PÁNICO POR UN MOMENTO: REEDICIONES, SHOWS Y LIBRO BIOGRÁFICO EN SU REGRESO.

PÁNICO POR UN MOMENTO: REEDICIONES, SHOWS Y LIBRO BIOGRÁFICO EN SU REGRESO.

La banda encabezada por Edi Pistolas y Carolina Tres Estrellas, protagoniza por estos días un momentáneo y sabroso reencuentro con su historia y legado a través de la reedición de los discos Rayo al ojo y el EP Pánico, además de la edición de su biografía oficial. Reunión fugaz enmarcada en su regreso a Chile para presentarse en Lollapalooza 2023. Pero todo esto comienza este viernes con la banda firmando sus discos, libro y merch en Esqueleto Libros/Taller 55 de Casona Puyó.

Por Rossana Montalbán


Fueron un referente del circuito de rock alternativo local durante los noventa en plena explosión de una nueva escena y de la penetración de las multinacionales, sobresaliendo como una de las propuestas más originales y atractivas de aquel momento en el Chile de La Transición.

Con una elaboración que puso sobre la mesa un crudo indie rock de fuerte raíz punk, surfer y garage, delineado de colores e histrionismo salvaje, Pánico irrumpió en esa precaria e inocente era noventera como una bocanada de música y desplante, estrambóticos y lúdicos, punketas y poperos, coros pegajosos, estructuras simples y guitarras distorsionadas. Una vigorisante masamorra sonora y estética de su propio tiempo, bebiendo de referencias ineludibles y adoradas que supieron representar el imaginario de una generación en total efervescencia.

Fue en 1994 cuando el chileno crecido en Francia, Eduardo Henríquez junto a la francesa Caroline Chaspoul, tempranos compañeros sentimentales y musicales, llegaron al país para asentarse y completar la formación de su naciente banda con el baterista Sebastián Arce y el guitarrista Cristóbal Pfennings, dando vida a la primera y gloriosa formación de Pánico, colocando la firma en esa nueva era musical.

Ese mismo año la banda registró y editó su primer EP homónimo, cuya portada utlizaba la inmortal figura de Bruce Lee en pose de arte marcial, pose que la banda misma citaría una y otra vez en fotos y videos. El sonido surf punk plasmado en el disco atrajo inmediatamente a los primeros fieles que con el tiempo y la permanencia se harían llamar «chicos y chicas Pánico».

Un año más tarde, llegó su obra cumbre, Pornostar, publicado bajo el sello EMI, otorgando una importante difusión que los instaló en medios masivos de alcance nacional como radios y canales de TV, llegando a rotar en MTV Latino  con el video de Demasiada confusión. Más allá de su circulación y exposición, el disco instauró el abc del rock alternativo local, expandiendo y desarrollando los elementos que se asomaron en su primer EP, jugando con el ruido y la melodía, la dulzura y la ironía, pudiendo explotar con mayores recursos técnicos la estética sonora y visual que ya venían proponiendo, logrando un disco donde se implanta una narrativa de lo absurdo y de lo cotidiano bajo un lente de distorsionada anfetamina juvenil plasamada en la alocada gama de indie rock aplicada por los Pánico y su productor Carlos Cabezas.

La era Pánico se inaguró con una resonancia de significativo impacto para el circuito independiente y para la música popular local, pasando de lo subterráneo a la vistosa escena del rock chileno de las transnacionales. Pero el romance con ese lado de la industria poco duró, y en 1996 con el EP Surfin’ Maremoto vino el fin de su relación con la gigante discográfica como casi todas las bandas de origen independiente, de regreso a la esencia y, a la vieja forma de hacer las cosas con Combo Discos, sello creado por ellos con el que editaron Canciones para aprender a cantar de 1997 y Rayo al ojo de 1998, trabajos que fueron mostrando los primeros destellos hacia la experimentación electrónica que marcarían su segunda evolución artística de regreso en Francia, como también su siguiente reinvención bajo el nombre Nova Materia, proyecto musical que marca el presente de la dupla Henríquez y Chaspoul.

A menudo citados, referenciados, y recordados como una de las bandas relevantes en la década de los noventa, varios años tuvieron que pasar para que el reencuentro de Pánico tuviera lugar. Una posibilidad que flotaba en el aire hasta que Lollapalooza Chile incluyó a la banda en su edición de 2020 aplazada por la pandemia. De esta forma, 2023 se ha convertido en el año de una fugaz pero sabrosa reunión con su alienación final que incluye a Memo Dumay, y que además de su participación en el afamado festival, trae consigo fechas únicas para verlos en vivo, la edición de su biografía oficial escrita por la periodista Marisol García, publicada por el sello Club de Fans, Al estilo Pánico, y las esperadas reediciones de su primer EP y del disco Rayo al ojo, remasterizados a partir de sus master originales, a cargo de Kaliyuga Distro. Dos discos nunca antes reeditados, cuyas primeras copias seguramente descansan en la discteca personal de quienes atestiguaron los inicios de la banda, su eclosión y repliegue, joyas que están a la espera de ser adornadas con este nuevo set de objetos de lectura y escucha.

Este viernes, previo a su recital en solitario y a su show en Lollapalooza, la banda tendrá una íntima cita de firmas y charla, en el epicentro cultural subterráneo Esqueleto Libros/ Taller 55, en Casona Puyó, ubicada en Monjitas 625, barrio Bellas Artes.  Viernes 17 de marzo desde las 19:00 horas. ENTRADA LIBERADA.

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