UN REENCUENTRO ESQUIVO : THE CULT SE PRESENTA EN VIÑA DEL MAR Y EN SANTIAGO

Accidentadas y esquivas han sido las visitas de The Cult a Chile, una banda en lo absoluto masiva a pesar de ser uno de esos nombres de total reconocimiento e influencia para generaciones de músicos desde sus raíces góticas a su transversal configuración hard rock oscuro de sonido inmitable. La banda regresa a Chile, y no sólo a una insólita presentación en el Festival de la Canción de Viña del Mar, sino que también, después de varias semanas, finalmente se confirmó una fecha en solitario en Santiago para el 9 de marzo en Teatro Caupolicán. Todo esto, tras un largo suspenso en el que su postergada segunda visita estuvo en asquas mientras las fechas en Brasil y en Argentina, como siempre sold out, eran anunciadas con bombos y platillos, momento en el que Chile aún era destino incierto hasta que se dio a conocer su participación en el célebre festival. La insólita noticia sorprendió de forma unánime y entusiasmó a cada seguidor y seguidora de la banda que ha sido testigo del demorado regreso de la banda al país, convirtiendo a la ocasión en una oportunidad para verlos nuevamente o verlos por primera vez. Lo cierto es que, ante todo pronóstico, prejuicio o preferencia, este 27 de febrero, después de un apagón eléctrico nacional, la banda de Ian Astbury y Billy Duffy tendrá su primera fecha en Chile 2025, y tal vez el show más improbable de toda su trayectoria en el contexto de un festival de música latina como parte de una instaurada «noche anglo», encabezada por los super masivos Incubus, entregándole al menos un marco semi apropiado a la leyenda británica del hard rock oscuro que tanto ha costado tener en Chile, y que después de esta noche quedará para siempre en los anales y la mitología local.
Por Rossana Montalbán
Accidentadas y esquivas han sido las visitas de The Cult a Chile, una banda en lo absoluto masiva a pesar de ser uno de esos nombres de total reconocimiento e influencia para generaciones de músicos desde sus raíces góticas a su transversal configuración hard rock oscuro de sonido inmitable.
Su primer acercamiento oficial con Chile se intentó en el año 2006 con una confirmada fecha que finalmente se canceló oficialmente por problemas logísticos y en off por una baja venta de entradas. Mientras que en el resto del continente la banda se presentó a tablero vuelto, tanto en Argentina – país que visitó por primera vez en 1991- como en Brasil, dos puntos geográficos de contraste donde la banda suele realizar más de una fecha sold out. Hasta ese momento, la posibilidad de ver a The Cult en vivo en Chile era ciertamente lejana y llena de obstáculos como de sesgos desalentadores, como ocurre casi siempre para el rock que no suena en la radio y en la corriente principal, incluso, si esa banda es liderada por el cantante (Ian Astbury) que los The Doors of The 21st Century, convocaron para revivir el espíritu de Jim Morrison en la reformulación de nuevo milenio de la histórica banda. Todo eso ocurrió años antes, cuando el aclamado proyecto de los miembros sobrevivientes de The Doors, Ray Manzarek y Robby Kreager, se animaron a consagrar su enorme legado y salir de gira mundial con Astbury como el único frontman posible capaz de transmitir una genuina impronta Morrisoniana, imposible de copiar a través de un manual. Eso ocurrió en octubre de 2004 cuando la leyenda de California se presentó en el velódromo del Estadio Nacional.
Tras algunos años de receso y luego de reagruparse en 2006 The Cult atravesó el nuevo milenio editando los albumes Beyond Good and Evil y Born Into This con el cual regresó a Latinoamerica en 2008, y luego en 2011, siendo lo más cerca que estuvo de Chile la ciudad argentina de Mendoza, extendiendo nuevamente su lazo con el país trasandino reconocido como un gran adorador de la música de la banda. Finalmente, recién 2017 fue el año en que The Cult se presentó en Chile, en un encendido pero no completamente vendido Caupolicán – ¿y eso a quién le importa? – lo que desde luego nunca sorprendió, tal vez un recinto muy grande para una banda de su tipo e importancia. Quizás un recinto como el que recibió por primera vez a Killing Joke hace ocho años hubiese sido lo apropiado, y no esperar convocatorias no acordes a su estirpe.
Tras editar su undécimo álbum de estudio en 2022, cuyo título reluciente de imaginería Cultiana, Under the Midnight Sun, apareció como un trabajo en el que la banda retomó los caminos más esenciales de su impronta sonora y estilística, donde los riffs de Billy Duffy definen el pulso de cada track y guían el ánimo metafísico de la lírica de Astbury y su interpretación vocal a lo largo de ocho tracks de considerable sustancia, atmósfera y reposada oscuridad, recorriendo su propio abc a través de diferentes giros y vueltas de tuerca a ese universo, en una suerte de continuación a los momentos más altos de su creación, respondiendo, quizá, a un evidente estado de gracia y longevidad que puede sentirse a través de todo el disco.
En este sentido Under The Midnight Sun es una obra que evoca una suerte de sabiduría quizá post pandémica y post distópica, y cuyo eje central se inspiró en una visita a Finlandia donde Astbury experimentó el fenómeno ártico cuando el sol nunca se esconde e ilumina toda la noche, obteniendo de ese evento natural y cósmico las visiones y las emociones plasmadas en el álbum. Musical y conceptualmente, un trabajo que se hermana con sus entregas más importantes, entendiendo que la banda de Astbury y Duffy ha mantenido una producción discográfica constante, propositiva y al mismo tiempo fiel a sus atributos artísticos y musicales, abarcando un amplio rango de rock desde lo más salvaje a lo más moderno.
Bajo este manto creativo The Cult regresó a la actividad tras el fin de la pandemia, entregando nueva música, saliendo de gira promocional, y conmemorando parte de su prehistoria como Death Cult con la gira 83/23, celebrando el aniversario de su primer EP homónimo. Tónica que continuó durante todo 2024 con el tour europeo 84/24 centrado en su álbum debut como The Cult, Dreamtime de 1984. Con esta seguidilla de giras la extensión latinoamericana era cuestión de tiempo hasta que las fechas comenzaron a tomar forma.
Con todo este recorrido trazado y tras un largo suspenso, la banda dio a conocer la primera, y en principio única e insólita fecha en Chile como parte del Festival de la Canción de Viña del Mar, una noticia bizarra y sorprendente, pero sobre todo bizarra, por decir lo menos, para lo que es hoy en día el festival mismo y también contradictoria en medio del incesante panorama de conciertos internacionales en Santiago donde la oferta es amplia, haciendo ver la ausencia de un recital de The Cult como un evidente desaire.
Las opiniones y sentimientos fueron encontrados y divididos desde un principio, entre anécdotario de lo insólito y única oportunidad para muchos de volver a ver a la banda y para otros verla por primera vez. Encrucijada o no, la banda haría quizás el show más improbable de su trayectoria en la Ciudad Jardín, y no en un pueblo al sur del tercer mundo en Dictadura, como lo hicieron The Police o Faith No More, sino, en lo que muchos llaman uno de los países más prósperos del continente y epicentro de recitales y mega recitales. De lo primero, se desprendió la nostalgia y la épica local de tener a tamaña banda en una creación criolla e idiosincrática como el Festival de Viña, rememorando cada uno de los actos musicales de rock que en los años de la Dictadura llegaron a ese escenario por arte y magia de una inadvertida «libertad» programática y de línea editorial que miraba lo anglo como el distractor más sofisticado. El listado no es menor, claro que no, en el Festival de Viña del Mar ochentero, además de los mencionados incansablemente, hubo nombres como Nazareth, Heart, Krokus, Europe o Cheap Trick. Pero el contexto para The Cult es uno diametralmente distinto, por todo; empezando porque el Festival de Viña ya no es el único evento musical multitudinario del país, como lo fue en esos años de toque de queda, haciendo sonar su participación en el evento como una decisión fuera de lugar en el contexto actual para una banda de sus características, una confirmación que a muchos nos hizo preguntarnos ¿qué pasó con el país de los recitales?
El entusiasmo por verlos en vivo sea dónde sea y como sea, ciertamente primó por sobre el contexto, porsupuesto, si se trata de The Cult, y las entradas más accesibles de esta jornada rápidamente se agotaron, hasta que semanas después la misma productora de eventos, dio a conocer un nueva fecha en solitario en Santiago para el 9 de marzo en Teatro Caupolicán, cerrando el círculo y otorgándole un marco apropiado tanto para la banda como para su público, que nuevamente se reunirá con ellos en una liturgia de riffs, fuego y oscuridad.
Más allá de la confirmación de un verdadero recital de los ingleses en Santiago, su participación en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, quedará para la posteridad como una presentación tan insólita como histórica para el álbum de recuerdos del propio mega evento local, eso, si es que el nombre de The Cult no se pierde en el desconocimiento de sus propios organizadores y programadores al rememorar esta edición.
Lo cierto es, que ante todo pronóstico, prejuicio o preferencia, este 27 de febrero, después de un apagón eléctrico nacional, la banda Ian Astbury y Billy Duffy tendrá su primera fecha en Chile 2025 y, al menos, en el contexto del Festival de música latina, su presentación fue programada como parte de la instaurada «noche anglo» encabeza por los super masivos Incubus, entregándole así un telón semi apropiado a la leyenda británica del hard rock oscuro que tanto ha costado tener en Chile.