The Obsessed entrega una nueva pieza de rock pesado y doomero con Gilded Sorrow, quinto álbum que entrelaza el sonido clásico de la banda con el vigor de nuevos riffs con sabor a carretera y calle.  Parte del disco podrá escucharse cuando la banda se presente en Santiago este domingo 16 de junio en Teatro Cariola.

Por Rossana Montalbán

Luego de casi siete años desde su último disco, el magnífico Sacred (2017), su regreso definitivo tras volver a reunirse, Gilded Sorrow es el nuevo material de los padres del heavy metal doom, un disco que trae consigo la continuidad en el peso, la fuerza y la densidad ya mostrada en ese glorioso reecuentro con el sonido de la banda, y esta vez lo hace en tan solo poco más de 36 minutos, donde Wino y compañía encienden el motor para un recorrido de arollador doom metal enraizado en el hard rock, llevados por un vendaval de riffs incendiarios, podridos, tan infalibles como la escuela que la banda inició hace más de cuatro décadas.

El disco se abre con Daughter of an Echo, cuyo riff intenso y demoledor sin tregua nos empuja a la carretera perdida del doom rock más sucio y callejero del barrio, mostrando la esencia que ha hecho a The Obsessed una banda única entre cruce y origen, desde sus días como Warhouse y cuando coexistian con la escena del hardcore punk de finales de los setenta, estableciendo otras influencias y paramétros para el sonido y el desarrollo del heavy doom en adelante. El tracklist continúa con It’s Not OK, tema que fue el adelanto conocido antes del disco, siguiendo por la senda maldita del doom sin concesiones de ningún tipo, siempre con un pie en el metal y otro el rock pesado sometidos a la impronta vocal y guitarrística de Scott Weinrich como frontman referencial del subgénero.

A medida que avanza y que agarra vuelo, yendo de la veta hard rockera para internarse en el alma doom de su propio sonido como banda, Gilded Sorrow se hace corto, dejándonos con gusto a poco, y con ánimo de un poco más, sobre todo cuando escuchamos la tríada que conforman Gilded Sorrow, Stoned Back to the Bomb Age y Wellspring – Dark Sunshine; secuencia de notables temas que se encargan de densificar la atmósfera echando mano al doom tradicional, estableciendo un sutil pero evidente quiebre dentro de la sucesión de tracks, marcando el momento álgido y avisándonos que se acerca el final del viaje.

Gilded Sorrow resulta un gustoso trabajo de crudo y refrescante- aunque parezca contradictorio el término- doom con uno de los mayores precursores del estilo, y es también el quinto álbum de estudio de esta institución. Álbum producido por Frank Marchand junto a «Wino» y el guitarrista Jason Taylor, publicado bajo el sello Ripple Music. Un disco que podremos apreciar en vivo como parte del repertorio que la banda recorrerá en su anunciada gira lationoamericana durante el mes de junio y que los traerá por primera, y probablemente, única vez a Santiago de Chile.

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