ANITA MAGNOLIA: “VINILMAGNÉTICA SURGIÓ CON LA NECESIDAD DE TENER OTRO ESPACIO DE MÚSICA”
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Anita Magnolia es gestora cultural y productora de eventos, fundadora y directora de la Feria cassettes y vinilos – Vinilmagnética realizada en la comuna de Santiago desde 2015, un encuentro que desde entonces se ha constituido como una de las primeras ferias de corte alternativo dedicada a ambos formatos analógicos.
Se reconoce a sí misma como una gestora contracultural cuyo espíritu fue forjándose desde su época escolar y universitaria como asidua visitante del circuito de tocatas punks y de rock garage – stoner de principio de los dos mil en su barrio de origen en la comuna de Maipú, donde compartió desde temprano con otras y otros actores de la movida underground ligados al punk, al rock y al metal, y a través de los cuales pudo conocer un poco de cada movida musical. “En esos momentos me di cuenta que me gustaba mucho ir a ver bandas en vivo, como que sentía que vivía cuando las veía. De hecho, estoy muy sorda por eso, me gustaba mucho ponerme adelante. Fue ahí cuando empecé a involucrarme con la pasión de la música en vivo. Eso fue como lo primero, pero no me imaginé nunca estar ahí trabajando”.
Anita dio inicio a su trabajo como gestora cultural y productora de eventos hace más de 10 años, primero vinculada al mundo de las tocatas y fiestas queercore, antes que el término fuera reconocido, siendo parte de los inicios de un espacio pionero de contracultura disidente que hoy recuerda con gran orgullo y donde puso en práctica su interés por el trabajo de producción y gestión espacios “Empecé a trabajar para Danni Sioux, creadora de Bizarre Producciones, en el fondo yo la secundaba y ayudaba con el desarrollo de la fiesta in situ. Ahí me metí en el mundo de las disidencias sexuales, trans, queer, travesti, y en este periodo de Bizarre con la Danni, experimenté toda una escena que hoy se conoce como queercore. Un un poco como la fusión de la música hardcore punk con la diversidad sexual, ahí se trataba de generar este espacio común con les queers haciendo que funcionara y siendo capaz de juntar bandas como Electrozombies e Hija de Perra, o Fiskales Ad Hok e Hija de Perra. Esa escena la instaló en Santiago Danni Sioux, la idea fue de ella, fusionar el estilo Almodóvar con Pirómanos del ritmo o cosas así, ella conocía mucho y estudiaba mucho sobre cada movimiento, yo aprendía de ella y me fui involucrando a concho con ese círculo de gente y de bandas. Eran cosas que, hasta ese momento, quince años atrás, no se daban tanto pero que era súper posible de hacer porque había empatía con la diferencia, y entre los diferentes que compartían el sentirse fuera de la sociedad. Parte de lo que hago hoy en los eventos que organizo es replicar esos tiempos y mezclar la performance con bandas de punk y el new wave. Todo lo queer de ahora es herencia de Hija de Perra. Y Danna es mi madre de la oscuridad, ella bautizó mi camino en la producción”.
La trayectoria de nuestra entrevistada ha sido constante y diversa con un fuerte acervo en el circuito underground de carácter marginal. Además de sus inicios como parte de Bizarre Producciones junto a le productore Danni Sioux, otro punto de gran aprendizaje y trabajo fuera de los márgenes, fue su paso por el emblemático epicentro hardcore punk Bar Uno, donde fue parte de una vigorosa y disruptiva escena que más tarde continuaría impulsando desde distintos frentes “Bar Uno fue una escuela, muchos de los que hemos pasado por ahí, nos consideramos familia. En ese tiempo trabajaba con su dueño Claudio, Negro Duchamp y otros compañeros. Se armaban y se desarmaban bandas de la camada hardcore de la segunda parte de los dos mil, ahí me tocó conocer a Asamblea Internacional del Fuego, a los Marcel Duchamp, a T.A.M, una de mis bandas favoritas de punk melódico. Conocí mucha música, muchos proyectos y muchos amigos que nos reconocemos como barunianos, porque fue un lugar caótico y de locura en el que pasaban cosas que no pasaban en ningún otro lado y donde se gestó toda una escena contracultural marginal que no quería estar en otro lado”. Sin duda, su paso por el Bar Uno dejó en esta gestora un significativo bagaje que más tarde continúo desarrollando en toda su magnitud al convertirse en la productora y encargada de programación de la actividad nocturna del Centro Arte Alameda y El Living desde 2014.
Pocos han sido los lugares en Santiago, hasta el día de hoy, con una decidida línea programática dedicada exclusivamente a la música en vivo, y más aún, enfocada exclusivamente a los sonidos subterráneos menos amables y transgresores – fuera del metal- donde pudiesen desarrollarse géneros musicales a contracorriente y de mayor estridencia como el anarco punk, el crust, el hardcore o el post hardcore. Circuitos y escenas que históricamente han encontrado su lugar en la periferia, las okupas, canchas o plazas barriales. En décadas pretéritas lugares como el Taller Sol, Pica´de On Chito, Cimarrón o Laberinto albergaron buena parte de la escena punk y hardcore de esos días, más tarde, dispersa y huérfana de locales por largos años hasta la aparición de un nuevo circuito de recintos entre los que se encontraba Bar Uno. Este contexto de ausencia de espacios para la música en vivo en sus vertientes más crudas y contraculturales, hizo de Bar Uno, un epicentro para varias generaciones, convirtiéndose en el único antro punk del centro de la ciudad.
Varias son las problemáticas que se cruzan al momento de abrir y mantener espacios para la música en vivo, una de ellas suele ser la ausencia de personas idóneas a cargo de dichos lugares, es decir, personas que conozcan en profundidad los diferentes circuitos musicales, sus públicos, sus necesidades y sus formas de trabajo. A la cantidad reducida de locales, que en su mayoría optan por lo que funciona económica y comercialmente, se suma la ecuación incorrecta y los tratos desfavorables para las bandas. Es ahí, precisamente donde las propuestas programáticas y el conocimiento de las escenas pueden marcar la diferencia y convertir a un espacio en imprescindible para uno o varios circuitos de bandas.
Precisamente, parte de eso, es lo que puso en práctica Anita Magnolia al llegar al Centro Arte Alameda en 2014, cine y centro cultural pionero en la ciudad de Santiago, cuya larga trayectoria, consolidación, visibilidad y reconocimiento, le otorgó a Magnolia un importante cargo para su hoja de vida. Para esos días, el Centro Arte Alameda, con más de veinte años de existencia, se había convertido en uno de los principales centros culturales de la capital cuya oferta programática en cine, fiestas, música en vivo, exposiciones, lanzamientos de libros, ferias y encuentros, era prácticamente transversal, abarcando la gran diversidad de la actividad cultural independiente. En el ámbito musical, el Alameda había sido desde la primera mitad de los dos mil un nuevo escenario para la música en vivo con su espacio bautizado como El Living, recibiendo a toda la nueva camada de bandas independientes, para luego convertirse en uno de los principales escenarios de música en vivo donde comenzó a converger todo el espectro musical local, desde lo más emergente hasta lo más consolidado, y para 2014 con una marcada inclinación hacía lo más reconocido. Con estos antecedentes, la llegada de Magnolia, le daría nuevos aires. “Mi llegada al Alameda surgió a través de un amigue que en ese tiempo trabajaba en la cafetería del cine, y me avisó que estaban buscando alguien para la boletería, y yo necesitaba la pega. Ahí conocí a Roser y tuvimos muy buena onda, nos encantamos, conectamos de inmediato. En ese tiempo la cesantía y la falta de proyectos me tenían bajoneada, estaba con la autoestima media frágil ¿Y ella qué hizo? me empoderó, y cuando el productor encargado de la cartelera nocturna renunció, me dijo “tu hazte cargo”, y yo le dije, pero no cacho tanto, y ella me dijo “tu dale, yo te apoyo”. Roser me enseñó lo que en ese momento aún me faltaba por aprender”. recuerda con alegría.
“Un punto de quiebre y lamentable fue lo que pasó en el concierto de Doom. En ese momento se cerraron las puertas para el punk en todos los espacios posibles que había para tocar. Cada vez que se armaba una fecha, le decían a las bandas “no, no queremos avalanchas ni tragedias”. Fue ahí cuando le dije a Roser “está pasando esto ¿qué vamos hacer nosotros como centro cultural? ¿le vamos abrir las puertas al punk o le vamos a cerrar las puertas al punk? Entonces Roser como la gestora cultural arriesgada y osada que es, me dijo “le vamos abrir las puertas al punk”.
“Y así fue como se potenció el punk nuevamente en la programación del Alameda. Volvieron bandas los Fiskales o Los Peores. Y llegaban a pedirnos fechas y también había un trabajo detrás de mi parte que consistía en hacer fechas con una banda como Fiskales, más consolidada y conocida, con bandas más emergentes y de nueva generación que pedían la fecha y para potenciarla hacíamos se buscaba a otra banda más grande, entonces se generaba ese vínculo entre la banda que estaba empezando con la consolidada, y ese era mi caballito de batalla para que la fecha resulta en todo aspecto, a las bandas y al local”. Nos cuenta.
“Gran parte de mi gestión fue llevar este under que ocurría en espacios como el Bar Uno, a un local más conocido y visible como el Alameda. Lo que hice fue llevar lo que conocía, y poder darle un buen espacio a eso, como cuando organicé el regreso de Pirómanos del Ritmo, esperábamos unas 250 personas en el Living y llegaron quinientas”.
Luego de devolverle el carácter punk y underground a la programación musical del Centro Arte Alameda, vino el siguiente proyecto de lo que hoy se llama Produce Magnolia; la Feria Vinilmagnética, un encuentro de sellos, tiendas, y distros dedicados a los formatos analógicos, encuentro que se convirtió en una de sus marcas principales y una instancia que ha perdurado a lo largo del tiempo que hoy cuenta con catorce versiones en la espalda.
“El Alameda tenía otras ferias como la de Gourmet, comida vegana. También había ferias del libro, pero a mí como productora de la cartelera de música de la noche me faltaba algo. Surgió como una necesidad de tener otro espacio con música. La primera feria generó mucha expectativa porque todos estaban haciendo ferias de vinilo, pero yo incluí el cassette, entonces no era solo una feria de vinilos, era de cassettes y vinilos. Entonces era algo nuevo y diferente al resto. Incluso, a esa primera edición llegaron los grandes medios de prensa como Canal 13, TVN, CHV, entrevistándome. Fue muy loco y fue un buen comienzo lograr esa red de difusión y prensa. Así nació la idea de armar algo propio, que me gustaba, porque en mi trabajo programaba y producía para otros. Luego se dio que la programé en el contexto del Festival Inedit y su realizadora en Chile, Javiera Undurraga, me comentó que en Barcelona preparaban el festival como mi Feria, con Djs de vinilos en vivo y un sin fin de artículos relacionados a la música y a estos formatos antiguos, y desde ese momento en varias ediciones hice calzar la feria con el festival”.
Tal como nos cuenta su fundadora, Vinilmagnética contiene su propia identidad, público y circuito, apuntando nuevamente a un perfil de carácter subterráneo y no masivo, tanto en su propuesta de tiendas y distros como también en el público que la visita cada año. Bajo este concepto de feria el encuentro ha dado cabida a sellos y distros centrados en el punk, el metal, el hardcore, el indie o la música experimental, expositores que han formado parte de ella desde su debut “Hay expositores que se han quedado con nuestra feria y nos han acompañado en todas las versiones. Otros que se han sumado en el camino y que han permanecido porque para ellos también significa un espacio y un encuentro con quienes están interesado en la música que ellos editan o distribuyen. Discos Lou Fai, fabricante de discos de 7 pulgadas en un formato no prensado sino Lathe Cut, que se hace a través de cortes, y que le sacó varios discos a la escena musical más under que es desde donde provengo. Han participado en estos años, sellos y distribuidoras como, Buena Basura, Campo Magnético, Polilla Records, Sarri Sarri Distro-Records, CFA sello independiente, Bristol Muziq, Replicante Cintas, MasaPunk, Monophone, los amigos de Disco Intrépido, Cyco Records, entre otros.” nos cuenta
Realizada por primera vez en 2015, la feria centrada en ambos formatos analógicos ha llevado a cabo, hasta ahora, nada más, ni nada menos que catorce versiones, manteniéndose como una instancia ya consolidada y necesaria para el circuito de tiendas y distros especializadas como también para los incontenibles coleccionistas que disfrutan del ritual de recorrer cajones y puestos repletos de discos y cassettes. Desde entonces, feria Vinil Magnética es una de las principales jornadas dedicadas al incurable vicio del coleccionismo de discos y la pesquisa de tapes, siendo una de las primeras y más antiguas de su tipo, y también, en buena parte, responsable de la seguidilla de nuevas ferias que replicaron la instancia. “En un momento hubo una explosión de ferias de vinilos, pero tenemos un público fiel, que se ha mantenido en el tiempo, así como también nuevos seguidores más jóvenes que siguen la feria. En ese momento ya existia la feria de vinilos que organizaba la Radio Futuro, también de las primeras ferias de esta tipo enfocada más al rock clásico y a otro target. Además, yo instalé el cassette y lo hice porque yo vengo del cassette, del lápiz bic y del personal estéreo. Formatos físicos que para mí son los mejores, yo creo que para ti también, y por eso se llama Vinil Magnética, por el vinilo y por la cinta de los cassettes” recalca.
Pero tras el fatídico incendio de Centro Arte Alameda en diciembre de 2019, Vinilmagnética tuvo que replantear su formato para continuar realizándose. Aunque reconoce que no fue para nada fácil reformularse, la feria se volvió itinerante y lo hizo sin perder ni un solo gramo de identidad y contenido, sino más bien reforzó cada uno de sus aspectos y generó ediciones temáticas para cada versión, sumando música en vivo, potenciando su concepto y centrándose en el revival de los viejos formatos como también poniendo el acento en su rol de mujer gestora y la presencia de otras mujeres en la escena musical. Sin ir más lejos, su edición más reciente, realizada en Matucana 100 en marzo de 2022, tuvo como telón de fondo en el contexto del 8M.
«No fue fácil, me costó decidirme continuar con mi amada feria, pero afortunadamente encontré un lugar donde estaba segura de hacerla, me gustaba mucho porque lo encontraba muy lindo y sentía que eso se iba a transmitir al público, y me la jugué. Hice la primera feria de vinilo fuera del Alameda. La hice en la galería Mackenna y fue todo un éxito, se llenó. Había una cola de tres pisos, había fila a subir a la azotea donde estaba instalada toda la feria. Tocó Nader Cabezas abajo en la parte de la entrada, y los expositores se fueron felices porque les había ido muy bien. Me dio fuerza para continuar con este espacio. Y luego nos fuimos a Matucana 100, fue un experimento porque igual porque salía del sector más conectado donde me muevo. Este año con esperamos poder hacerlo coincidir con la nueva edición de Inedit”. Nos comenta.
El camino de la gestión contracultural – como le gusta precisar—es sin duda un camino de tropiezos y obstáculos, como también de significativos logros que dejan huella y que parecieran valer el triple de lo que valdrían en otro terreno más amable. Al conocer la historia de nuestra entrevistada, se puede dimensionar la pasión y el impulso que se necesitan tener para poder continuar en esta noble labor, casi siempre a contracorriente, probando, intentando, proponiendo y potenciando lo que está por debajo. Desde su experiencia y conocimiento, su diagnóstico del circuito de música en vivo y del estado de las cosas, es realista “El under no paga, y es frustrante porque se hace con el mismo profesionalismo y dedicación. Es un trabajo lo que hay detrás de cada banda y un equipo que cree en eso. Lo ideal sería que como sociedad hiciéramos que la música fuera funcional y sustentable que todos los que formamos de la música podamos vivir de ella. Yo creo que en estos últimos diez años han existido hitos como te decía, lo de Doom por ejemplo. Espacios como el Bar Uno son irrepetibles. Están haciendo un excelente trabajo los chicos de Klama, se nota que ellos son músicos y que tienen la sensibilidad, el respeto, se preocupan de las bandas, de que no falte nada para nadie. No están preocupadas solo del dinero. Eso es lo que falta, espacios que se preocupen del contenido, las bandas y no solo del dinero”.
No cabe duda que el impulso de Anita Magnolia no se detiene, y a la faceta de gestora cultural y productora de eventos se suma, hoy por hoy, una nueva y arriesgada apuesta; la de representante de bandas, una labor poco abordada en el circuito subterráneo local, donde además los recursos escasean y la precariedad es la constante. Si las bandas ya trabajan en una forma autogestionada donde todas las labores suelen ser muy repartidas además de las labores musicales y artísticas creativas, todo parece indicar que la figura de una manager es impensada, no porque no sea necesaria sino por una evidente optimización de recursos. Al mismo tiempo, toda banda que quiera ocuparse y concentrarse en el desarrollo de su propuesta artística y musical, y dejar de lado las cuestiones administrativas requerirá idealmente el apoyo y la labor de una representante de confianza, que opere con lógicas y éticas acordes al contexto under. Con este panorama de fondo no deja de llamar la atención el ánimo de esta gestora y productora por incursionar en este rol encargada de hacer la pega que pocos y pocas quieren hacer.
En esta nueva cruzada nuestra entrevistada abre camino con la labor de representación junto a Los Jerjeles, Pirómanos del Ritmo y el proyecto solista del ex Electrodoméstico, Silvio Paredes y Los grandes bailables. “Todo partió con esta fecha emblemática que hicimos con el regreso de los pirómanos, una fecha con la que nos fue muy bien y probablemente fue la primera vez en la vida que la banda ganó algo de dinero con su tocata. Entonces desde ahí, la gente que quería armar fechas con la banda me contactaba a mi para contactarse con ellos, y así nació a modo de broma entre nosotros mismos y como un apodo “la manager”. Pero la verdad es que no era algo tan loco ni tan lejano. Luego la banda Anarkía Tropical, con mucho arrastre y muchas fechas en vivo, pasaban por distintas situaciones internas y necesitaban a alguien que se ocupara de esa parte y me contactaron y ese fue el comienzo de todo este nuevo rol”.
“Luego conocí a Silvio a través de Bruxista, mientras yo realizaba fechas en Galería Mackenna. En medio de la pandemia con los avances y retrocesos de las fases, le cambiaban o bajaban las fechas y él estaba muy choreado de eso y fue ahí cuando me contactó y me dijo que necesitaba apoyo y alguien que lo asistiera en todo lo que tenía que ver con cerrar y agendar fechas en vivo. Yo no dudé en decirle que sí, pero dejando en claro que esto es algo que aún estoy aprendiendo. El me dio su confianza y comenzamos a trabajar juntos desde ese momento”.
“Luego aparecieron en mi vida Los Jerjeles una banda de diez integrantes donde los acuerdos son complejos, pero aquí todo funciona la lógica del colectivo. Ellos me insistieron más de una vez en que moviera sus fechas. Partimos en Sala Metrónomo con Sonora de Llegar, y fue un excelente comienzo repleto, luego seguimos con fechas en Klama, y el lanzamiento del nuevo disco”.
El trayecto trazado por Anita Magnolia deja importantes reflexiones sobre el circuito under, sobre la música en Chile y sobre la labor de las mujeres en dichos ámbitos. Ella no esconde su permanente inquietud e insatisfacción ante la permanente necesidad de validación que requiere el trabajar en ambiente tan masculino como lo es el musical. “Es muy difícil ser mujer y trabajar en el circuito musical, es algo que ahora recién se está visibilizando y valorando. Yo aprendí y me tropecé mucho en estos años de trabajo, siempre te quieren pasar gato por libre y siempre te tratan de decir “ay la mina histérica” o “ay, estay con la regla”, cuando una solo quiere decir Hey lo estás haciendo mal, podrías hacerlo mejor. Muchas veces los productores hombres se pegan palmadas en la espalda entre ellos, y luego las cosas quedan en el aire. Hay muy pocas mujeres aún, y aunque el feminismo está pegando fuerte y nos estamos empoderando un poco más, parece que es algo que se está usando hacia afuera solamente, para que se vea bien. Hoy se ve bien trabajar con mujeres y muchos lo hacen solo por eso y no por honestidad o porque valoran tu trabajo y sabes que eres alguien capaz. A veces me he sentido un poco utilizada en ese sentido” cierra la gestora y productora.
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▪︎ Entrevistas y textos: Rossana Montalbán
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