Tras 20 años desde su única visita a nuestro país, la banda estadounidense encabezada por Blackie Lawless, regresa en el marco de su tour Album One Alive, celebrando las cuatro décadas de su disco debut, pieza señera de metal con raíces en el hard rock y en el punk, en su forma más pesada y escandalosa redireccionando un género musical que se enredaba entre laca y maquillaje.

Por redacción Crónica Sonora

Varias habían sido las experiencias musicales del joven  guitarrista, bajista y compositor conocido como Blckie Lawless hacia finales de los setenta, incluso, antes de eso había sido parche de The New York Dolls, justo antes de su disolución. Luego, en Los Ángeles, California, su ir y venir lo encontraron formando proyectos hasta unirse a Randy Pipper y dar vida a W.A.S.P. en 1982, en la explosiva nueva escena de hard rock angelino, donde la banda fue dejando su estela de salvaje show en vivo, sobrecargado, excéntrio y sucio, como su sonido, una mezcla de hard rock, glam y punk rock de primera generación trastocados hacia sus versiones más pesadas y escandalosas, en sonido y contenido.

La banda integrada en ese momento por Blackie Lawless en bajo y voz principal, Tony Richards en la batería, Randy Piper en las seis cuerdas, la bestia Chris Holmes en la guitarra líder, tras fogearse en vivo con presentaciones de considerable extravagancia, fue recreando su propia versión del glam rock, del heavy metal, del punk, y del shock rock, y lo hizo rodeada del sonido sleazy, del glam y del hair metal en plena Sunset Strip, perfilándose entre todo esto como el eslavón perdido de una serie de variaciones del metal que observaron en W.A.S.P. su fuente de pesadez y salvajismo para su sonido, y cuya referencia clave fue el disco debut de la banda, publicado en 1984 por Capitol Records.

Homónimo, crudo y agresivo, el disco refleja la energía y la intensidad de W.A.S.P., con la guía de Mike Varney en la producción y con Lawless en la coproducción, logrando capturar el ímpetu, la incorrección y sobre todo, el contundente arsenal de rock extremado reluciente en las composiciones de Lawless, y en el sonido de la guitarra de Chris Holmes. Un sonido que difícilmente coincide con los usuales encasillamientos utulizados para hablar de la banda que, con elaborados temas de metal con sabor a calle y espanto como Tormentor, Hellion y  Show No Mercy, e improbables hits como I Wanna Be Somebody y L.O.V.E. Machine, entregó un álbum de significativo impacto sobre las direcciones del metal en ese momento y hasta hoy, cuarenta años después. Lo que explica, en muchas formas, la censura que su música debió resistir de la mano del Centro de Recursos Musicales o PMRC, la cazería de brujas liderada por Tipy Gore, ejerciendo tal presión hasta conseguir que el sello eliminara el track inicial Animal (fuck like a beast ), sólo restituido y publicado en la reedición de 1998, confirmando su precedente para las variantes más chocantes del metal.

“Era un disco furioso hecho por una banda furiosa. Era un disco que no solo reflejaba la actitud de los miembros de la banda que lo hicieron, sino también un disco que reflejaba su época”, dijo Blackie Lawless, en su aniversario cuarenta.

Reformada hace algunas temporadas, la banda encabezada, ahora y siempre, por Blackie Lawless (voz y guitarra), hoy cuenta con Mike Duda (bajo), Doug Blair (guitarra) y Aquiles Priester (batería), como parte de esta gira de aniversario que conmemora las cuatro décadas de esta pieza debut, tan salvaje, preparada y señera, como su reconocible huella en la historia del metal.

WASP EN CHILE

Preventa 1 (100 tickets): $42.000

Preventa 2: $45.000

Día del evento: $49.000

Produce: Chargola Pro & CK Concerts