La banda australiana liderada por Amy Taylor sigue marcando pauta con su garage punk de barra y calle, sin concesiones. En su recién estrenado tercer álbum Cartoo Darkness, la rubia y sus chicos siguen sacando roncha, recibiendo censura en redes sociales, y haciendo música escandalosamente frontal.

Por Carlos Perez Baez /redacción Crónica Sonora

Amyl y los Sniffers buscan su propio equilibrio agrietado con su tercer álbum de estudio Cartoon Darkness, lanzado este pasado 25 de octubre. El título del nuevo disco nos presenta un futuro aterrador que podría no ser tan malo, lleno de música potente sobre emociones ligeras, con toda superpotencia angustiada y en decadencia como telón de fondo del que no podemos controlar pero del todos hemos llegado a depender.

Amyl and the Sniffers han construido su audiencia a lo largo de un par de EP’s y dos álbumes anteriores. Cartoon Darkness presenta nuevas ideas musicales, pero al igual que su debut homónimo de 2019 y Comfort to Me de 2021, arde de rabia.

“Jerkin’” el tema que abre el disco, apunta duro: “idiotas, giles, idiotas y muertos de mierda. No quiero quedarme atrapada en esa negatividad. Sigue masturbándote con tu rollo eyaculador. Nunca estarás conmigo».

Álbum de punk clásico a toda máquina donde el productorNick Launay los metió a grabar en los estudios 606 de Foo Fighters en Los Angeles, en la misma mesa que grabó «Nevermind» de Nirvana y «Rumours» de Fleetwood Mac.