VENOM EN SANTIAGO : PRIMITIVO, AUSTERO Y BRUTAL
Venom se presentó por tercera vez en Santiago el pasado martes, ante una amplia y diversa audiencia, marcada por la presencia juvenil y adolescente, evidenciando el legado de una de las bandas que dieron el puntapié para la evolución más visceral y extrema del metal. La banda de Cronos entregó un setlist basado en sus dos primeros álbumes, Black Metal y Welcome Hell, haciendo vieja escuela para una nueva generación de metaleros con un sonido que prevalece a través del tiempo, primitivo, austero y brutal.
Por redacción Crónica Sonora /Fotos por Crónica Sonora
Todo comenzó a las 19 :30 en punto cuando Flageladör, la banda brasileña subió a escenario para comenzar su gig de apertura mostrando lo más representativo de su repertorio y de su sonido enmarcado en las filas del Speed metal. Con ese precedente, el trío hizo sonar su propuesta de metal violento y callejero calentando motores en un recinto que lentamente se poblaba, mientras que cerca del escenario una entusiasta horda de adolescentes atendía y seguía cada momento del show ofrecido por los brasileños, quienes luego de tocar por casi treinta minutos, dejaron bien colocado el nombre de Flagelador frente a una nueva generación metalheads chilenos.
Rápidamente, con puntualidad, fue el turno de los angelinos Warbringer, desplegando su sonido de thrash metal con aires de power groove, en su segunda visita a Chile, en la que apostaron por un setlist principalmente enfocado en su disco Weapons of Tomorrow del 2020, con temas como Firepower Kills, Defiance the Fate y Crushed beneath the Tracks. El estilo vocal y el desplante escénico de John Kevill son uno de los sellos de la banda, dando cuenta de una fusión de escuelas metaleras entre la vieja escuela y el lado del metal moderno. Tocando alrededor de cincuenta minutos, sonaron Total War y Remain Violent, ante un teatro que se llenaba y cabeceaba, aplaudiendo la técnica, la velocidad y la energía de la banda.
Cronos y compañía subieron al escenario del Teatro Teletón dos minutos después de las 21:30, ante una impaciente y joven audiencia que esperaba ver ante sus ojos al mítico bajista de una de las bandas que fundó el metal blasfemo a inicio de los ochenta, definiendo un concepto, una estética y un sonido que serviría para configurar generaciones de música extrema.
Con un show centrado principalmente en sus dos primeros álbumes, esta tercera visita de la banda presumía ser una velada para los más acérrimos como también para una nueva camada de público juvenil que vería por primera vez al trío de Newcastle. Y así fue, el himno de generaciones llamado Black Metal, y Welcome to Hell, Venom colocaba las cartas sobre la mesa, sin mediación, una tras otra, aumentando la algarabía y las ansias de una velada en nombre de la música del averno.
Una batería, una guitarra y el mítico y característico bajo Fernándes de Cronos, eso ha sido Venom, y eso sigue siendo más de cuarenta años después. Heavy metal extremado, sucio, oscuro y directo, sin ninguna clase de pirueta o adorno. Y así tal cual se escuchó y se vió la noche de este martes en el Teatro Teletón, con momentos de absoluta invocación infernal en In Nomine Satanas, Pedal of the Metal, One Thousand Days in Sodom, 100 miles to Hell, Buried Alive y Countes Bathor, clásicos imprescindibles del repertorio de la banda.
Una hora y 15 minutos exactos, sin grandes pausas a pesar de los reiterados saludos y agradecimientos del hombre del bajo, el cierre llegó con la primitiva y oscura In League with Satan, seguida de Witching Hour, dos muestras del sonido que Venom acuñó instintivamente cuatro décadas atrás, un sonido que formó y sigue formando a lo más brutal del metal underground.