford relató la visita que Plant y Page, en pleno y total apogeo con Led Zeppelin llegaron a presenciar uno de los recitales de la banda de chicas causando todo un impacto en la audiencia y en la emergente banda de jovenes quineceañeras que, por esos dias, acaparaba gran atención y entusiasmo como la gran banda de rock integrada por mujeres, llegando a convertirse en un fenómeno de ventas y popularidad entre el público y, sobre todo, entre sus pares juveniles, bordeando los límites entre la comercialiazión de una fórmula compuesta por sexismo y exuberancia a favor del hard rock, sumado a una notoria mercadotecnia que buscó impulsar al máximo a la banda como un producto de la industria musical, a cargo de su manager Kim Fowlley.

El encuentro entre los estelares músicos, en particular entre Plant y las integrantes de The Runaways, fue inmortalizado por el fotógrafo Barry Schultz, mientras que los dioses del olimpo del rock aplaudian y celebraban a las jóvenes músicas, reconociéndolas como tales, y destacando su talento, generando un cálido y amistoso encuentro en el que el mismísimo Plant llegó a sugerirle a Lita Ford, según ella misma relató, la posibilidad de necesitar un reemplazante para John Paul Jones. La idea manifestada por Plant en ese encuentro, finalmente nunca ocurrió, más Lita Ford recordó la importancia de ese intercambio, las palabras amables y motivantes expresadas por el cantante para con ella y su trabajo musical, algo que Ford recuerda como un momento valioso para ella y sus compañeras de banda, al ser miradas como músicas por el ídolo, a diferencia de lo que la banda vivenció constantemente en el entorno de la industria musical de esa época.

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cronicasonora2

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