NEW MODEL ARMY : AMOR POR LAS CAUSAS PERDIDAS

NEW MODEL ARMY : AMOR POR LAS CAUSAS PERDIDAS

Inclasificables por naturaleza, New Model Army constituye desde hace cuarenta años uno de los bastiones perdidos dentro del espectro post punk en su clave más particular e influyente para ése y otros subgéneros. Así lo confirma su última entrega Unbroken, álbum que los trae por primera vez a Latinoamérica, y este martes a Santiago para presentarse en Club RBX, en una inédita fecha solo para reales interesados.

Por Cristóbal Durán

Fotos : Frank Goensch / Getty Images/ Ralph Mitsch


New Model Army es una banda inclasificable. Pareciera que los ingleses de West Yorkshire llevan casi medio siglo siendo fieles solo a sí mismos. Este 2024 nos han entregado un nuevo álbum, cumpliendo exactamente 40 años desde el lanzamiento de su debut Vengeance. La banda de Justin Sullivan, su único miembro original, guitarrista, vocalista y principal compositor y letrista del ejército, es quien sin duda ha mantenido su sello tras décadas. Su música es tan única como los laberintos por los que ha pasado la historia misma del rock & roll: punk, post-punk, folk, northern soul, y todo un abaníco amplio de lugares entre los cuales el metal y el gótico no han dejado tampoco de ser predominantes. Y al mismo tiempo su música tiene algo muy (extrañamente) familiar. Todo esto no hace más que dificultar todavía más la calificación de su música. En este sentido, muy semejantes a sus coterráneos de Killing Joke, con quienes comparten ante todo una sonoridad muy propia, resultado de tantos entrecruzamientos como se pudiera pensar y que, calará muy profundo en el desarrollo de subgéneros muy diversos, que van desde el metal gótico hasta ciertas variantes de las músicas llamadas industriales. New Model Army, sin embargo, parece apegarse más a una idiosincrasia que va integrando cada vez más fuertemente un elemento folk y una extraña cadencia vocal que pareciera ser una versión oscurecida del soul blanco inglés previo y contemporáneo a la formación de la banda. 

Desde el inicio, su música brilla por un espíritu muy marcial y repetitivo en algunas de sus estructuras, lo que la emparenta fuertemente con el postpunk del cambio de década, y una vez más con el combo de Jaz Coleman. Las estructuras rítmicas de su primer bajista, Stuart Morrow, unidas a la labor de Robert Heaton, el baterista que estuvo en su época más característica, van delineando un sonido típico que oiremos desde sus primeros trabajos, y que encontrará su cénit en discos ya clásicos como No Rest for the Wicked (1985) y The Ghost of Cain (1986). Esa sonoridad, que podríamos rápidamente calificar de tribal, parece pautar en su música el entrelazamiento tan peculiar entre el folk y la dureza de cierto punk, quizá la forma más fácil de definir el sello que han acuñado. Otro rasgo indispensable es el ideario de izquierdas que New Model Army ha sostenido desde temprano, y que podría emparentarlos de alguna manera con la complejidad lírica de unos The Clash. El mismo Sullivan dice que probablemente comparten con ellos una especie de “crudo romanticismo y una actitud internacionalista”. De un modo similar a estos, su militancia no consigue reducirse a panfletos y consignas, dado que hay siempre un entrelazamiento con el sentimiento personal que permea dicho compromiso, que lo singulariza y lo hace único. Quizá podríamos pensar en alguien como Paul Weller, quien también asumió a su manera sus herencias tanto del punk, el soul y el rock & roll temprano. 

Aún cuando la adopción misma de su nombre tiene que ver con un espíritu antirrealista y antiautoritario –el New Model Army fue el nombre del ejército parlamentarista de la guerra civil inglesa de 1644, en la época de Cromwell y Fairfax– su firma con EMI, esa compañía maldita que había empezado en un muy mal pie en la historia del punk al despedir a Sex Pistols luego de 3 meses de firmar con ellos, también les traería problemas con el lado más duro del punk. Los mismos anarcopunks de Conflict, les recordarían ya en esos años que “Only Stupid Bastards Help EMI”, luego de la polémica generada por New Model Army al aparecer en Top of the Pops vistiendo poleras con el eslogan “Only Stupid Bastards Use Heroin”. 

BERLIN, GERMANY – MARCH 13: (EDITORS NOTE: Image has been converted to black and white.) Singer Justin Sullivan of the British band New Model Army performs live on stage during a concert at the Huxleys on March 13, 2024 in Berlin, Germany. (Photo by Frank Hoensch/Redferns)

Lo cierto es que si hay algo intachable en New Model Army es la credibilidad que han ganado por la fidelidad a sus esquemas sonoros y líricos. Incluso podríamos pensar que el cruce entre estilos que da su lugar a su espíritu singular, y que hace de ellos una banda de culto, tomar forma en ese punk folk-rock que en cierto sentido actúa como manera de volver audible los reclamos y quejas ante las políticas del thatcherismo y sus secuelas desde los años ochenta. Pero como decíamos, desde mediados de los años ochenta la banda fue haciendo prevalecer cada vez de forma más fuerte su elemento folk, por ejemplo, incluyendo instrumentos como la armónica o el violín en sus arreglos y composiciones. Eso le fue dando fama, y la chance de llegar a sitios como el festival de Reading o a tocar con David Bowie frente al Reichstag de Berlín. Así, podemos escuchar en los discos que ya mencionamos, y en los siguientes, empezando por el tremendo Thunder and Consolation, de 1989, dicha evolución que hace de la veta folk en su música un aspecto cada vez más predominante e incisivo, y que quizá era así también para subrayar su identificación con un imaginario ético de clase trabajadora. Esa exploración permitió discos cada vez más logrados, con arreglos de creciente complejidad, que fueron agregando mayor cantidad de adeptos y empezando también a ganarse una parte creciente del mundo más allá de su Inglaterra natal. Sin embargo, Sullivan y los suyos se aburrieron de ser reconocidos completamente por ese sonido y se dieron la oportunidad de endurecer su propuesta. El resultado de ello es The Love of Hopeless Causes, de 1993, disco que fue muy bien recibido, y que incluso contó con una polémica al venir envuelto con instrucciones de cómo construir un arma nuclear. Esta dureza tenía que ver también con la recepción que la banda había tenido en distintas vertientes del metal. Baste con recordar las versiones hechas por bandas como Sepultura y Anacrusis, y luego por la banda de folk-metal Skyclad, por nombrar solo algunos casos. 

La banda decidió también volver a retomar algo de su espíritu fundacional, y decidió tomar sobre sí el control de su música, creando su propio sello independiente Attack Attack, con quienes ha sacado todas sus placas desde el año 2000 hasta ahora. Hoy, con una veintena de álbumes incluyendo varios trabajos en vivo, un documental sobre su trayectoria y uno disco con la orquesta sinfónica de Lepizig, New Model Army nos vuelve a hacer hablar de ellos con un disco recién publicado hace algunos meses. Unbroken nos muestra a una banda que retribuye al sonido que ella misma ha creado y que hace de su marca registrada un terreno todavía abierto para trabajar y para crear cosas nuevas. Como su título mismo lo dice, “inquebrantable”, este disco pareciera servir de catálogo para todas las obsesiones sonoras que le fueron dando una impronta inconfundible a su música. Las guitarras folk, la base rítmica tribal y con un predominio del elemento que los puso en el lado del post-punk, las letras inteligentes y complejas, políticas y personales, de Sullivan, todo ello dispuesto en una producción impecable, dan cuenta de una banda que se ha vuelto a encontrar con su mejor tradición, con ese sonido y propuesta única que supieron forjar y que permite, más allá de una transición entre estilos, el placer de una banda que hace de las causas perdidas e imposibles el amor por una creación con un nombre único y que no cede.

Si hay algo todavía resplandeciente en la música de New Model Army es ese compromiso con su propia trayectoria, con sus propias decisiones. Y eso es algo que se agradece. Un compromiso que se dice tan poéticamente en la voz de Sullivan, quien cierra su nuevo disco con un tema significativamente titulado “Deserters”, que una vez más nos muestra a la banda forjándose un destino en un suelo conmovido, pero extrañamente calmo y contemplativo:

Llevemos sólo lo que necesitemos, mantengamos la pólvora seca

Sólo disparan a los desertores que encuentran

Ah, es fácil amar a la gente que es fácil hacer feliz

Es más difícil amar a la gente que nunca está satisfecha

Todo se divide y las lealtades se cuestionan

A veces me aterroriza mi propio bando

Quizá haya otro tipo de héroes en estas tierras turbulentas

Quizá la duda en el corazón, quizá la sangre de las manos.


ENTRADAS DISPONIBLES VÍA PUNTOTICKET

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cronicasonora2

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